por Vito Amalfitano
@vitomundial
Desde Moscú

El marplatense es un orgullo y un “embajador” de la ciudad al llevar adelante, una vez más en Rusia, “el Mundial Social”. Que ahora también incluye la defensa de los Derechos Humanos y actividades que promueven la participación junto a la Comunidad de gays, homosexuales, lesbianas y transexuales, nada menos que en Moscú, con todo lo que ello significa.

La FIFA sufrió un gran cimbronazo después del Mundial de Brasil. Y ya casi nada está como era entonces. Pero una sola área no solo no se vio afectada sino que recibió más respaldo, presupuesto y atribuciones, la que conduce el marplatense Federico Addiechi, quien pasó de ser Jefe de Responsabilidad Social a Jefe de Sustentabilidad y Diversidad, ahora con el área de Derechos Humanos a su cargo, con un director que él nombró, reportándose directamente a la Secretaría General. Y con 25.000 personas a cargo.

De llevar adelante el torneo Fútbol para la Esperanza, que nos conmovió en Alessandria en Sudáfrica y en la favela de Caju en Río de Janeiro, con 32 equipos de chicos de comunidades desprotegidas de todo el mundo, en 2018 Addiechi comanda el Fútbol Fundación FIFA, que tendrá su cierre el 30 de este mes en Moscú, ahora con 48 equipos de todo el mundo.

Pero además Federico y su equipo monitorean casos de discriminación y violación de los derechos humanos en el Mundial, así como se encarga de resolver las “compensaciones” en materia de medio ambiente.

El propio presidente de la FIFA, Gianni Infantino, en diálogo con LA CAPITAL, elogió tras el Congreso de la FIFA las actividades que desarrolla Addiechi en materia de Derechos Humanos relacionados con el fútbol. “Federico te las puede describir muy bien, todo lo que avanzamos en ese sentido”, expresó.

Con respecto a la discriminación compartimos junto a Federico Addiechi, especialmente invitados, una actividad en Diversity House en Moscú, en la Casa de la Diversidad, junto a comunidades de gays, homosexuales, lesbianas y transexuales. Con el significado que esto tiene en Rusia, un país en el que no se permite la “propaganda gay”. Aunque en realidad comprobamos que es un mito esto del extremo de decir que “se persigue a los homosexuales”. Es grave, desde ya, prohibir la “propaganda gay” y en ese sentido comprobamos como en esa jornada el propio Addiechi se encargó de resolver un caso de un activista británico que fue detenido en plena Plaza Roja por portar un cartel con inscripciones en ese sentido. Inmediatamente el marplatense hizo intervenir a la FIFA y el activista, de quien se resguardó la identidad, fue liberado, independientemente de las acciones legales que se podrían llevar adelante.

Justamente en la Casa de la Diversidad, rodeados por jóvenes que a través del futbol luchan contra la discriminación con mucha alegría,-no solo homosexuales, sino también chicos con capacidades diferentes-, a través del fútbol, Addiechi charló con LA CAPITAL sobre estos temas y todos los que están bajo su área.

“Hay una gran oportunidad nuevamente a través del fútbol de tratar de aminorar los riesgos que pueden están asociados a un acontecimiento de tamaña envergadura, y hay una gran oportunidad, a través del Mundial, de mejorar la calidad de vida de muchas personas”, contó Federico a comienzos de la charla. “Buscamos minimizar los impactos negativos y maximizar los impactos positivos en materia de derechos humanos, en materia de discriminación, con el medio ambiente”, agregó Addiechi.

Muy cauteloso por el lugar que ocupa, Federico se cuida mucho de decir explícitamente algunas cosas. Por ejemplo, cuando habla de “minimizar los impactos negativos” o “mejorar la calidad de vida de muchas personas”, se refiere, entre otras cosas, al monitoreo y las multas y prohibiciones de la FIFA en materia de, por ejemplo, “trabajo esclavo” en Qatar, dónde se hará el próximo Mundial. O de denunciar, efectivamente, los casos de discriminación en Rusia. O conseguir, como lo logró Federico, que se pueda ingresar a los estadios en Rusia la bandera del “orgullo gay”, la bandera del “arco iris”, de la LGBT (Comunidad lesbiana, gay, bisexual y transgénero), en un país dónde oficialmente está prohibida la “propaganda gay”.

-En ese sentido, fue muy emotivo lo que pudimos vivir aquí en la Casa de la Diversidad, Diversity House, en Moscú…
-La Casa de la Diversidad es una creación de un socio nuestro, la red Fare, que es una red de organizaciones no gubernamentales que trabaja para luchar en contra de los casos de discriminación en el fútbol, y que nos ayuda a monitorear posibles incidentes discriminatorios. Y aquí tuvimos la oportunidad de lanzar un proyecto con la LGTB, la comunidad de gays, homosexuales, transexuales y lesbianas en Rusia, a través del cuál apoyamos una plataforma para difundir el deporte en la comunidad homosexual en este país. Y demostrar un apoyo para actividades para luchar contra casos de discriminación. El futbol necesita de la inclusión, necesita no discriminar, el fútbol es para todos y no debe excluir a nadie.

-Incluso la FIFA, a través de tu área, recibe denuncias al respecto y las resuelve…
-Estamos preparados desde hace algunos años a través de una fuerte política de derechos humanos y nuestro artículo número 3 promueve la defensa de los Derechos Humanos a través del fútbol. Tenemos responsabilidad de actuar en casos de violaciones de los derechos humanos con activistas , periodistas. Hay casos que han ocurrido y casos que pueden pasar, y en eso estamos todos el tiempo durante el Mundial.

-La cuestión de los Derechos Humanos es muy fuerte …por las responsabilidades en países como Rusia, como Qatar, incluso con antecedentes en este último de “trabajo esclavo”…
-No estamos para salvar el mundo. Pero que todas las actividades que tienen que ver con que en el fútbol se resguarden esos derechos es muy importante para nosotros. Lo mismo pasa con el impacto en el medio ambiente, con “compensaciones” que mitigan los daños… Debemos asumir nuestra responsabilidad de una manera coherente. Nos da mucha satisfacción y una gran responsabilidad que el fútbol contribuya con un granito de arena a un mundo mejor.

-El Fútbol for Hope, que tanto nos conmovíó en Alessandria y Caju, ¿sigue de otra forma aquí?
-Seguimos trabajando con el mismo tipo de organizaciones que trabajamos desde hace 12 años. Ahora cambió el nombre porque las actividades de las ONG que se asocian a nosotros pasan a estar manejadas directamente por la FIFA. No cambia el contenido, ni la forma de la competencia, ni el proceso de selección. Se van a encontrar en Moscú, hacia el final de este mes, jóvenes de 48 países, con distintas capacidades, de comunidades desprotegidas. El fútbol es una herramienta vital para varias de esas comunidades, que padecen prácticas que no queremos ver en la sociedad actual. Vamos a recibir a más de 300 jóvenes con la esperanzas de ser parte de un Mundial social, como los que ya hicimos en Sudáfrica y Brasil, paralelo a la Copa del Mundo.

-Dijimos hace cuatro años que eras un cuadro técnico brillante de la FIFA, y no un cuadro político. Se comprobó con tu continuidad en la FIFA más allá de todos los cambios de autoridades…
-Efectivamente, mi trabajo y mi posición permanecieron. E incluso se incrementaron las atribuciones, el presupuesto, la gente a cargo en mi equipo. Y se creó el área de Derechos Humanos con un director a mi cargo. Realmente trabajo con mucha tranquilidad y respaldo, pero con más responsabilidades.