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Interés general 7 de mayo de 2016

El exceso de ofertas de fin de semana “marea” a los consumidores

Argentina es uno de los pocos países donde el consumidor recibe ofertas según el medio de pago a utilizar. Las promociones son un arma de doble filo.

El exceso de ofertas de fin de semana satura la capacidad del público para asimilar información y “marea” al consumidor, estiman los especialistas que realizan seguimientos regulares de las tendencias de consumo.

“Todas estas ofertas y variantes de pago se constituyen en una verdadera ensalada rusa”, dijo el consultor y agregó que “en tiempos de alta inflación y distorsión de precios relativos, se pierde la referencia de precio, uno no sabe cuánto salen las cosas y los supermercados amplían este tipo de acciones para atraer la demanda”, describió Damián Di Pace, analista de consumo.

“Los supermercados ocultan los precios de sus productos a través de atractivas ofertas de fin de semana y marean al consumidor que, en medio de un contexto altamente inflacionario, pierde la referencia de los valores”, señalan coincidentemente los especialistas consultados.

Para el público ya es típico ver en los principales diarios de viernes a domingo ofertas supermercadistas de 2×1, 3×2, 4×1, de descuento de hasta 80% en la segunda unidad y de 15 a 20% de descuento en tarjetas de crédito.

Di Pace, titular de la consultora Focos Market y asesor de CAME, dijo a Télam que “la Argentina es uno de los pocos países donde el consumidor recibe ofertas según el medio de pago a utilizar, según el día en que compre, según sea una promoción por volumen, oferta de fin de semana y financiamiento de acuerdo a la emisora de tarjeta de crédito”.

A criterio de Di Pace, los supermercados y a veces también las cadenas de electrodomésticos “se aprovechan” de la confusión que genera la pérdida de referencia de los precios.

“Te marean con las ofertas”, comenta el especialista y describe que en el actual contexto de pérdida de poder adquisitivo, el consumidor se termina comportando de manera racional y abandona la conducta de compra impulsiva.

“Las promociones son un arma de doble filo, en un entorno de precios nuevos y salarios viejos”, comentó el experto.

Para ayudar al consumidor ante el sortilegio de las ofertas, el Gobierno diseñó un sistema electrónico de precios que bajo la denominación de Precios Claros será lanzado el 13 de mayo, que permitirá al público, antes de hacer las compras, comparar en la pantalla de su computadora o teléfono celular los precios de los productos de los supermercados más próximos a su domicilio.

El ingeniero agrónomo Mariano Winograd, de la consultora Cinco al día Argentina, al referirse al aumento del precio de las frutas y verduras y los problemas de estacionalidad, también aludió a la distorsión de precios en una economía inflacionaria.

“Estamos acostumbrados a que las frutas y hortalizas sean baratísimas, que cuesten entre $10 y $25 el kilo pero no nos horrorizamos si el kilo de helado cuesta $300”, ejemplificó.

Winograd comentó que en los últimos días se produjo un aumento de precio en productos frutihortícolas por un tema de estacionalidad, al aludir a las lluvias y la aparición de los primeros fríos otoñales.

Citó al aumento del zapallito, la berenjena, la zanahoria, que al decaer en su oferta por cuestiones estacionales, incrementan su valor.

“La gente con presupuesto reducido no los compra pero ésto no generan inflación. Son productos que pueden ser sustituídos por otros”, comentó.

Comentó que los cítricos bajaron a la mitad de precio y “ya apareció la mandarina y la naranja antes se importaba de España”, ya apareció en las góndolas.

Describió que actualmente “hay abundancia de papa y sobreabundancia de cebolla” y comentó que “quien compra zapallito a $50 el kilo es rico“, aunque teniendo en cuenta la distorsión de precios “no es caro porque el kilo de alfajor cuesta $200“, comentó.