Mientras la justicia federal comienza a investigar si se produjo el supuesto delito de incumplimiento de los deberes de funcionarios públicos, a partir de las denuncias sobre nombramientos y contrataciones de personal entre el 10 de junio y el 5 de noviembre pasado por parte del intendente saliente, Carlos Arroyo, (en la administración central, entes descentralizados y Obras Sanitarias), el intendente electo, Guillermo Montenegro se dispone a terminar de armar el equipo de gobierno que lo acompañará desde el 10 de diciembre próximo. Un gabinete, por lo que se conoce hasta el momento, con numerosos funcionarios extrapartidarios, y otros tantos que, de segundas y terceras líneas, se irán incorporando en los próximos días. Designaciones, muchas de ellas que han dejado heridos en el camino, especialmente entre aquellos que estaban convencidos de que -y lo anunciaban en sus rondas de café céntricas o hasta escribiendo servilletas con cargos a ocupar según fuerzas políticas de la coalición gobernante que hoy evidencian lo errados que estaban- sólo por haber participado en la campaña tenían el derecho adquirido para aspirar a un cargo ejecutivo. Hay malas noticias para ellos.

Por lo pronto, Montenegro lejos estuvo de poblar el gabinete con “extranjeros” -léase dirigentes del PRO que quedaron fuera de carrera tras los últimos comicios en la provincia y otros distritos-, al tiempo que cumplió con su promesa de campaña de no sumar a quienes formaron parte del gobierno arroyista que se está yendo no sólo siendo investigado judicialmente, sino realizando acciones -por ejemplo asfaltar exclusivamente la calle de la casa de la compañera del lord mayor- que ratifican el repudio de la ciudadanía, ya expresado en las urnas cuando en su afán reeleccionista el doctor Arroyo no llegó a obtener ni el 4 por ciento de los votos. El intendente electo, en tanto, sabe que hay voces que se alzan en su coalición quejándose por haber quedado fuera del reparto de cargos y si bien “se ven las cunas, algunas por demás berretas, lo importante es saber cuáles son las manos que mecen esas cunas. Y lo sabemos”, reconocía en la tarde del domingo, distendido en un balneario del sur, uno de los “armadores” del próximo gabinete.

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“Lo dijimos en la campaña y es lo que estamos haciendo: convocando a los mejores sin detenernos en pedir carnet de afiliación. Lo que pasa es que algunos no me creyeron o no quisieron creerme”, le dijo, palabras más, palabras menos, el intendente electo a uno de los secretarios -de los primeros designados- con quien compartió el sábado a la noche unas “deliciosas” costillas de cerdo con verduras, preparadas por el mismo Montenegro en plan de distensión culinaria entre tantas roscas y negociaciones. El funcionario admitía ante el periodista que encontró al futuro jefe comunal con “todas las pilas puestas para empezar a trabajar en su plan de levantar a Mar del Plata. Y a nosotros nos está matando, metiendo fichas para jugar con todo. Me gusta el desafío y el equipo que se ha armado”, reveló entusiasmado.

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“El gobierno, y lo dice él mismo, no es de Montenegro. El próximo gobierno es de los marplatenses. Si la vieja política, que en estos tiempos desentona, quiere patalear, que lo haga. A Arroyo le lotearon el gobierno y así le fue. Y mirá lo que está pasando en el Concejo ahora. Están disociados, divorciados de la realidad”, añadió a título personal el futuro funcionario. También aclaró que no hay tiempo para detenerse en “cuestiones chiquitas”. “Algunos de los que se quejan porque somos aperturistas son fruto precisamente de eso. Así llegaron a Cambiemos”, reveló finalmente, para atender el llamado telefónico de quien hoy ostenta su cargo y con quien está manteniendo una transición “ordenada, prolija, como debe ser”.

El intendente electo, a todo esto, ya mantuvo sus primeros contactos -tras el triunfo- tanto con el gobernador electo, Axel Kicillof, como con el presidente electo, Alberto Fernández. Con este último concertó un diálogo telefónico. Con el sucesor de María Eugenia Vidal se cruzó en la Cámara de Diputados en la última sesión y quedaron en encontrarse para seguir conversando. Ventajas de Mar del Plata. Durante la temporada, tanto Fernández como Kicillof vendrán a la ciudad con lo cual habrá reuniones y encuentros no sólo con ellos sino también con ministros y secretarios.

