El conflicto entre taxistas y Uber se convierte en un juego virtual
"Taxis vs Uber Sindicato Mortal" es una aplicación para dispositivos móviles. En siete días, consiguió más de 5.000 descargas.
por Irene Valiente
El conflicto entre taxistas argentinos y la plataforma Uber se trasladó también a los dispositivos móviles gracias a una aplicación que aprovecha un conflicto candente en el país desde mediados de abril y en la que la pelea la disputan las yemas de los dedos de los propios usuarios.
“No pensamos en la política, sino en el entretenimiento. Nos divertía agarrar un tema polémico y llegar al público”, aseguró en una entrevista con EFE Sebastián Miramontes, cofundador de la empresa argentina Artik que impulsó “Taxis vs Uber Sindicato Mortal”, un juego para dispositivos móviles que busca aprovechar la polémica para alcanzar las 100.000 descargas.
La aplicación gratuita, que llegó a los dispositivos móviles hace apenas una semana, conquistó inmediatamente a unos ciudadanos abrumados por las numerosas protestas de los taxistas organizadas durante los últimos dos meses en Buenos Aires.
Desde que Uber desembarcó en Argentina el pasado 12 de abril como plataforma que pone en contacto a pasajeros y conductores privados, se generó una ola de cortes de calles y reclamos por parte del gremio, que lo considera “ilegal” y “desleal” que funciona con coches “no habilitados” y le quita pasajeros al ofrecerles tarifas más bajas.
Pese a que la Justicia ordenó a finales de abril la clausura preventiva de la web y la aplicación en el país, los sindicatos de taxistas afirman que el servicio sigue funcionando en la capital argentina y por eso han presentado varias denuncias penales dirigidas a paralizar el servicio e, incluso, detener a los directivos de la empresa.
Por eso no fue difícil para los miembros de Artik conseguir “inspiración” para su idea, que surgió mientras presenciaban un altercado entre un taxista y un pasajero en una de las innumerables manifestaciones contra Uber.
Así fue como un equipo de diez personas de un pequeño estudio independiente de Buenos Aires dedicado fundamentalmente a divertir y entretener supo aprovechar la agenda social argentina para lanzar una polémica aplicación que, en siete días, consiguió más de 5.000 descargas de usuarios de diversos países pero, fundamentalmente, de Argentina, donde solo el viernes 20 de mayo se registraron 2.000.
Miramontes hizo hincapié en que el juego no aborda la “violencia” que existe actualmente alrededor del enfrentamiento entre la plataforma y el gremio, sino que solo busca poner a prueba la destreza de los conductores virtuales, que deben controlar un taxi y un Uber a la vez, evitar obstáculos y agarrar objetos para conseguir la mayor puntuación posible.
La “pelea”, por tanto, ya no es entre vehículos sino que se genera en las propias yemas de los dedos de la persona, que debe coordinar sus movimientos para hacer más puntos que el resto de usuarios, algo que, a su juicio, es “muy difícil”, por lo que la partida media no suele alargarse más de unos diez minutos.
Basta con despistarse un segundo para ser eliminado. Y aquí, sí está claro: pierden tanto el conductor de Uber como el taxista.
El director de Artik supo desde el principio que el proyecto podía ser algo “arriesgado” y generaría cierto “revuelo” entre el público, pero le sorprendió la gran cobertura mediática que está teniendo.
Por eso considera que, finalmente, el impacto ha sido “muy positivo”.
Incluso, desde la empresa se atreven a pronosticar que alrededor de 100.000 personas descargarán la aplicación que, de momento, sólo está disponible para dispositivos Android, aunque no descartan lanzar la versión iOS en las próximas semanas.
Pese a que de momento no puede asegurar nada, Miramontes cree que después del éxito que han tenido, terminarán sacando algo más elaborado o que aborde el conflicto desde otra perspectiva.
Eso sí: siempre en un tono cómico y amable cuyo objetivo no es otro que entretener a los usuarios y huir de toda clase de pelea.
Con todo, parece que, por el momento, Uber no ha terminado para los taxistas, pero tampoco para los programadores.
EFE.