Están quienes se enojan con el intendente Guillermo Montenegro porque ante el crecimiento de casos no procede a “cerrar todo” y están quienes lo felicitan por mantener las fuentes laborales e insisten en que es tiempo de convivir con el virus. Hay destacados profesionales sanitarios que piden más testeos en lugares claves como geriátricos y barrios vulnerables, y hay un ministro de Salud que no coincide y señala que de nada sirven los testeos masivos ya que el negativo de hoy puede ser positivo mañana, o a la inversa. Hay quienes celebran cuando el parte oficial de cada noche marca que hubo menos casos que el día anterior y hay quienes, miserables por cierto, sonríen y se regocijan cuando los números crecen. Están quienes insisten en que el coronavirus es “una gripecita” y hay otros que sienten mucho temor. Están quienes pretenden esquivar al virus y a la vez los que parecen querer contagiarse “de una vez por todas, y antes de que se terminen las camas”…

Hay muchos que no ven a sus abuelos, amigos y hasta hermanos desde hace meses, y hay quienes no dudan en armar asados entre amigos, compartir el mate en el trabajo o reírse de la obligación de usar barbijo. Hay comerciantes que cumplen a rajatabla el protocolo y hay otros que ya mezquinan el alcohol en gel o venden tres cervezas más después de la medianoche. Están quienes arman y quienes difunden informaciones falsas en Whatsapp avisando que Mar del Plata pasa a fase 3 -generando la lógica preocupación en miles de familias- y quienes le aportan seriedad al tema aferrándose a los datos oficiales y concretos… Como en casi todas las acciones cotidianas, irrumpe la grieta y la división de la sociedad. Ni siquiera el coronavirus los amedrenta.

En ese contexto, Mar del Plata logró superar una vez más el examen de las autoridades sanitarias y políticas de la provincia, por lo que continúa en la fase 4. Lo hace en un contexto de días con un alto número de contagios, que sin embargo lejos están de asemejarse a otras ciudades con muchos menos habitantes. La semana pasada se registró un promedio de casi 50 contagios diarios en Mar del Plata y hubo una polémica -más leve en la superficie que la que se protagonizó fuera de los focos de la atención publica- entre las autoridades municipales y los referentes de la salud provincial con asiento en Mar del Plata, concretamente del Hospital Interzonal General de Agudos y de la Región Sanitaria VIII. Lo peor que le puede pasar a Mar del Plata en estos momentos es que se cuele la política en cuestiones tan delicadas. Bajar un cambio, pensar en grande, dejar de lado las chicanas políticas y la mirada cortita -exclusivamente circunscripta al denominado círculo rojo y a años luz de lo que siente el ciudadano común- es obligación de quienes tienen a su cargo el destino de miles y miles de ciudadanos.

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“Hay que convivir con el virus. No queda otra. Hoy volver atrás es prácticamente imposible. La gente está harta, viviendo momentos difíciles en lo económico. La pandemia agravó una situación que ya teníamos y hoy lo ves en los restaurantes y locales donde la gente gasta lo mínimo e indispensable. ¿Cerrar todo nuevamente? Suena a imposible salvo que nos encontremos frente a un cuadro dantesco donde no quede otra alternativa”, reflexionaba en la tarde del domingo, ya aliviado con la confirmación de Mar del Plata en fase 4, un alto funcionario municipal que acababa de acompañar al intendente a comprar zapatillas en un comercio de ropa deportiva en pleno centro de la ciudad. El funcionario, planillas en mano, desplegaba ante el periodista el mismo arsenal de explicaciones que minutos antes le había planteado, telefónicamente, a uno de los principales funcionarios de la jefatura de gabinete de la provincia.

