El comerciante que el viernes por la noche mató a un ladrón en el intento de asalto de su minimercado del barrio Los Pinares aseguró haber disparado para proteger su vida y la de su esposa.

LA CAPITAL conoció que en líneas general el comerciante habría corroborado  la hipótesis investigativa del fiscal Fernando Castro al sostener que usó su arma al sentirse amenazado. Pero además agregó que fue el delincuente quien primero apuntó con la pistola.

Con la asistencia del Defensor Oficial 3, Ricardo Mendoza, el acto de notificación del delito de homicidio agravado por el uso de arma y la correspondiente declaración indagatoria se llevaron a cabo esta mañana en el piso 2 del palacio de Tribunales.

Allí el fiscal Castro recibió la versión del comerciante, quien aún dolorido por el disparo recibido en la espalda se mostró con buena predisposición y habría aportado datos importantes.

El hombre –cuyos datos se mantendrán en reserva por pedido exclusivo de las autoridades judiciales- indicó que el viernes por la noche se encontraba en la puerta del negocio de Ortega y Gasset y Falkner, y su mujer estaba detrás del mostrador. Fue entonces cuando arribó Claudio “Cototo” Dusinsky  (19).

El comerciante refirió que en un abrir y cerrar de ojos el asalto ya se estaba cometiendo y que al ver a su mujer encañonada se dirigió al lugar donde ocultaba el arma calibre 9 milímetros.

La declaración del hombre fue coincidente con la de su esposa, que también había sido recibida por el fiscal aunque en carácter de testigo. El comerciante asegura no recordar con precisión pero que accionó el arma un par de veces y que en esa secuencia recibió el disparo en la espalda.

Si se considera que Dusinsky murió prácticamente de forma instantánea es natural comprender que el comerciante fue herido antes del disparo mortal.

Los dichos del comerciante, los de la esposa -única testigo presencial del hecho- y los peritajes balísticos echarán luz definitiva sobre la secuencia que se inició con la irrupción de Dusinsky  y terminó con el tiroteo.

En base a esos elementos la Justicia determinará si la reacción del comerciante fue en el contexto de su legítima defensa o si hubo algún exceso en la misma. Por lo pronto existe una alta presunción de que el comerciante haya actuado correctamente, es decir defendió su vida o la de un tercero.

En tanto, el comerciante tenía autorización para el uso de la pistola 9 milímetros, la cual había comprado tiempo atrás un poco por afición y otro por haber sido robado en 12 ocasiones, indicaron fuentes de la defensoría oficial.