Ante los reclamos y los pedidos de informe por parte de bloques de la oposición, el PAMI debió brindar una respuesta detallada sobre el avance en el plan de adecuación edilicia que atraviesa el ex sanatorio Emhsa, tras más de dos años de conflictos y prestación restringida.

Entre la información presentada sorprendió la decisión del organismo de dejar de lado el nombre “Eva Duarte”, adoptado por los trabajadores y dirigentes de la gestión anterior, para finalmente optar por “Doctor Bernardo A. Houssay“, en homenaje al médico argentino ganador del premio Nobel de Medicina.

Luego de que, en julio de este año, el Gobierno nacional oficializara el pase del establecimiento a manos de la obra social de los jubilados y pensionados, el foco de atención estuvo puesto en la fecha de apertura del sanatorio ubicado sobre la avenida Juan B. Justo al 1700. En abril, el titular del PAMI, Sergio Cassinotti, confirmaba al municipio y a la Región Sanitaria VIII que a fines de agosto volvería a funcionar el segundo piso. Sin embargo, pese al trabajo realizado hasta el momento, no pudo cumplirse el plazo inicial propuesto, lo que derivó en críticas y manifestaciones de preocupación por parte de trabajadores de la institución y dirigentes políticos.

En este sentido, la subgerencia de la obra social, como área técnica responsable de los proyectos de infraestructura, brindó un informe en el que se detallan los trabajos realizados y propuestos para las instalaciones ya existentes y la ejecución de la nueva instalación termo dinámica.

Es en este documento donde se revela el nombre que tendrá el nosocomio al señalar que “la cartera de servicios del Sanatorio Dr. Bernardo A. Houssay se perfila como un centro asistencial de características innovadoras y vanguardistas, y se dividirá en varias líneas asistenciales”.

Un plan en 4 fases

En un cronograma progresivo, el organismo dividió el plan de adecuación en 4 fases. La primera de ellas involucra la puesta en funcionamiento de consultorios externos, el servicio de diagnóstico por imágenes y un laboratorio.
Según se establece, los consultorios contarán con una extensa cartera de especialidades entre las que se encuentran cardiología, neumología, neurología, obstetricia, nutrición, entre otras, mientras que se garantiza que el servicio de diagnóstico por imágenes tendrá a disposición un equipamiento tecnológico de “última generación”, permitiendo hacer estudios de tomografía axial computada, rayos X, ecografía y mamografía. Según se indica, el modelo de gestión se orienta a un “servicio de alta calidad y bajo costo”, incrementando así “rápida y gradualmente la cantidad de estudios en cada equipo para alcanzar la capacidad máxima operativa de los mismos, atendiendo a la demanda tanto para pacientes internados como ambulatorios”.

El laboratorio, en tanto, contará con el equipamiento local necesario para atender la demanda de aquellos pacientes que requieran rápida solución en cuanto a necesidades de análisis clínicos.

Quirófanos y 120 camas

La segunda fase contempla la apertura del servicio de cirugía ambulatoria y el de internación general.
De acuerdo con el plan de funcionamiento edilicio, y la readecuación de la cartera de servicios, se contará con 3 quirófanos y 2 salas de endoscopía, alcanzando la posibilidad de ofrecer a los pacientes prácticas quirúrgicas de traumatología, cirugías no complejas, prácticas ginecológicas y cirugías oftalmológicas.

En cuanto al área de internación general, la misma estará orientada como un centro asistencial generalista con una impronta quirúrgica haciendo foco en la alta complejidad, para cubrir parte del déficit prestacional del Instituto en la ciudad de Mar del Plata y zonas de influencia, y contener a aquellos casos que requieran derivación a la Capital Federal. Para ello contará con 120 camas de internación general.

En cuanto a la UTI, se dispondrá la incorporación de 25 nuevas camas, teniendo en cuenta un índice de ocupación del 95%, con una estancia media de entre 3 y 5 días.

En 2018: 100% operativo

La cuarta y última fase del cronograma propuesto contempla la puesta en marcha de la institución al cien por ciento de su capacidad. Sin embargo, la apertura será progresiva, en función del avance en las obras de cada ámbito. Por ejemplo, para el servicio de cirugías ambulatorias se estima una ocupación incremental a partir del cuarto mes de funcionamiento, comenzando con un 25% hasta el séptimo mes, un 50% entre el octavo y décimo segundo mes, creciendo a un 75% entre el décimo tercero y octavo y, hasta alcanzar los dos años de funcionamiento, un 85%. La estabilización se estima en un 90% a partir de los 25 meses.