El chocolate: un producto demonizado
Por Araceli Vallone
Es de público conocimiento que el chocolate tiene muy mala fama debido a la falsa creencia de que nos hace engordar. Pero también es cierto que hay distintos tipos de chocolate: amargo, blanco, de leche y de esto depende su calidad. El chocolate que recomiendo consumir es aquel que tenga como mínimo 60 % de pasta de cacao que es el que contiene todos los beneficios nutricionales. Ente ellos encontramos:
– Flavonoides y polifenoles que son potentes antioxidantes y antiinflamatorios naturales: actúan protegiendo la salud cardiovascular y en la prevención de distintos tipos de cáncer.
– Vitamina y minerales como magnesio, cobre y hierro
– Ácidos grasos monoinsaturados (ácido oleico) que aumentan los niveles de colesterol HDL ” bueno” y disminuyen los valores de LDL “malo”
– Un chocolate de buena calidad contiene un aminoácido denominado triptófano que es precursor de la serotonina, una hormona que aumenta la sensación de placer cuando se lo consume , de ahí su dificultad para comerlo en porciones moderadas sobre todo el chocolate con leche que tiene mayor porcentaje de azúcar.
La recomendación mas importante es planificar una buena estrategia a la hora de consumirlo como por ejemplo:
– Comprar una porción pequeña que pueda ser consumida en su totalidad, aproximadamente unos 25 gr (una barrita)
– Comerlo en el momento que uno más lo desea, acompañado de un rico té o café pero que sea un momento de disfrute, saboreando cada bocado dejando que se funda en boca hasta terminar la porción.
– No demonizarlo como un alimento que “engorda” lo que puede llevar a sacarlo de la alimentación habitual y como consecuencia de esa restricción va a ser muy difícil parar al momento en que me enfrente a ese chocolate que tanto desee comer.
– Evitar consumirlo en el momento de atravesar una situación emocional negativa como tristeza, aburrimiento ya que comer un rico chocolate nos va a hacer sentir mejor en ese momento (pasajero) pero va a dejar una huella en mi cerebro por lo que cada vez que me sienta triste , aburrido o la emoción que me invada voy a recurrir a esa tableta una y otra vez. Lo ideal es trabajar las emociones sin acudir a los chocolates y con ayuda puede lograrse con mucho éxito
Los chocolates que contienen frutos secos como almendras son buenas opciones ya que contienen todos los beneficios de las grasas saludables pero hay que tener en cuenta que también aumentará su densidad energética por lo tanto es fundamental la elección de la porción que se va a comprar para consumir.
El chocolate blanco es un “falso chocolate” ya que está compuesto principalmente por manteca de cacao y azúcar. Esto no significa que no se puede consumir, simplemente hay que saber que uno puede comer chocolate blanco por preferencia pero no está consumiendo los beneficios del chocolate amargo
El chocolate con leche también es elegido por los amantes de lo dulce, tiene un poco más de calcio en comparación con el chocolate negro pero también tiene más azúcar por eso cuesta tanto moderar la porción por lo que en estos casos lo recomendable es siempre comprar una porción pequeña.
Algunas recetas para incluir chocolate: budín de banana con harina de avena y chips de chocolate amargo, muffins de chocolate con harina integral, y helado casero de banana con dulce de leche y chocolate 70 % de cacao picado.
En conclusión, el chocolate puede formar parte de nuestro patrón alimentario sin que eso perjudique la salud. Es cuestión de ser consciente a la hora de consumirlo teniendo en cuenta calidad, cantidad y frecuencia. Todos tenemos derecho a comer un rico postre de chocolate o a disfrutar de un buen helado de chocolate amargo en pleno verano ya que los seres humanos buscamos placer en los alimentos que elegimos. No sentirse culpable es la premisa número 1 para poder disfrutarlos.
(*): Licenciada en Nutrición (MN 9739), especializada en obesidad y embarazo.