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En cuanto al gabinete de Montenegro, en las últimas horas las internas, las operaciones, y el juego de “padrinos” de quienes pugnan por cargos, ante la Provincia y la Nación, han generado “mucho ruido” por lo que nadie quiere dar un paso en falso a la hora de confirmar a los futuros colaboradores de Montenegro. Llamados desde la Gobernación, desde la Presidencia, y de distintas figuras políticas nacionales ejerciendo presión o recomendando a los hombres de su propio riñón, se reciben en estas horas en el búnker de Montenegro quien decidió “bajar un cambio” y evaluar con sus dos o tres colaboradores de máxima confianza cada uno de los nombres que se tiran sobre la mesa. “Hay muchos jugadores extras, algunos de peso, otros que actúan por despecho y otros que se oponen a los nombres que se van barajando sólo por torcerle el brazo al contrincante. Estamos justo en el momento en el cual afloran todas las miserias, los pases de factura históricos y los posicionamientos de cara al futuro”, se escuchó en oficina cercana a la que ocupaba la “plana mayor”.

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Una de las expectativas pasa por saber quien será el responsables del Ente Municipal de Turismo. En tal sentido, trascendió que al menos hasta mediados de enero, continuaría como titular Jorge Zanier hasta tanto se eleve al Concejo Deliberante el pliego del candidato a sucederlo. Sin embargo, desde distintos sectores relacionados con la actividad turística le han hecho llegar su inquietud al jefe comunal electo sobre la necesidad de “arrancar ya mismo” con un nuevo equipo, con un nuevo titular de Turismo, desde el 10 de diciembre, como en el resto de las carteras. La última palabra la tendrá Montenegro.

También el próximo secretario de Gobierno, Santiago Bonifatti, comienza a definir los nombres de su equipo. Acompañado por Julian Mascitti en la subsecretaría de Gobierno -juntos desde hace más de 12 años-, el concejal y ex titular del Emvial manejará áreas más que importantes, como Inspección General, Tránsito, y delegaciones municipales. En las próximas horas le presentará al intendente electo el borrador con los nombres que quiere incorporar en Gobierno. Bonifatti es otro de los “entusiasmados” y con “ganas de salir a la cancha”. Ya tiene definido quién será el responsable de lo que hoy es Transporte y Tránsito, aunque guarda el nombre bajo siete lleves. “Lo único que te puedo decir es que vamos a transformar el transporte de la ciudad. Acordate lo que te digo hoy”, enfatizó en informal encuentro con el periodista en el ingreso a una de las proyecciones del Festival Internacional de Cine que culminó el lunes en Mar del Plata.

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Las últimas horas en el gobierno del intendente Carlos Arroyo lejos están de transitar por aguas calmas. Cuando todo parecía indicar que tras la bochornosa elección realizada el 27 de octubre, cuando en su intento reeleccionista apenas recibió el apoyo de menos del 4 por ciento de los ciudadanos, quienes así descalificaron su gestión al frente de la comuna durante cuatro años, llegaría sin más escándalos hasta la fecha de entrega de las llaves del despacho principal del municipio a su nuevo ocupante, el jefe comunal volvió a ser noticia. “Un romántico: el intendente de Mar del Plata arregla la calle de su mujer antes de irse del gobierno”, tituló un medio del interior, haciéndose eco del último disparate vernáculo, indignante por cierto.

Como lo informó días atrás LA CAPITAL, sumando otro elemento como para que su salida del gobierno el 10 de diciembre le dé la razón a los miles y miles de sus votantes de hace cuatro años que hoy no sienten más que haber sido defraudados con mentiras, promesas incumplidas y un falso marketing de honestidad y austeridad que se hizo añicos ante la realidad, el intendente Arroyo, en un millonario gesto de amor (con plata ajena, al igual que en la designación de su nieta veinteañera en el staff municipal, además del resto de la familia) decidió arreglar la calle de su mujer antes de irse del gobierno. El jefe comunal optó por darle prioridad a un viejo reclamo personal de su pareja, la también subsecretaria de Educación municipal Susana Rivero: arreglar la calle frente a su casa, no el barrio, sino la cuadra donde reside la mujer y madre de otros tres funcionarios incorporados por el jefe comunal a la gestión con cargos jerárquicos. Curiosamente se trata de la única obra de vialidad en todo Parque Luro, para la cual debieron interrumpirse tareas en otro frente de obra, lo cual generó la indignación y hasta vergüenza de muchos de los trabajadores del Emvial que tienen “la camiseta puesta” de esa repartición.

