Más de 300 chicos y una decena de docentes se unieron este viernes en un abrazo solidario al polo educativo que tiene lugar en el barrio Autódromo de la ciudad, donde funcionan la Primaria N°63 y la Secundaria N°12. El objetivo fue manifestar la preocupación por los alcances de la medida que modifica la distribución de los Equipos de Orientación Escolar en el ámbito provincial.

“Nuestra preocupación es por el cercenamiento de personal, porque las familias confían absolutamente en nosotros. Si un equipo se va a trasladar a otra escuela u otro equipo va a venir a ésta por alguna urgencia, no se crea el vínculo o la confianza con la familia, confianza que hoy sí depositan en los equipos que funcionan de manera permanente acá”, señaló a LA CAPITAL, profundamente conmovida, Silvia Ibargüengoytia, directora de la primaria.

Según señaló, solo el establecimiento en el que ella es directiva asisten 442 alumnos y cuentan con dos equipos de orientación compuestos, en total, por siete personas. “Para esta comunidad son absolutamente necesarios. No es que sobra personal, al contrario, es el personal justo y que, sobre todo, está capacitado para tratar con las problemáticas que se nos presentan a diario y de manera constante”, aseguró.

En este sentido, insistió en que “la confianza con las familias del barrio y los alumnos la construimos con mucho trabajo y mucho esfuerzo. Se ha creado un vínculo importante: los nenes empiezan en jardín, siguen en la primaria y pasan a la secundaria. Somos un polo educativo”.

Para la docente la educación pública se encuentra “desamparada” ante varias situaciones que no solo tienen que ver con la última resolución provincial. Según señaló existen varios problemas edilicios que también afectan el buen desarrollo de las clases, entre los que enumeró la falta de calefacción en las inmediaciones del jardín de infantes.

“El servicio alimentario también es fundamental para nosotros. Acá los chicos toman la leche y almuerzan todos los días. Y a veces vienen más chicos porque muchos papás están complicados con el trabajo, se quedaron sin la changa, y a veces es el único alimento que consumen en el día”, señaló, dando cuenta del panorama social que se vive en el barrio.

Sobre esto también hicieron referencia Patricia Spinetta y Yanina Olivares, dos trabajadoras sociales que trabajan con diferentes programas en territorio y articulan su intervención con los equipos de orientación escolar de la escuela.

“Para los que trabajamos en territorio el contacto inicial lo logramos gracias y a través de la escuela. Para nosotros el trabajo de los docentes de los equipos de orientación diría que es casi indispensable, porque logramos así  llegar a instancias más superiores, como pueden ser denuncias o cuestiones legales que las familias del barrio precisan”, señaló Spinetta.

Por su parte, Olivares puso el foco en la importancia de mantener una continuidad en la “contención” al destacar el trabajo “en red” que se da entre todos los voluntarios y profesionales que abordan las cuestiones sociales.

“Son muchas las familias en el barrio que necesitan ayuda, por eso estamos nosotras, pero también están los equipos de orientación, que se ocupan de aquellos menores que asisten a las escuelas”, destacó.

La resolución que generó controversia en la comunidad docente es la 1736/18 del Ministerio de Educación provincial, en la que se establece una serie de cambios en lo que respecta a la distribución de los Equipos de Orientación Escolar en los establecimientos.

Vale destacar que estos equipos trabajan ante situaciones de pobreza, subalimentación, padres adolescentes, ausentismo, fracaso, deserción, repitencia, bajo avance de aprendizaje, sobreedad y están para acompañar dificultades en el curso de las trayectorias escolares de los alumnos.

Según señalaron desde Provincia, uno de los objetivos de la medida es la “reasignación inmediata de los más de 200 equipos en excedencia para garantiza la equidad de la atención de los alumnos en los diferentes niveles”.