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Más allá de las noticias 28 de marzo de 2016

Vio que su hijo le daba una paliza al rival y le pidió que parara de pegarle

El ex boxeador Chris Eubank convenció a su hijo de que bajara la intensidad de los golpes a su rival, Nick Blackwell, para evitar un fatal desenlace. El rival finalmente terminó en coma.

Chris Eubank Jr estaba en una pelea dándo fuertes golpes en la cara a su rival, Nick Blackwell, cuando su padre, el ex boxeador Chris Eubank subió al cuadrilátero y le aconsejó que dejara de pegarle en el rostro y así evitar una tragedia.

“Si el referí no detiene (la pelea), entonces no sé qué decirte, pero te diré esto: uno, si él no la detiene y continuamos golpeándolo así, va a salir lastimado; dos, si va a una decisión, ¿por qué el referí no detuvo la pelea? No sé. Entonces quizás no deberías dejarle (la decisión) al referí. Entonces, no lo golpearás más en el rostro. Lo golpearás sólo en el cuerpo”, fue el sabio consejo que le dio su padre en la esquina, mientras su hijo de 26 años lo miraba atento.
Los siguientes dos rounds fueron muchísimo menos intensos y los golpes lanzados por Jr. bajaron considerablemente. Los usuarios de Twitter y demás redes sociales que miraban por televisión la emisión se sorprendieron y se dieron cuenta de lo que había pasado en el ring cuando Eubank padre subió y habló con su hijo.
En el décimo round, cuando la pelea estaba terminada y ya Eubank no golpeba a su rival y sólo esquivaba los frustrados intentos de su oponente, el árbitro llamó al médico, quien recomendó poner punto final al sangriento encuentro.

 

El hombre hablando con su hijo.

El hombre hablando con su hijo.

 

Finalmente, Blackwell terminó en coma inducido para intentar descomprimir la sangre que tiene en el cerebro, producto de los puñetazos recibidos a lo largo de ocho capítulos.
La escena que estaba viendo durante la pelea de su hijo contra el campeón británico mediano Nick Blackwell, Eubank padre ya la había vivido hace 25 años. En 1991, Chris Eubank pasó por uno de sus peores momentos como boxeador cuando su oponente, Michael Watson, necesitó una intervención de urgencia luego de que un golpe en la cabeza le provocara un coágulo que pudo haberlo matado, dejándolo 40 días en coma.