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Interés general 11 de julio de 2017

El dinero ¿favorece la infidelidad?

por Matías Lamouret

“Que una persona tenga más ceros en su cuenta que su pareja no implica que vaya a serle infiel, siempre y cuando éste le muestre suficiente respeto, gratitud y aprecio”, aseguró India Kang, experta en relaciones de pareja. ¿Qué nos quiere decir con esto? ¿Qué papel juega el dinero al momento de tomar la decisión de vivir una aventura por fuera de la pareja?

Claramente nunca hay una sola razón por la que se comete una infidelidad. O quizás a veces, ni siquiera tiene que haber una. En una encuesta entre los usuarios de Second Love, la red social para personas comprometidas que buscan una aventura, un gran porcentaje de hombres afirmó que había sido infiel “porque se le había presentado una oportunidad y no habían sabido decir que no”, sin encontrar motivos previos a su decisión. O por ejemplo, la mayoría identificó la monotonía en la relación como el principal disparador.

Pero si bien los disparadores pueden ser muchos y diversos, el dinero es claramente uno de los condicionantes en las relaciones de pareja. Suele suceder que en épocas de crisis, cuando se hace difícil afrontar los gastos, esa situación externa termina incidiendo en el seno de la pareja.

Pero también el dinero afecta en el interior de la pareja. “Es claro que está relacionado con el poder y resulta un instrumento con el cual premiar o castigar”, afirma el psicólogo argentino Nicolás Pedregal. Y aclara el riesgo de caer en una separación entre hombres y mujeres en este tema: “Al ser tan fuerte la modulación cultural, tampoco es dable suponer que hay un formato ‘masculino’ o ‘femenino’ de tratar la infidelidad o el manejo del dinero”.

Si bien resulta complicado separar las conductas entre hombres y mujeres, en aquellos círculos donde algunos viejos conceptos siguen presentes, el dinero puede resultar un gran condicionante.

Según un estudio de Christin Munsch, sociólogo de la Universidad De Cornell, para un gran porcentaje de los hombres encuestados ganar más dinero que sus parejas y ser los sostenes del hogar tiene un fuerte simbolismo en su masculinidad. Cuando esto no sucede, buscan “refrendar” esa masculinidad en aventuras sexuales por fuera de la pareja. Este mandato, vinculado a la sociedad occidental tradicional, no aparece en las mujeres, que no se ven amenazadas porque su pareja ganen más dinero.

Los modelos de pareja afianzados en el imaginario de las sociedades occidentales, donde el “varón” es quien aporta el sustento y se vincula a la “mujer” con las tareas domésticas y la crianza de los hijos claramente está en jaque. Hoy, aunque siguen existiendo asimetrías salariales en algunos países, en la mayoría de las parejas ambos trabajan y tienen sus propios ingresos. “Antes el dinero se manejaba de forma conjunta, con algunos manejos independientes, pero no era tan habitual el modelo de cuentas separadas, que hoy resulta mucho más frecuente”, relata Pedregal.

Estas nuevas estructuras claramente han modificado las relaciones de poder en la pareja. La independencia económica permite mayor libertad y una manera distinta de enfrentar las crisis que se suceden. El miedo al abandono y “no tener con qué mantenerse” desaparece y se permite una nueva dinámica en la pareja. Si bien el dinero no aparece como uno de los principales responsables a la hora de las crisis en las parejas cuando se consulta a los usuarios de la red, claramente juega un papel importante en la dinámica de las parejas.

(*): Vocero de Second Love para Latinoamérica.



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