Ricardo Rodríguez (54), el asesino confeso de Claudia Repetto (54), dejará el próximo jueves la cárcel de Batán donde permanece detenido para trasladarse a Tribunales y prestar una nueva declaración ante el fiscal Fernando Castro.

A 19 días de que fuera atrapado por amigos y familiares de la víctima, Rodríguez volverá a comparecer por dos motivos. El primero de ellos es jurídico procesal, ya que en su primera declaración estaba acusado del femicidio pero también, en un planteo subsidiario de Castro, de la privación ilegal de la libertad. Ahora se lo convoca para notificarlo de la imputación definitiva, que es la de homicidio agravado por el vínculo y por ser víctima una mujer y cometido por un hombre, mediando violencia de género (femicidio).

El segundo motivo es más informal: es un acuerdo verbal alcanzado entre Rodríguez y Castro al momento de la declaración cuando aquél pidió no responder preguntas y solo indicar donde estaba el cuerpo, y el fiscal le intercambió un compromiso para volver a encontrarse.

Claudia Repetto desapareció el 1° de marzo a las 20.42 de la noche cuando estaba saliendo de su casa para encontrarse con un amigo, quien la esperaba a la vuelta de la manzana de Don Orione al 1500. En el lugar hay varios departamentos, uno de ellos que estaba ocupado por Repetto y otro por su ex pareja, Ricardo Rodríguez.

De Repetto no se supo más nada y la investigación permitió determinar que Rodríguez, en horas de la madrugada, se había retirado en motocicleta con un bulto en el asiento. Luego se establecería que era el cuerpo de la mujer.

En su único contacto con el fiscal Rodríguez dijo que le agarró un ataque de celos y que golpeó a Repetto, pero que no se acordaba más nada. Solamente que la intentó reanimar. A la mañana siguiente de ser atrapado, Rodríguez señaló el lugar donde había sepultado a Repetto, en un sector ridículamente cercano a donde tres semanas antes se había encontrado una pala. Eso fue a menos de 10 metros de la ruta 11, en la zona sur de Acantilados.

La autopsia reveló que Repetto murió a causa de una asfixia por broncoaspiración, es decir que se ahogó en su propia sangre. Esa hemorragia fue ocasionada por al menos un fuerte golpe en el rostro.

Debido a que por protocolo sanitario y de seguridad no se puede convocar a un detenido a ampliar su declaración, el fiscal Castro logró sortear el escollo por tratarse de una nueva audiencia del artículo 308, ya que la calificación es diferente a la inicial.

Por otra parte, a raíz del irregular funcionamiento de la Justicia en todo el país, el fiscal Castro optó por solicitar la prórroga de los plazos para solicitar la prisión preventiva, y ahora tendrá tiempo hasta el 27 de abril para hacerlo ante la jueza Rosa Frende.