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La Ciudad 20 de febrero de 2022

El “cazador de arquitecturas” que muestra una Mar del Plata distinta

Su amor por Mar del Plata le impuso una suerte de misión: registrar y difundir la arquitectura patrimonial de la ciudad: chalets, antiguas mansiones, templos de distintas religiones. Se vale de las redes sociales y su mensaje tiene gran aceptación en los jóvenes. Entiende que exaltar la belleza de nuestra arquitectura patrimonial es una herramienta para generar conciencia y preservarla.

Santuario de Schoenstatt, en Beltrán al 7600. El monumento recuerda al seminarista Josep Engling, considerado "el acta de fundación vivida" de ese movimiento católico. La teja insertada en el monolito es del santuario original en Alemania.

Por Gustavo Visciarelli

 

Recorre Mar del Plata en busca de arquitectura patrimonial, toma fotos con un teléfono celular y las publica en su cuenta de Instagram. No pretende reunir una “colección de casas viejas” ni alentar nostalgias de un pasado extinguido. Por el contrario, mediante una cuidada estética, las exalta como obras actuales y bellas, rescatando así su condición de creaciones irrepetibles que embellecen la ciudad. En este trabajo subyacen dos anhelos: lograr que “el progreso sea mejor entendido” y desalentar la idea de que “esas obras puedan resultar prescindibles”.

Cultor del bajo perfil, requiere que solamente se lo nombre como Gonzalo. Su cuenta de Instagram -Casas de Mar del Plata (@casas_de_mardel)- nació como un hobby hace siete meses y ya reúne 23 mil seguidores, en su mayoría jóvenes.

Lo singular es que la profesión de Gonzalo no se vincula con la fotografía, la arquitectura ni con ninguna actividad relacionada con las obras que documenta.


Iglesia Ortodoxa Rusa "Los Santos Mártires Reales", ubicada en las calles Los Mapuches y Borthaburu, junto al bosque Peralta Ramos. Uno de los tantos símbolos de la confluencia de culturas en Mar del Plata.

Iglesia Ortodoxa Rusa “Los Santos Mártires Reales”, ubicada en las calles Los Mapuches y Borthaburu, junto al bosque Peralta Ramos. Uno de los tantos símbolos de la confluencia de culturas en Mar del Plata.


“La motivación no es otra que mi amor por Mar del Plata y un profundo respeto tanto por su historia como por todo aquello que define su identidad. Hoy la idea es dejar registro del patrimonio arquitectónico de la ciudad, deseando romper con aquello de exhibirlo como una simple colección de casas viejas, para intentar resaltar su condición de obras únicas e irrepetibles”, sostuvo.

Tal objetivo se traduce en una serie de fotos de particular belleza y dinamismo, con exaltación de detalles artísticos que generalmente escapan al observador inadvertido. Algunas de las obras arquitectónicas, a fuerza de conocidas, son fácilmente identificables, pero muchas otras nos impactan como novedosas pese a su antigüedad. Se suman enfoques tan originales que a primera vista no parecen pertenecer a la geografía marplatense.


La magnífica escalera de Villa Santa Paula, situada en Garay 1802, vivienda que el ex gobernador Dardo Rocha envió a construir para obsequiársela a su esposa, Juana Paula Arana Merino.

La magnífica escalera de Villa Santa Paula, situada en Garay 1802, vivienda que el ex gobernador Dardo Rocha envió a construir para obsequiársela a su esposa, Juana Paula Arana Merino.


¿Cuántas casas fotografió Gonzalo en siete meses? No lo sabe con exactitud, así como tampoco conoce cuáles serán los alcances de su tarea, ya que “cada paseo por la ciudad me permite ir descubriendo ‘nuevas’ casas que se van agregando a la lista”.

Las exigencias que impone a su trabajo lo llevan frecuentemente a regresar a escenarios que ya fotografió. “Muchas fotos ya fueron publicadas en la cuenta -dice- y otras tantas no. Eso ocurre generalmente cuando no alcanzo el resultado propuesto. Las imágenes quedan entonces en una carpeta y realizo otras visitas al lugar, hasta lograr lo que deseo mostrar”.