“Mar del Plata tiene 700 mil habitantes como mínimo. El día de más casos positivos de la semana fue el sábado, con 66. Mirá esta planilla, exigía cigarrillo electrónico en mano. Hay casi 20 ciudades de la provincia que duplicaron o triplicaron los casos de Mar del Plata. Nosotros 66, Almirante Brown 279, Avellaneda 287, Berisso 145, Esteban Echeverría 156, Florencio Varela 165, San Martín 268, La Matanza 398, La Plata 175, Lanús 160, Lomas 158, Merlo 148, Quilmes 151, Tres de Febrero 116… No queda otra que entender que hay que cuidarse, claro, y comprender que todo esto ya sucedió antes en todo el mundo. Mientras tengamos camas disponibles no vamos a tener problemas. La mayoría de los casos son de asintomáticos que se encuentran en sus domicilios, pero hay otras cuestiones que hoy nos preocupan, tanto acá como en la Provincia y en la Nación”, añadió.

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¿A qué se refería? En distintos focus groups que se realizan en Mar del Plata, en la Provincia y en la Nación, se viene constatando una situación que enciende todas las luces de alerta. “Hay gente que está yendo a buscar el virus”, dicen, lo cual suena inexplicable. “Cada vez escuchamos a más gente que afirma que está dispuesta a contagiarse ahora que no faltan camas, total, puntualizan, no pasa nada. Una locura pero te aseguro que esto se ve en cada medición. Fantino se contagió y no le pasó nada, o Lizy Tagliani, o la ex gobernadora Vidal, te comentan. Tenemos que trabajar en eso”, resaltaba uno de los voceros del equipo de Salud de Nación. No fue casualidad que en conferencia de prensa la secretaria de Acceso a la Salud del Ministerio de Salud de la Nación, Carla Vizotti, saliera a dejar en claro que la gente “no tiene que contagiarse” y que debe “minimizar la posibilidad de infectarse” porque aún “no se sabe las secuelas que puede generar en las personas. Hay artículos -enfatizó- que muestran que hay una cantidad importante de personas que tienen secuelas cardiológicas. El mensaje más grande es que no pensemos que es una pavada. Falta para generar evidencia y tener respuesta. Por eso no hay que contagiarse”, insistió.

El fenómeno de los asintomáticos. Si algo evidenció que son miles las personas que tuvieron o tienen coronavirus y jamás experimentaron síntomas, conviene recordar lo que sucedió en estas horas con los testeos que se realizaron los futbolistas profesionales, condición indispensable para volver a los entrenamientos. Al momento de redactarse estas líneas, eran más de 20 los jugadores de diez equipos de primera división a los que se les detectó coronavirus en los testeos. Deportistas que nunca imaginaron estar infectados. Sin embargo, ellos, como tantos otros miles y miles, pueden contagiar. Se estima que por cada caso positivo detectado hay otros 10 más no declarados. Así, con más de 524 casos activos en Mar del Plata, hay 5240 personas que están en condiciones de esparcir el virus sin tener la mínima sospecha de que son protagonistas de ese accionar. Miles de vecinos entonces con los que uno se cruza en la cola del banco, en el almacén o en el café. ¿Cuál es el mejor remedio? Mantener las medidas por todos conocidas: distanciamiento social, lavarse las manos con jabón, usar alcohol y barbijos y escaparles a las reuniones sociales, prohibidas por el Gobierno nacional.

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Las últimas jornadas volvieron a demostrar que el personal de la salud es uno de los sectores más castigados por el Covid-19. Con casi 200 trabajadores de salud contagiados, y más de un millar aislados en las últimas semanas, la atención se resiente en hospitales y clínicas locales. Sólo en el Hospital Interzonal General de Agudos había 80 trabajadores aislados la semana pasado por los casos positivos registrados entre enfermeros y médicos. El personal de más de 20 instituciones locales se vio afectado por los contagios, teniendo en cuenta que como “trabajadores esenciales” se encuentran en la primera línea de combate. Además, los testeos se multiplican en este ámbito, razón por la cual los casos se hacen visibles diariamente. “Testear al personal de salud muchas veces es como pescar en una pecera. Siempre detectás casos”, indicaba uno de los directores de una de las clínicas con más casos contagios en los últimos días. El pluriempleo, la falta de insumos y el descuido son los principales factores que contribuyen al contagio entre el personal de salud, como se consignaba este domingo en LA CAPITAL en un impecable artículo del periodista Gonzalo Gobbi.

