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Policiales 8 de febrero de 2024

El crimen del puestero de Camet a un paso de esclarecerse

La Justicia de Menores espera más pruebas para aprehender a un menor de 17 años cuya propia familia lo incriminó. Además un testigo dijo haber recibido el teléfono de la víctima de manos del mismo adolescente.

Lugar en donde ocurrió el crimen de Cabrera.

El homicidio de Jorge Alberto Cabrera (53), el puestero asesinado la semana pasada frente al Parque Camet, podría estar a punto de esclarecerse al ser señalado como posible autor material un adolescente de 17 años.

Lo singular de la investigación es que fue la misma familia del menor quien lo incriminó por su participación en el asesinato. Más singular aún resultó que la Justicia de Menores no ordenó su detención a la espera de mayores pruebas, aunque el joven ya está al tanto de que se lo investiga por el crimen de Cabrera.

La historia comenzó a desentrañarse con una aprehensión transitoria del menor días atrás por una resistencia a la autoridad, que tuvo la intervención del fiscal Walter Martínez Soto. Tal como lo indica el Código Penal, por ese tipo de delito un adolescente no queda privado de su libertad, pero sí se le inicia un proceso.

Ese día, al ser detenido transitoriamente, algunos miembros de su familia lo acusaron de violento, que era un peligro y pidieron a la policía que lo dejara detenido. Además aseguraron que lo que decían era tan cierto como que había participado en el asesinato del “papero”.

Estas declaraciones fueron documentadas por la policía e informadas al fiscal de mayores, Leandro Arévalo, quien investigaba el asesinato y que para entonces ya tenía una línea de trabajo en ese sentido. Se sabía que Cabrera había ido a comprar droga a un “point” y que al regresar al puesto de papas había sido asaltado por al menos dos jóvenes, uno de ellos adolescente.

Arévalo entendió que debía declinar competencia y notificó al fiscal Marcelo Yanez Urrutia que, sin embargo, consideró que no era prueba suficiente para ordenar la detención. El menor quedó en libertad por la resistencia a la autoridad y desde entonces está con paradero desconocido.

Mientras tanto, Arévalo profundizó la investigación y logró localizar uno de los dos teléfonos que le habían sido robados a Cabrera. La persona que tenía el dispositivo entregó datos de importancia que fueron nuevamente remitidos a la Justicia de Menores para reforzar la incriminación hacia el adolescente.

Por el momento, no hubo ninguna medida para dar con el menor de 17 años y se espera que en las próximas horas sea analizada la prueba una vez más.

El crimen de Cabrera se descubrió en la mañana del miércoles 31 de enero cuando una persona que iba a atender el precario puesto de papas ubicado frente al Parque Camet, por la ruta 11, encontró el cadáver de Cabrera. La Policía Científica, por medio de su cuerpo Médico Forense, determinó que Cabrera había sufrido dos lesiones de arma de fuego, una de ellas en el rostro y otra en el tórax.

Ante la falta de cámaras de seguridad la investigación se basó en testimonios hasta que aparecieron los testimonios de la familia del menor y otras referencias coincidentes.



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