El dolor sin filtros de Basquiat por la injusticia racial, en el Guggenheim
El museo neoyorquino expone una veintena de trabajos, del artista estadounidense y de sus contemporáneos, e indaga en una etapa clave de su carrera artística generada por una tragedia.
Un visitante observa la obra "La Hara" de Jean-Michel Basquiat durante la exposición "Basquiat's Defacement" en el Museo Guggenheim de Nueva York. Foto: EFE | Alba Vigaray.
por Nora Quintanilla
NUEVA YORK, Estados Unidos.- Jean-Michel Basquiat conmemoró el injusto destino de un joven artista negro como él en “La Muerte de Michael Stewart”, su obra más personal, un testimonio de dolor que permaneció años en el estudio de Keith Haring y que se puede conocer en el Guggenheim de Nueva York.
Este dibujo de 1983, que recrea uno de los episodios más oscuros de las tensiones raciales en la Gran Manzana, es la pieza central de “Basquiat’s ‘Defacement’: The Untold Story”, una exposición con una veintena de trabajos, suyos y de sus contemporáneos, e indaga en una etapa clave de su carrera artística generada por una tragedia.
Michael Stewart, un artista de 25 años que había sido bailarín de Madonna, murió trece días después de haber sido detenido en el metro de Nueva York supuestamente por escribir un grafiti de su nombre en la madrugada del 15 de septiembre de 1983, un incidente con la Policía que lo dejó en coma y que todavía está lleno de incógnitas.
La comisaria de la muestra, Chaédria LaBouvier, dijo que esta “tragedia negra” dejó devastados a artistas como Andy Warhol, Keith Haring o George Condo, y especialmente a Basquiat, que afirmó que podría haber sido él la víctima y reflejó su “trauma” en “La Muerte de Michael Stewart”, conocida como “Defacement” (Desfiguración).
Basquiat pintó una figura oscura que está siendo atacada por dos policías y sobre ella escribió la palabra “defacement”, a menudo utilizada para referirse simplemente al grafiti, entre signos de interrogación, ya que como Haring señaló entonces, Stewart “era un artista, pero no era para nada conocido como un grafitero”.
“Nunca sabremos cómo fue creada, pero creo que (Basquiat) estaba en el estudio de Keith Haring, teniendo una conversación realmente sincera, y esa honestidad la plasmó en la pared”, explica la comisaria a EFE sobre esta obra pintada entre garabatos, que Haring arrancó y después colgó sobre la misma cama en la que murió en 1990.
La obra “La muerte de Michael Stewart”. Foto: EFE | Alba Vigaray.
El dibujo figura entre pinturas como “Tuxedo”, que es “un monumento a los logros”, o “Charles The First”, donde compara a Charlie Parker con héroes como Superman y Thor, pero a diferencia de ellos “está desprovisto de elementos significativos de nobilidad y majestuosidad”, como sus características coronas de tres puntas.
“Este era él trabajando sin filtros. Creo que pensaba que estaba en un espacio seguro, que no iba a verse en público, mientras que las otras obras sí sabía que iban a salir al mundo exterior”, explicó LaBouvier, que ha dedicado los últimos años a estudiar esta obra y es la primera comisaria negra del Guggenheim.
La exposición consta de una sala con otras piezas de Basquiat, como “Irony of a Negro Policeman”, o “Untitled (Sheriff)”, que “ilustran todavía más su relación con la autoridad del Estado y demuestran su adaptación de las coronas como símbolos para canonizar figuras negras históricas”, destaca el museo.
En otra sala hay materiales sobre la muerte de Stewart, como carteles de protestas o eventos benéficos, y reacciones de artistas “en solidaridad” con él: una impresión de Warhol con el titular del periódico sobre el suceso, un retrato del joven firmado por George Condo y el diario personal de Haring, donde cuestiona la justicia.
Presidiendo el espacio hay un impactante cuadro de Haring, de grandes dimensiones, llamado “Michael Stewart – USA for Africa”, en el que un hombre negro y desnudo, esposado y con cara de horror, está siendo estrangulado mientras a sus espaldas la Tierra se abre en un río de sangre sobre el que flotan manos de diferentes razas.
“Defacement”, explica LaBouvier en su estudio de la obra, “es la pintura más personal” de Basquiat, y ninguna otra en su corta vida -murió en 1988, a los 27 años, de sobredosis- ha aparecido con tales sentimientos y vulnerabilidad sin filtros, ni ha retratado un acontecimiento que afectara su vida tan directamente”.
En la presentación de la exposición, abierta hasta el 6 de noviembre en el último piso del arquitectónico museo, la comisaria subrayó que esta obra ha cambiado su vida y que espera que al exponerse en público “despierte cambios” en la sociedad.
EFE