En tanto, desde la comuna, se insiste en que la situación en Mar del Plata si bien es preocupante, lejos está de ser caótica, y en tal sentido -lo cual volvió a ser remarcado ese fin de semana ante las autoridades bonaerenses al momento de analizarse las fases- se hace hincapié en que hay disponibilidad de camas al tiempo que son escasos los respiradores en uso. De hecho, este martes los pacientes Covid positivos en ARM (asistencia respiratoria mecánica) eran 6. El lunes también se informó que entre el 2 y el 9 de agosto se procesaron 1.604 muestras, siendo la cantidad de casos confirmados de 361, descartados 1.020 y sospechosos 223. No obstante, la pregunta que muchos marplatenses y batanenses realizaban a periodistas de este medio a través de las redes sociales, buscaba determinar la cantidad de camas con que cuenta Mar del Plata, tanto en el sistema público como en el privado.

Así, luego de un exhaustivo trabajo de recolección de datos, LA CAPITAL pudo establecer que entre hospitales (públicos y privados) y clínicas, Mar del Plata cuenta con 1.644 camas. De ellas, 140 son de terapia intensiva al tiempo que los respiradores llegarían a 165 aproximadamente. A esto deberían sumárseles 60 camas que tiene el Instituto Nacional de Rehabilitación Psicofísica del Sur (Inareps), sin poder establecerse cuántas de ellas se destinarían a terapia intensiva o con cuántos respiradores pueden llegar a contar. 165 respiradores disponibles y apenas 7 en uso para pacientes Covid marcaría un panorama más que claro y tranquilizador. Sin embargo, también hay que tener en cuenta que se utilizan respiradores en pacientes con otras patologías y que las 1.644 camas anteriormente citadas no pueden ser empleadas en su totalidad. ¿El motivo? Lo anteriormente citado: la falta de personal sanitario, tanto por casos de contagios como por aislamiento.

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Vaya a modo de ejemplo lo que sucede en el Hospital Houssay donde se produjo uno de los brotes más importantes de la ciudad desde que se inició la pandemia. El Hospital cuenta con 105 camas, pudo saberse, pero hoy dicho nosocomio tiene capacidad operativa para mantener activas 14 camas generales, 6 de terapia intensiva y 16 para pacientes Covid, más 12 respiradores. 36 camas sobre 105. Un tercio de su capacidad por falta de personal. Sin dudas, por allí pasa el tema más preocupante. Un panorama similar se vivía en el Hospital Interzonal General de Agudos, donde, cabe recordarlo, se atiende a pacientes de toda la zona. Con muchas de sus camas ocupadas por pacientes oncológicos de Mar del Plata y toda la región, también la falta de personal -muchos profesionales incluso también cumplen funciones en el Hospital modular- se hace sentir en estas horas.

En tanto, los fallecimientos “por o con” coronavirus llegaron a los 51 en Mar del Plata, estableciéndose que al menos 4 de ellos no figuran en las estadísticas oficiales al no haber sido cargados en el SISA (Sistema Integrado de Información Sanitaria Argentina). En la mayoría de los casos, especialmente en las últimas semanas de julio y lo que va de agosto, los decesos fueron de personas mayores que se encontraban en hogares geriátricos de la ciudad, con patologías previas que se agravaron al sufrir contagios de Covid-19. Con respecto a los últimos 51 casos, LA CAPITAL pudo determinar que fallecieron 23 hombres, siendo la edad promedio de 75,8 años, y 28 mujeres, con una edad media de 86,1 años. Si se analiza el total de los casos arroja que la edad promedio de las personas fallecidas en Mar del Plata es de 81,3 años. El promedio a nivel nacional es de 73 años. En cuanto al total de los casos de coronavirus registrados en Mar del Plata desde que se inició la pandemia, el promedio de edad es de 45 años, estableciéndose que el 58% de los contagios corresponden a mujeres y el 42% a hombres.

