Luego de que Nahuel Lucas Jerez fuera abatido por un jubilado al que intentó asaltar en su casa del barrio Colinas de Peralta Ramos, se supo que se trataba de un delincuente con numerosos antecedentes que había salido de la cárcel de Batán semanas atrás, después de iniciada la pandemia del coronavirus. Y también que cuatro años atrás, en 2016, ya había sido baleado en un presunto ajuste de cuentas.

De acuerdo a los datos que averiguó LA CAPITAL, el ladrón no vivía en las proximidades del lugar donde se produjo el hecho, sino que el último domicilio registrado en los sistemas informáticos de la policía y la Justicia arrojó que lo hacía en el barrio Las Américas.

Inclusive, fuentes extraoficiales consultadas por este medio revelaron que Jerez había sido baleado en 2016, lo que motivó su internación en el Hospital Interzonal General de Agudos (HIGA). En esa ocasión, le dijo a la policía que había sido asaltado y se inició una investigación.

Sin embargo, cuando los uniformados analizaron un video tomado cámara de seguridad emplazada en el sitio donde supuestamente le habían robado, en Nasser al 2500, las imágenes dejaron dudas respecto de su versión. Conforme parecía, la situación se asemejaba a una discusión y un ataque vinculado a un presunto ajuste de cuentas.
Cuando los investigadores volvieron a entrevistarse con Jerez, éste se negó a dar más detalles del hecho y desistió de la denuncia, por lo que el caso quedó trunco.