Una retroexcavadora, dos camiones “almejeros”, una minicargadora y entre seis y ocho empleados del Ente Municipal de Vialidad y Alumbrado (Emvial) trabajan a destajo hace algunos días en una cuadra de la calle Strobel, en una obra que no consiste en un simple recapado del asfalto, sino que se ejecuta en profundidad para reconstruir la calle y avanza “a muy buen tiempo” para terminarla “cuanto antes”. Si bien hace años que -como en tantísimos barrios- los vecinos de la zona reclaman por el mantenimiento de las calles, curiosamente -o no- el despliegue de maquinarias se concentra en la cuadra donde reside la pareja del intendente Carlos Arroyo, cuyos tres hijos, una nieta y un sobrino forman parte del polémico engrosamiento de la planta municipal, escándalo que sacude política y judicialmente a la gestión, se informó en estas páginas. Esta vez, seguramente, no habrá foto a difundir por la Dirección de Prensa de la comuna con el jefe comunal inspeccionando los trabajos junto a Eduardo Leitao -a cargo ahora del Emvial- quien nervioso y titubeante tuvo que defender lo indefendible ante la consulta de la prensa sobre la “romántica” obra a pagar por los contribuyentes locales.

Pero favor con favor se paga. Cuando le dijeron a Leitao que había que ir a asfaltar la calle no lo dudó. Pese a ser un hombre ocupado que no tuvo tiempo de hacer reparar el mástil oxidado y a punto de caerse de Constitución y la costa -donde flamea una bandera convertida en un harapo- ni de volver a instalar los molinos de viento de la Cumbre de las Américas en el Paseo Dávila, los que retiró para reparar hace muchos meses, el funcionario sí tuvo tiempo de nombrar a su hijo en la planta municipal. Como buen alumno del jefe comunal que ya nombró a todos los parientes posibles, Leitao el 2 de setiembre pasado refrendó un decreto, junto al doctor Arroyo, para designar a su hijo Juan Martín como inspector en el área de Grandes Generadores de Residuos del Emsur, en el puesto de técnico inicial, aunque con una bonificación salarial del 25% por tarea riesgosa. Y todo, claro está, sin ni siquiera ponerse colorado…

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Lo que en cualquier otro municipio del país sería un escándalo de proporciones, en Mar del Plata ya se limita a una crónica periodística que, ni siquiera en la retirada, merece un pedido de informes o alguna declaración al menos de algún representante político. Es que en Mar del Plata se han naturalizado este tipo de bochornos que terminan convirtiéndose en títulos de todos los diarios del país. “Ya se van”, aducen casi con piedad quienes prefieren mirar hacia otro lado, y por error u omisión dejar pasar por alto algo que es anormal, que limita con el delito, para, en cambio, ser comentado como algo pintoresco, para la risa o la burla en las mesas de café. Triste final por cierto.

Mientras tanto, como un baldazo de agua fría cayó entre el intendente y sus más estrechos colaboradores -el viernes hubo incluso algunos que entraron en pánico- la denuncia presentada por el fiscal general Juan Manuel Pettigiani ante el Tribunal Oral en lo Criminal de Mar del Plata para que se investiguen el supuesto delito previsto y reprimido por el artículo 248 del Código Penal, esto es incumplimiento de los deberes de funcionario público, de constatarse que haya habido nombramientos y contrataciones de personal, permanentes o transitorias, en planta política o permanente entre el 10 de junio de 2019 y el 5 de noviembre pasado, en la administración central, entes descentralizados y Obras Sanitarias, tal como coincidieron en advertir y denunciar públicamente el intendente electo Guillermo Montenegro, el bloque de concejales de Unidad Ciudadana, la concejal de Juntos por el Cambio, Angélica González, y hasta el mismo Sindicato de Trabajadores Municipales que se declaró en estado de alerta ante esta situación.