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En Mar del Plata, como en el resto de la costa atlántica, son miles los que se preguntan qué va a suceder con la temporada. “Si no se controla la pandemia será difícil tener una temporada normal”, dijo el jefe de Gabinete provincial Carlos Bianco, respaldando los dichos del ministro de Salud, Daniel Gollán, pero bajándole el tono a la polémica. Afirmó que “es prematuro” saber si habrá o no temporada de verano. No obstante, desde distintos sectores relacionados con el turismo se hace hincapié en la necesidad de establecer protocolos e imaginar distintos escenarios. “Una temporada con numerosos casos de coronavirus y un diciembre con pocos positivos, constituyen escenarios totalmente diferentes”, dicen en el Ente Municipal al tiempo que representantes de distintas actividades turísticas coinciden en apuntar que no puede imaginarse una temporada como la anterior, con encuentros masivos o multitudinarios.

La Cámara de Balnearios, por ejemplo, ya elevó un protocolo que deberá ser autorizado por las autoridades sanitarias locales. No obstante, según una fuente municipal, es probable que se le realicen modificaciones ya que “no se contempla la posible reducción de carpas y sombrillas” en el marco del distanciamiento que debería regir en caso de que siga siendo necesario “convivir con el virus”. Al margen de establecer una serie de medidas -especialmente de higiene, distanciamiento entre personal y clientes y capacitación de los trabajadores-, se sugiere utilizar líneas demarcatorias que delimiten los espacios para asegurar el cumplimiento de los límites de ocupación y de distancia mínima, estableciéndose que las carpas, sombrillas y áreas recreativas deben mantener disponible una solución alcohólica al 70% para todas las personas.

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En cuanto al protocolo, se consigna que cada balneario deberá asegurar una distancia mínima de dos metros entre mesas, sillones, reposeras o elementos similares de reuniones en espacios comunes. En lo referente a la ocupación, consignan que “sólo se permitirá un número máximo de 6 personas por carpa”, al tiempo que en cuanto a las sombrillas, “sólo se permitirá un número máximo de 4 personas por sombrilla”, debiéndose asegurar una distancia mínima de dos metros entre las mismas. En tanto, sólo se permitirá una persona cada dos metros cuadrados de superficie de piscina o spa, al tiempo que se fijará un sistema de turnos diarios (por ejemplo cada hora). Dicho turno deberá ser solicitado previamente en la administración del balneario. Entre otras cosas también se apunta que en el sector de juegos infantiles sólo se permitirá una persona cada dos metros cuadrados.

“Estamos pensando en un verano con turistas y con protocolos”, aseveró el intendente Guillermo Montenegro en declaraciones al programa “Buenos días América”, que conduce Antonio Laje. “Nosotros tenemos claro que la temporada va a ser distinta. Que vamos a tener que ponernos creativos en el aire libre. Mar del Plata tiene una situación muy particular. Si bien es una ciudad de cerca de 1 millón de habitantes, tiene 43 kilómetros de costa, tiene sierra, tiene la laguna, tiene mucho espacio público”, señaló. El intendente recordó que “todos los especialistas hablan de que la mejor forma de realizar actividades es al aire libre”, por eso insistió en que “la gastronomía va a tener que ser diferente”, lo mismo que “los eventos”. Todo será diferente. En Río de Janeiro, la ciudad más emblemática de Brasil, los cariocas y turistas que deseen tomar sol en las playas tendrán que reservar su espacio por una aplicación de celular, según anunció este lunes el alcalde Marcelo Crivella. En la “cidade maravilhosa” ya eran permitidas desde hace un par de semanas las actividades deportivas en las playas -con tapabocas- y que la gente se bañara en el mar, pero sin permanecer en la arena disfrutando del paisaje o del sol.

