Santiago Chifflet (28) efectuó al menos diez disparos con su arma y causó siete lesiones en el cuerpo del ladrón que asaltaba a su padre la semana pasada en un intento de asalto en el barrio Chauvín.

Así surge del informe final de autopsia al cadáver de Juan Gabriel Gómez (37), en el que se refleja que Chifflet descargó casi todas las municiones de su pistola calibre .380. En combinación con los videos que se divulgaron del hecho, los 10 disparos salieron en una secuencia de poco más de 3 segundos, desde el momento en que el joven ve a su padre encañonado y sale en su defensa hasta que cae Gómez.

Por otra parte, la evaluación balística al arma 11.25 que empuñaba Gómez arrojó que solamente se accionó una vez y que el proyectil colisionó contra una pared próxima.

De esta manera el panorama para Chifflet es complejo porque podría encuadrarse el caso en un exceso en la legítima defensa, ya que no guardia proporcionalidad su respuesta ante el riesgo de su padre.

Una ambigua interpretación en la comunicación oficial del pasado viernes señaló que Juan Gabriel Gómez (37) había recibido cuatro disparos de la pistola .380 de Chifllet, aunque en verdad no se refería a la totalidad de los impactos sino de los proyectiles recuperados del cuerpo. Las conclusiones definitivas del Cuerpo Médico Forense de la Policía Científica confirman que fueron siete los orificios de bala que tenía Gómez.

El fiscal Fernando Castro analiza esta nueva circunstancia junto a otras cámaras de seguridad que permitirán un visionado completo de toda la mecánica del caso.

No obstante trascendió que Chifflet será citado a declarar la próxima semana por el delito de homicidio agravado y por la portación ilegal de arma de guerra, pero que no quedaría detenido ya que no existe riesgo procesal y no posee antecedentes.

La defensa

El ex juez Aldo Carnevale asumió la defensa de Chifflet explicó que para él es una caso de “legítima defensa”. “Estoy convencido que no es un exceso -dijo Carnevale- porque hay que evaluar varios elementos, como es el tipo de arma, la capacidad de repetir disparos automaticamente, la inexperiencia del tirador para estas circunstancias extremas, el riesgo al que veía sometido a su padre, la cantidad de delincuente”.

Carnevale podría plantear el componente “emocional” como otras de las variables para hallar un justificativo a la cantidad de disparos efectuados.

Carnevale fue defensor oficial, fiscal y juez por lo tanto conoce con amplitud el campo de la valoración probatoria y por ello es que se confía en lo que puedan agregar los análisis científicos como el peritaje de balística y la propia autopsia.

“Pediremos ampliaciones para esos informes y también solicitaremos que amplía la declaración el padre de mi defendido. También hay que evaluar todo lo recogido en la escena porque, por ejemplo, hay un testigo que escucha un disparo desde el automóvil”, agregó.

Por otra parte prosiguen las tareas para identificar a los dos cómplices de Gómez que escaparon en un automóvil Audi que luego fue incendiado en las afueras de la ciudad. También de un posible “entregador” del robo, porque se supone que los asaltantes contaban con información sobre el padre de Chifflet, quien es contador y realiza permanente operaciones con divisas.