Por Bruno Verdenelli
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En medio del revuelo mundial por las supuestas nuevas paternidades de Diego Maradona, un empresario marplatense que conoció al astro a mediados de los ’90, se hizo amigo suyo y hasta convivió con él en Cuba, cuenta cómo eran los días del astro en la isla a la que fue para recuperarse de su adicción a las drogas.

Se trata de Leo Sucar, quien fue dueño de varios boliches porteños a los que el Diez solía concurrir tras separarse de Claudia Villafañe. En esta nota exclusiva con LA CAPITAL, admite que tanto él como el resto de las personas que integraban el entorno del mejor futbolista de todos los tiempos debían estar siempre pendientes de cuidarlo, y revela algunas anécdotas inéditas.

-¿Cómo conoció a Maradona?

-Yo me vine de Mar del Plata a Buenos Aires y trabajaba en la noche. Era gerente de Ski Ranch, un boliche muy famoso. Un día me llamaron los dueños y me pidieron que no dejara entrar a Maradona. Fue durante el caso Coppola. Y les contesté que si iba yo no lo iba a echar. Esta conversación la escuchó un amigo suyo y le contó. A él le encantó el gesto, averiguó mi dirección y esa misma madrugada me vino a tocar el portero eléctrico de mi departamento. Ahí me dijo que íbamos a ser amigos siempre.

-O sea que fue antes de que se fuera a Cuba. ¿Cómo era su relación?

-Claro, fue bastante antes. Eramos amigos y nos veíamos muy seguido, no era sólo nocturna la relación. Tiempo después yo ya abrí mi propio boliche, La Diosa, y él tenía su propia mesa. Venía muy seguido. Es el famoso lugar donde conoce a Laura Cibilla.

-¿Quién es Laura Cibilla?

-Laura era una empleada mía, mesera, y él se enamoró. Se pusieron de novios, no estaba divorciado pero estaba separado de Claudia. Llegó un momento en que él no quería que ella trabajara más y me pidió que no fuera más al boliche pero me pidió que yo le siguiera pagando el sueldo, cosa que hice durante dos años. A veces venía de visita, pero no la dejaba ir ni así. Y si iba sin que él supiera, yo lo llamaba por teléfono y le avisaba. El venía solo.

-Yendo a todo el revuelo que se armó últimamente por su vida en Cuba, ¿qué se puede contar de sus días allá?

-Después de que lo internaron, él me invitó a Cuba y fui. Me quedé bastante. Tenía una vida tranquila. Yo lo acompañé a Matanzas, donde conocí a una novia. Fue la única que le conocí. Teníamos una camioneta, estaban también Coppola y Ferro Viera. Vivía muy tranquilo. Laura también iba.

-¿Alguna vez contó algo de posibles hijos allá?

-Nunca. Jamás nadie dijo nada de eso. En estos días hablé con varios de los que estaban en esa época junto a él y nadie del entorno sabía eso. Yo nunca había aceptado hablar de Diego en los medios pero esto me sorprendió.

Sucar con Diego en el cumpleaños número 40 del astro.

-¿Qué más compartió con Maradona?

-Muchas cosas, como su cumpleaños de 40. Yo le ofrecí hacer la fiesta. Le ofrecieron lugares de todo el mundo, pero el rechazó todas y lo hizo en un boliche nuevo que yo inauguraba en ese momento, que se llamaba Tehatron, frente al Sheraton, en Retiro. Me hizo contratar a Los Piojos, vinieron Menem, Sofovich y hasta Lanata. También Macaya Márquez, Araujo. Estaban sus padres, Claudia, las hijas Dalma y Giannina. Después estuve en el partido homenaje… Yo estaba atrás del arco de “La 12”, adentro de la cancha. En un momento me vio cuando dio la vuelta saludando y me vino a dar un abrazo, y nos pusimos a llorar. Me cuerdo que me dijo: “Te quiero mucho ‘Cabeza de ajo´”. Él me decía así.

-¿Hay alguna anécdota que refleje cómo era la vida de Diego Maradona en esa época?

-Varias. Con la crisis del 2001 yo me voy a México y Carlos Hermosillo, un ex futbolista mexicano a quien yo también había conocido por los boliches y quería abrir un boliche en Playa del Carmen, me pide llevar a Diego a su partido de despedida. Eso fue en 2002, tuve que ir a Toluca y viajar en avión privado a Cuba para llevarlo a México, porque si no no iba.

Diego y Sucar en Cuba.

-¿Cómo era el rol de Claudia Villafañe en la vida de Maradona en ese momento?

-Yo la cruzaba a Claudia en los palcos de La Bombonera y pensaba que no me iba a querer ni ver porque me relacionaba con la noche. Pero ella me decía que no le importaba que Diego saliera con chicas, lo que le importaba era que no se drogara y que sabía que cuando estaba conmigo no se drogaba. Así que me quedaba viendo los partidos con ellos. Así como él era un invitado de honor en mi boliche yo era un invitado de honor en su palco.

-¿Eso ocurrió en el mismo período de excesos de Maradona? Es decir, estaba recuperándose en Cuba pero viajaba a Argentina y se desbordaba…

-Él iba y venía desde allá hasta que en abril de 2004 lo internan en la Suizo Argentina. El día antes habíamos ido a la quinta de Mastellone en General Rodríguez a buscarlo. Estaba con Laura y el hijo de ella, que hasta ese momento pensaba que era suyo y lo crió dos años sin decirle nada a nadie. Después fuimos a La Bombonera, también estaba Omar Suárez, el dueño de Cocodrilo que también es marplatense, y a la noche a La Cornisa, el programa de Majul. Ahí contó por primera vez que estaba peleado con Coppola por la plata de las hijas. Después fuimos a cenar a un restaurant que yo tenía en Almagro, pero yo me iba de viaje a México esa madrugada, así que lo dejé y me fui a Ezeiza. Cuando llegué allá vi por todos los canales de televisión que estaba internado y no lo podía creer.

Claudia, Diego y, atrás, Sucar, el el palco de La Bombonera.

-¿Cómo siguió su relación después de eso?

-Después de que salió de la internación se puso de novio con Verónica Ojeda, a la que yo no conozco pero creo que es lo mejor que tuvo al lado. Me instalé en México y lo vi un par de veces allá cuando fue con el Showbol, pero estaba con Mancuso, que no me caía bien. Después fue su época de técnico de la Selección en la que casi no lo vimos más. Y dejé de frecuentarlo tanto, se fue a Dubai, y cuando empezó a estar con Morla le escribí a él para ver si podía enviarle un mensaje a mis hijos, que egresaban de la escuela, y que cumplen años el mismo día que él. Son gemelos, de hecho cuando le festejé el cumpleaños en el 2000 a él dejé de festejárselo a mis hijos. Al otro día fuimos todos a su quinta de Moreno y lo terminamos festejando allá con él el de los chicos.

-¿Cómo es Diego Maradona como persona?

-Diego es una persona que quiero y a la que cuidé mucho. Hace poco, yo ya viviendo otra vez en Buenos Aires, y antes de que él fuera a México, quise arrimarme pero no pude hablar. No le hacen llegar mis mensajes, como el de muchas otras personas. Morla nunca me contestó el teléfono.

Sucar, Menem y Diego.

En el velorio de Rodrigo.

En el boliche La Diosa, en 1999.

En el boliche Animal.

En otro boliche, Teathron.

Diego y Sucar en México.