El gobierno está matando el futuro
Maximiliano Abad.
por Maximiliano Abad
La incertidumbre es enemiga del futuro, y la Argentina atraviesa un momento en el cual, se mire a donde se mire, todo es vacilación. El gobierno de Alberto Fernández es un mecanismo roto: da señales contradictorias, acumula ambigüedades en la toma de decisiones y mantiene al país en un estado de inmovilidad, propio de quien no sabe a dónde va.
El gobierno genera incertidumbre. En la vida cotidiana de los argentinos esta indecisión tiene un impacto devastador: no se sabe cuánto vale un peso, cuáles son los precios de la próxima compra en el supermercado, no se sabe cuándo los chicos y chicas van a volver a la escuela, hasta cuándo habrá trabajo, cuánto tiempo más queda para mantenerse a flote: no para crecer ni realizarse, sólo para subsistir.
También hay otra incertidumbre, la que involucra a la vida económica e institucional del país. Es a la que llamamos desconfianza, y es la que se ve reflejada en la economía. El gobierno no muestra un plan económico y el mundo desconfía de la Argentina. El dólar se dispara, pero el gobierno desmiente a cada rato una devaluación, a la vez que sigue emitiendo pesos, sabiendo que va a generar más inflación. También las empresas desconfían y se van: miles de puestos de trabajo se desvanecen casi sin ruido. Los propios argentinos no confían y se refugian en un dólar sin freno porque es la única forma que encuentran para sostener sus ahorros.
El gobierno genera miedo. En un nivel más instintivo y vital, la inseguridad paraliza por el pavor a morir en manos de una delincuencia creciente y cada vez más violenta, frente a la que el gobierno sólo aporta confusión: libera presos, algunos de sus dirigentes justifican la toma de tierras, avanza sobre la justicia permanentemente, no cuida a las fuerzas policiales que son las que deben cuidarnos a todos. Más titubeos, contradicciones, inacción.
Pero no sólo eso. Frente a la imposibilidad de saber si lo que cada uno tiene lo va a poder seguir teniendo aparece otro temor: el de perder el poco o mucho bienestar que el esfuerzo diario puede conseguir. En el reino del revés que es la Argentina, el Estado es una amenaza al bienestar de sus ciudadanos, porque lo licúa con inflación, lo arrincona con impuestos, o piensa que puede quedarse con lo que es de otro.
El presente de Argentina está hundido en la incertidumbre, la desconfianza y el miedo, y eso es responsabilidad directa de este gobierno. Los argentinos hemos caído en una profunda frustración porque la sensación es que este país ya no va a cambiar, que no hay nada más allá, que no hay mérito ni instinto de superación que pueda cambiar el rumbo.
Quien ve el presente y no ve el futuro está obligado a pensar que esto es lo que hay, que siempre será así, que no se puede estar mejor. Además del sufrimiento social sanitario, emocional y económico, el gobierno y sus contradicciones, nos están legando una resignación terminal, que está matando al futuro.
(*): Jefe del bloque de diputados de Juntos por el Cambio Provincia de Buenos Aires.