Y como se presumía, dejaron la bomba lista para explotar. La Suprema Corte de la provincia de Buenos Aires consideró “abstracto” el conflicto que planteo a fines de 2018 el ex intendente Carlos Arroyo con el Concejo Deliberante tras recortar las bonificaciones docentes. Un capricho del ex director de escuela y del ex secretario de Hacienda de la comuna, Hernán Mourelle, un hombre proveniente de Lanús que jamás dimensionó el orgullo que sentían los marplatenses por su sistema de educación municipal. Ambos le metieron la mano en el bolsillo a los docentes municipales, generando un conflicto innecesario cuyas consecuencias, seguramente, deberán afrontar las actuales autoridades que, ni bien asumieron, restituyeron ese beneficio tal cual se habían comprometido todas las fuerzas políticas -salvo el arroyismo, claro está- en la campaña electoral. Numerosos docentes acudieron a los juzgados en lo contencioso administrativo para reclamar la restitución del beneficio tal cual lo recibían hasta 2018 y esperan percibir, en forma retroactiva, lo que dejaron de cobrar durante mas de un año, desde que Arroyo cambió la fórmula hasta que Montenegro la restableció.

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Como bien lo señalaba el periodista Adrián Freijo en una columna publicada en el sitio www.libreexpresion.net, el fallo constituye el fin de “una cuestión cuyo origen de se debió al capricho de un hombre de comportamiento absurdo, marginal y peligroso para los intereses de la comunidad que lo había elegido para que la gobierne. Tal es así -se añade- que al disponer el pago de las costas de este juicio por su orden, la Corte condena a General Pueyrredon a hacerse cargo de la totalidad de un monto que seguramente será no menor. La mitad deberá abonarlo el Departamento Ejecutivo y la otra mitad el Concejo Deliberante, que solo intentó defender su derecho a legislar y el de los docentes a disfrutar de un derecho adquirido. En resumen, lo pagaremos todos, menos Carlos Fernando Arroyo”. En definitiva, herencia de un gobierno que mucho daño le hizo a la ciudad.

Fueron parte del peor gobierno municipal de la historia de la ciudad, debieron resignar los sueños de la reelección al obtener apenas el 3 por ciento de los votos, y sin embargo, hoy hablan y tratan de justificar lo injustificable. Uno de los principales funcionarios del “arroyismo”, quien estuvo cuatro años en el gabinete municipal, es el doctor Alejandro Vicente, ex secretario de Gobierno. El otrora radical confirmó en un reportaje concedido al programa radial “lacasette” lo que había adelantado LA CAPITAL en el sentido de que reclamaba 700 mil pesos en concepto de vacaciones no gozadas. Sin embargo, Vicente dijo que era un trámite que inició en diciembre, resaltó que “eso se les paga a todos los funcionarios”, y denunció que se trató de una “puesta en escena de un solo medio”. Mintió el ex funcionario. Al margen de que el reclamo no lo inició en diciembre sino el 3 de enero, tampoco es real que todos los ex funcionarios lo reclamaron. Sólo fueron algunos, como él, su socio en el estudio jurídico, ex secretario de Legal y Técnica y actual asesor de un concejal arroyista, Gustavo Gil de Muro, y el ex intendente Carlos Arroyo quien pretende cobrar más de un millón de pesos en ese concepto.

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Vicente expresó que “no hubo oportunismo” y añadió que “lo pusieron en escena por una cuestión de querer afectar la imagen de las personas que han sido ex funcionarios”. Fue confuso al consignar que “no ha habido ningún tipo de pedido ni de oportunismo”, y reiteró que fue algo que “puso en escena el diario que sale todos días en la ciudad” (sic). Omitió consignar Vicente en ese reportaje, donde de paso avisó que el ex intendente Arroyo “está muy bien, cumpliendo el aislamiento, leyendo y escribiendo mucho”, que el pasado 19 de junio, en medio de la pandemia y de la crisis económica de la comuna, mientras los municipales cobraban el aguinaldo en dos partes, pidió el pronto despacho de su solicitud. Lo hizo junto a Arroyo, su compañera Susana Rivero, Eduardo Leitao, Patricia Leniz y Gustavo Gil de Muro, entre otros. Un pedido en vano ya que las actuales autoridades hicieron saber que de ninguna manera pagarán estas vacaciones no gozadas. “Si quieren que vayan a la Justicia. Que se olviden de cobrar en medio de esta crisis”, alegaron. ¿Presentará el abogado ex funcionario una demanda contra la Municipalidad? Será cuestión de esperar el próximo reportaje.

