Por Marcelo Solari

El circuito internacional de tenis masculino transita el tramo de la temporada usualmente más favorable para los tenistas argentinos, quienes casi siempre se sienten más a gusto y obtienen mejores resultados sobre polvo de ladrillo.

Al momento, apenas comenzado el Masters 1000 de Roma, en la previa de Roland Garros, de acuerdo al último ranking mundial de la ATP, nada menos que ocho tenistas argentinos aparecen en el Top-100. Un dato no menor, sobre todo si se tienen en cuenta las dificultades de siempre para el desarrollo y el despegue del deporte “albiceleste” que, de todas maneras, en mayor o menor medida, siempre encuentra el resquicio o la forma para obtener figuraciones destacadas en la actividad que sea.

Esto indica y ratifica, ni más ni menos, que la materia prima, el capital humano, es lo más importante. Y siempre está. Con esa capacidad asombrosa para adaptarse, reformularse y fortalecerse ante la adversidad.

En el caso particular del tenis masculino de Argentina (afortunadamente también empiezan a verse evoluciones marcadas en el femenino), aparecen en ese selecto grupo de los 100 mejores Sebastián Báez (19°), Francisco Cerúndolo (22°), Tomás Martín Etcheverry (28°), Mariano Navone (31°), Facundo Díaz Acosta (48°), Federico Coria (74°), Pedro Cachín (99°) y el marplatense Francisco Comesaña (91°).

Solamente tres países, tres gigantes como Estados Unidos (11), Francia (10) e Italia (9) tienen más jugadores en el Top-100. Y una histórica potencia como Australia iguala con 8 -aunque con posiciones menos trascendentes-. Eso también significa que Argentina supera a enormes adversarios como Rusia (6), España (6), Alemania (6), Gran Bretaña (4) o Serbia (4), con todo lo que ello significa. Vale destacar que entre esos diez países nombrados acumulan nada menos que a 72 tenistas entre los 100 mejores del escalafón.

Y si el comparativo se ciñe únicamente al Top-50, Argentina posee 5 jugadores en ese rango, únicamente superada por Estados Unidos (7).

El combo resulta todavía más atractivo si se toma la disciplina del dobles, con cuatro argentinos entre los 100 mejores, especialmente uno, marplatense y zurdo para más datos: Horacio Zeballos. Al menos hasta que concluya la cita en el Foro Itálico será -junto a su compañero habitual, el español Marcel Granollers- el número uno del mundo, algo que nunca antes había logrado un tenista argentino en la rama masculina.

Párrafo aparte para el mencionado Comesaña, otro producto surgido en el tenis de Mar del Plata, quien luego de su éxito en octavos de final en el Challenger austríaco de Mauthausen aparece 87° en el ranking en vivo, el mejor de su carrera. Parece que a los 23 años, llegó su esperado -y merecido- despegue, con la posibilidad cierta de ingresar próximamente en los grandes torneos.

Tal como se ve, el antiguo deporte blanco sigue otorgando satisfacciones a cada semana y alrededor del mundo.