La búsqueda de obras arquitectónicas surge, según Gonzalo, “de una combinación de factores. A muchas las conozco como marplatense y a esas se suman las que encuentro en recorridas que hago a tal fin. Actualmente tengo más suerte, ya que muchos seguidores me escriben sugiriendo lugares para publicar. A veces envían fotografías e incluso hay propietarios que me invitan a recorrer y fotografiar sus casas”.

Desafiando los cánones habituales en materia de difusión patrimonial, las fotos publicadas casi no contienen información. Y en el caso de viviendas particulares, solo se publica el nombre y el año de construcción.


"La Virreinita", una residencia de la década del 40 que sigue desplegando su encanto en el barrio Los Troncos.

“La Virreinita”, una residencia de la década del 40 que sigue desplegando su encanto en el barrio Los Troncos.


En verdad, Gonzalo estudia la historia de cada casa a través de sitios web o de material bibliográfico especializado. Su intención es conocer la historia de cada construcción para luego captar su esencia. Sin embargo, no vuelca esa información en su página “por una decisión personal que apunta a sostener la originalidad del material que se publica. Jamás se copian y pegan esas reseñas y la información se limita al nombre de la casa y la fecha de construcción”. Las direcciones de las residencias particulares tampoco se publican por una cuestión de preservación de la privacidad, que Gonzalo considera esencial.

Esa orfandad de información, inimaginable en un catálogo convencional de arquitectura pero muy vinculado al nuevo lenguaje de las redes sociales, no va en desmedro de la efectividad de su tarea. Y hasta podría decirse que genera un mensaje novedoso que apunta a generar conciencia desde el impacto estético.

La búsqueda de originalidad en los enfoques, el registro de detalles ornamentales y la exploración de interiores vedados al observador común son algunas de las características de esta suerte de “galería de arte arquitectónico marplatense”. La alteración del punto habitual de contemplación amplía esa mirada distinta con fotos que muestran la ciudad desde pórticos o balcones de antiguas residencias. El conjunto de los registros gráficos provoca, en definitiva, la sensación de que ante nuestros ojos hay una bella ciudad por descubrir.

“Busco resaltar aquellas características que hacen a la belleza e individualidad de cada obra publicada, tratando de ahuyentar cualquier idea de que puedan resultar prescindibles. Desde luego que no es más que un intento. Y resulta un desafío para alguien que vive de una actividad que nada tiene que ver con esto, pero cuando la motivación es natural y no económica, el esfuerzo vale la pena”, comenta Gonzalo.


Una panorámica distinta desde el pórtico del chalet que el arquitecto Umberto Gherza hizo construir en 1930 en el barrio Lomas de Stella Maris.

Una panorámica distinta desde el pórtico del chalet que el arquitecto Umberto Gherza hizo construir en 1930 en el barrio Lomas de Stella Maris.


El crecimiento de su cuenta de Instagram es para este “cazador de arquitecturas” un indicio satisfactorio del interés que la preservación patrimonial genera en la comunidad marplatense. Y muy especialmente entre el público joven.

“Sinceramente -cuenta Gonzalo- la cuenta nació sin mayores aspiraciones y, en poco más de seis meses, se ha sumado una cantidad de personas que supera por mucho cualquier idea inicial. La semana pasada, se recibieron más de 600.000 visitas, lo que para otras cuentas puede resultar mínimo, pero en lo personal me parece verdaderamente sorprendente. Incluso nos siguen descendientes directos de ingenieros y constructores íntimamente relacionados con la historia arquitectónica de la ciudad, lo que obliga a mantener la idea inicial acerca del más absoluto respeto
por lo que se hace”.

Me sorprendió para bien -añade- saber que somos muchos los que valoramos la identidad e historia de Mar del Plata. Y también el rango de edad de los seguidores de la cuenta, que demuestra el interés que el tema despierta mayormente entre personas jóvenes”.

Finalmente, confiesa un sueño que bien puede ser considerado la columna de su trabajo: “Quiero que mis hijos puedan ver algo de todo aquello que le dio a Mar del Plata su identidad. Quizás mostrando la belleza de todas esas construcciones podamos lograr que el progreso sea mejor entendido y que se busque armonizar lo presente con una parte de nuestra historia tan bella como irrecuperable”.



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