El Gobierno considera “una prioridad absoluta” el combate de la pesca ilegal
Carlos Liberman explicó las reformas previstas en la Ley Federal de Pesca. También se refirió a los efectos negativos de la pandemia en la actividad pesquera.
El subsecretario de Pesca y Acuicultura, Carlos Liberman, que el gobierno nacional considera “una prioridad absoluta” el combate de la pesca ilegal en el Mar Argentino y afirmó que en la actualidad se lleva adelante un “control muy férreo” en la Zona Exclusiva Económica (ZEE).
En una entrevista con la agenciaTélam, el funcionario explicó las reformas previstas en la Ley Federal de Pesca que el Poder Ejecutivo enviará para su discusión en el Congreso.
También puntualizó que la pandemia de coronavirus afectó a la actividad pesquera argentina en una baja de la demanda internacional y la consecuente caída en los precios.
– ¿Cuál es el estado de situación de la pesca ilegal en el Mar Argentino?
– El Estado ejerce dominio sobre los recursos naturales que están hasta la milla 200, nuestra ZEE, y esa es la pesca ilegal que combatimos. Cuando nosotros llegamos consideramos al combate de la pesca ilegal como una prioridad absoluta. Así reforzamos de una manera muy marcada la presencia argentina, tanto con buques de la Prefectura como de la Armada y con vuelos diarios y sistemáticos para controlar nuestra ZEE: desplegamos cinco barcos de la Prefectura y dos de la Armada, acompañados por vuelos de aviones con tecnología de radarización que pueden controlar la posición de los barcos para determinar si las naves pesqueras están dentro de la ZEE.
– ¿Cómo afecta la pesca ilegal al país? ¿Cuál es el volumen de pesca que calculan?
– Está sobreestimada la pesca ilegal. Nosotros tenemos un control muy férreo de nuestro ZEE al punto tal que capturamos tres barcos, que es una cifra muy importante y que hacía 15 años que no se capturaba esa cantidad en la temporada. Los capturamos en la milla 199, es decir, ni bien ingresaron dimos las alertas, se persiguieron y se capturaron. La pesca ilegal en Argentina por parte de barcos extranjeros solo se da en aguas de Malvinas, porque son nuestras aguas y los barcos que están pescando en esas aguas lo hacen ilegalmente. Esa es la pesca ilegal que afecta a la Argentina.
– ¿Cuáles son los principales puntos que quieren modificar en la Ley de Pesca?
– El actual régimen prevé en concepto de multas un máximo de 10 millones de pesos. A nosotros nos parece que modificar el máximo no es suficiente y por eso previmos un nuevo régimen que se expande en tres dimensiones.
En primer lugar, lo que tiene que ocurrir es que la totalidad de los gastos en los que incurre el Estado para capturar un buque que ingresa ilegalmente en nuestra ZEE deben ser cubiertos por el barco capturado, pero no en concepto de multa. Eso viene luego. Esto es sin límite de monto, sin restricción de tipo de gastos. Eso es lo primero que van a tener que afrontar.
El segundo concepto ya esta previsto en la Ley y se va a mantener, que es que todo lo que tenga en bodega del barco ilegal va a ser decomisado o bien el infractor va a tener que depositar a favor del Estado nacional el importe al que equivale eso que tiene en bodega.
Lo tercero que ocurre es la multa. La multa como está concebida hoy tiene un máximo de 10 millones de pesos. Eso se modifica en el proyecto de Ley y el mínimo va a pasar a ser un monto equivalente al precio de 500.000 litros de combustible o unidades pesca. A valores de hoy eso implicaría un mínimo de 25 millones de pesos, mientras que el máximo va a ser de 3 millones de litros, que a plata de hoy son 150 millones de pesos. Si el combustible aumenta, se actualiza la multa.
– ¿Cuál es la salud de nuestros mares y de sus recursos?
– Argentina tiene un caladero (pesquería) que considero sano, con los vaivenes muy propios de las condiciones naturales. Hay que destacar que luego de la gran crisis de la merluza, en la cual se prohibió su captura en 1999, a partir del 2003 se dio una política de trabajo muy fuerte para recuperar sus stocks más importantes, que son la merluza, el langostino y el calamar, por lo que tenemos en este momento un stock de merluza sostenido en el tiempo que nos permiten capturas sostenidas por arriba de las 300.000 toneladas.
También, con vaivenes, este año es muy bueno para el calamar y superamos las 130.000 toneladas, mientras que el año pasado se capturaron 90.000 toneladas.
El otro recurso es el langostino. Si se toman medias históricas de hace 15 años se capturaban entre 30.000 y 40.000 toneladas. A partir de 2003 fuimos hacia una dinámica de administración del recuro que permitió un crecimiento que nos llevó a superar las 200.000 toneladas, porque se fue a un esquema que privilegio las captura de ejemplares mas grandes y se respetó las zonas de reproducción.
– ¿Cómo afectó la pandemia a la actividad y cómo está hoy en día el sector?
– La pandemia produjo, como en todas las actividades económicas, un gran impacto. A raíz de las restricciones que fueron dando en las principales ciudades del planeta, como cierre de hoteles y restaurantes, algunos de nuestros productos, sobre todos los más premium como el langostino congelado, registraron una caída en la demanda muy marcada, porque van a esos establecimientos. Una baja en la demanda que llevó el precio muy abajo, el más bajo desde que tenemos registros. Hace un año y medio el precio estaba por arriba de los US$ 7.000 por tonelada, hoy está en US$ 4.700. La merluza tuvo una baja que osciló en un 10%. En el calamar no hubo impacto, inclusive hubo una pequeña suba. Pero en las otros dos recursos hubo una caída en la demanda y de precio muy significativa que afecta a la actividad.