La gala de la tercera edición de los Premios Platino, tuvo una enorme demostración de cariño y admiración hacia “El abrazo de la serpiente”, el filme rodado en blanco y negro y hablado en diferentes dialectos indígenas, que ofrece una reflexión épica sobre la vigencia y la fortaleza de la filosofía de los pueblos de la Amazonía colombiana.
La figura chamánica del nativo Karamake, último superviviente de una tribu amazónica exterminada, sirve de nexo de unión entre los dos viajes que narra la película: el que hizo Theodor Koch-Grümberg en 1909 y el realizado por el botánico estadounidense Richard Evans en 1940 en busca de la yakruna, una planta sagrada de propiedades alucinógenas.
Como se recordará, este filme ya había sido premiado en el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, al que concurrieron su director, el protagonista principal y el productor argentino.
En la ceremonia con la que se inauguró el Centro de Convenciones de Punta del Este, se anunció que la ciudad de Madrid acogerá la edición de 2017 de los Premios Platino.
Otra historia en torno al mundo indígena, la guatemalteca “Ixcanul”, primer largometraje de Jayro Bustamante se alzó con el premio a la mejor ópera prima.
“Ixcanul” ha sido una de las grandes sorpresas del cine iberoamericano de este año surgida de una pobre industria cinematográfica, como es la de Guatemala.
Los premios de interpretación se los quedó la Argentina. El Platino a mejor actriz fue para Dolores Fonzi por la película “La patota”, dirigida por Santiago Mitre, mientras que el de mejor actor fue para Guillermo Francela por su trabajo en “El clan”, de Pablo Trapero.
“Quiero dedicarle el premio a las mujeres víctimas de violencia, víctimas de discriminación”, dijo Fonzi, en la intervención más conmovedora de la noche. El Centro de Convenciones de Punta del Este estaba repleto de figuras del cine iberoamericano y todos la escucharon atentamente. “Para que el Estado deje de oprimir nuestros derechos”, agregó y continuó: “Libertad para Belén. Porque Belén somos todos y sin libertad no somos nada”. Acto seguido, mostró un cartel con la inscripción “#LibertadparaBelén”.
“El club”, la valiente narración sobre la pederastia de curas católicos en Chile, dirigida por Pablo Larraín consiguió el galardón a mejor guion.
El actor Ricardo Darín y la premio Nobel de la Paz, Rigoberta Menchú, fueron sin duda dos de las grandes estrellas de la noche, recibidas por las 1.500 personas del auditorio puestas en pie. Darín recogió el Platino de Honor de manos de Enrique Cerezo, presidente de Egeda (Entidad de Gestión de Derechos de los Productores Audiovisuales) y animó a todos sus colegas iberoamericanos a no bajar los brazos ante el apabullamiento de las grandes producciones norteamericanas y sentirse orgullosos. “Tenemos que responder con talento, picardía, atrevimiento y ganas”, terminó el actor de “El hijo de la novia”, “Luna de Avellaneda”, “Truman” y “Relatos salvajes” entre grandes creaciones.