El intendente Guillermo Montenegro dejó sin efecto un decreto de su antecesor, Carlos Arroyo, mediante el cual en octubre había creado cargos jerárquicos dentro del Sistema Educativo Municipal, para los cuales designó a María Alejandra Bochetto y Emma Savina Cazzaro, lo cual generó el rechazo en el sindicato docente, siendo ese acto administrativo observado por el Tribunal de Cuentas de la provincia, sin haber intervenido el Concejo Deliberante para esa modificación. Tal lo informado por el sitio La Tecla que añade que el decreto había sido firmado por el ex secretario de Gobierno, Alejandro Vicente y el ex titular de Hacienda, Alfredo Osorio. Dos cargos inventados sin ningún tipo de sustento, los cuales, según el reciente decreto firmado por Montenegro, “no se consideran imprescindibles para el funcionamiento del sistema educativo municipal”. Otra perlita que dejó la inolvidable gestión anterior.

El gobernador Axel Kicillof celebró y agradeció a la oposición el haber apoyado la ley de endeudamiento. Lo hizo públicamente, resaltando que habían puesto por delante el “bienestar de los bonaerenses”. Se terminaban así más de dos semanas de intensas negociaciones, idas y vueltas: del lado del oficialismo, las más altas autoridades del gobierno estuvieron pendientes del futuro de la ley; del lado de la oposición, el marplatense Maxi Abad condujo las negociaciones, y recibió el reconocimiento de todos, propios y ajenos. Del lado de los intendentes celebraron el acuerdo, porque les da oxígeno en un contexto muy difícil y porque -fue parte de los pedidos de Abad- se les reconocerán las deudas pendientes que tiene el gobierno provincial con los municipios.

Lo celebró todo Juntos por el Cambio, porque pudo cerrar las modificaciones que le incluyeron al proyecto original; y lo celebró también el propio gobernador, porque obtuvo 500 millones de dólares, 20 mil millones de pesos y la ampliación de hasta 8 mil millones de pesos en autorización de Letras. El viernes, el día posterior a la aprobación en Diputados, Kicillof grabó una entrevista con Romina Manguel para el canal A24, que se emitió el domingo, y se detuvo en el reconocimiento a los dirigentes de la oposición con quienes tiene diálogo permanente: destacó a algunos intendentes, como Diego Valenzuela, Julio Garro y Jorge Macri; y a dos radicales: Maxi Abad, jefe del bloque en Diputados y el presidente del Foro de Intendentes de ese partido, Miguel Fernández.

La marplatense Fernanda Raverta y su equipo están al frente, junto al Ministerio de Economía que conduce Martín Guzmán, de la elaboración de una nueva fórmula de movilidad jubilatoria para ser trabajada por la comisión bicameral Mixta de Movilidad Previsional. Hay tiempo hasta diciembre para que sea presentada: “Estamos trabajando para que la suba de haberes sea mayor a la inflación para el 80% de los jubilados”. Cabe recordar que en el último aumento se alcanzó este propósito y que en septiembre irá en el mismo sentido.

La tarea no se detiene. A cinco meses de la llegada de la pandemia del coronavirus (Covid-19) al país, el Gobierno nacional a través del organismo que conduce Raverta, que trabaja sin descanso, impulsa gran parte de las políticas públicas para beneficiar a los más afectados, y plantear acciones futuras como el caso del Procrear. Y en ese camino avanza Fernanda, convencida de que después de la pandemia, vendrá un tiempo de trabajo y producción para todos los argentinos y argentinas.