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Cabe recordar, como bien lo apunta el fiscal Pettigiani en su presentación, que la ley de responsabilidad fiscal N° 13295, a la cual el partido de General Pueyrredon adhirió, establece que los municipios “no tomarán medidas que incrementen el gasto corriente con carácter permanente durante el último semestre del año de fin de mandato del Departamento Ejecutivo, exceptuando aquel cuya causa originaria exista con anterioridad al período indicado y su cumplimiento sea obligatorio”. Así como el Ejecutivo tomó sus precauciones ante esta normativa -por ejemplo al alquilar, en la retirada, por una cifra millonaria un edificio de oficinas para el traslado de la Agencia de Recaudación Municipal respetando esa diferencia de seis meses, habría otras medidas que infringirían la ley. Por lo pronto, en algunos despachos se siente el sonido de las máquinas trituradoras de papel y otros documentos...

“Estas irregularidades -dijo la concejal Angélica González- atentan contra todos los principios de honestidad, austeridad, transparencia y de conducta ética”, mientras el Sindicato de Trabajadores Municipales, el jueves 14 de noviembre hizo hincapié en “las irregularidades que llevan a cabo algunos funcionarios del gobierno de Carlos Arroyo al pretender impulsar reencasillamientos de personal por fuera de la Junta de Ascensos y Calificaciones”, declarándose en estado de alerta y movilización. En consecuencia, el fiscal Pettigiani propuso, “a modo de colaboración en el esclarecimiento de los hechos”, que se reciba declaración testimonial a los concejales Balut Tarifa Arenas y Angélica González, al intendente electo Guillermo Montenegro, a su jefe de campaña y asesor, Alejandro Rabinovich, y al secretario del Sindicato de Trabajadores Municipales, Antonio Gilardi. Además, se pide que se libre oficio a la administración municipal y a la empresa OSSE, a los fines de que informe la nómina del personal, tanto efectivo, contratado y transitorio, del 01/06/2018 al 01/06/2019.

Si pasa, pasa… El intendente y su secretario de Educación, Luis Alberto Distéfano, por ejemplo, “inventaron” un cargo por decreto, el 30 de octubre pasado, aunque aclararon, “ad referendum” del Concejo Deliberante, que es imposible que convalide una desprolijidad semejante. Se trata del cargo de supervisor o inspectora en jefe en Educación. El decreto establece un índice salarial de 3,96, designando a María Alejandra Bocchetto, legajo 201718, en el cargo de supervisora o inspectora en jefe, beneficio que también alcanza a Emma Savina Cazzaro y a Andrea Verónica Pavón. “Es un invento el cargo, no corresponde”, señalan otros docentes ofuscados. Y explican que el cargo más alto del escalafón es el de director de Educación, que se concursa. Por debajo están los supervisores. Arroyo y Distéfano crean estos cargos, supervisor en jefe, no los concursa y les homologa el cargo a las secretarías técnicas que están por debajo de los supervisores, dándoles funciones por encima de los supervisores y con un índice y sueldo mayor. Un mamarracho por donde se lo mire”, señalan varias docentes en un documento hecho llegar a LA CAPITAL.

Y a propósito de designaciones, desde la oposición ponen la lupa también en la situación de Verónica Tambascia, actual directora de Defensa del Consumidor. Además, advierten sobre lo decidido en relación a Claudio Cambareri, de estrecha relación con el intendente, a quien por decreto -fue subsecretario de Transporte y Tránsito, aunque es un trabajador de planta con 26 años de trayectoria- lo designaron como director de Transporte -decreto de Arroyo del 8 de mayo de 2018-, un cargo de planta para el cual debería concursar. Situaciones como estas, admiten en el sindicato, son numerosas, lo cual genera el lógico malestar de quienes ven “tapadas” las posibilidades de ascender en la carrera municipal. Aquí también, en el caso de Cambareri, favor con favor se paga. Bajo su órbita hay otro Tedrós trabajando. Este no es ninguno de los tres hijos municipales de la compañera del intendente en Inspección General ni la nieta de la Torre Tanque sino un sobrino, a quien nombraron en el Departamento de Licencias de Conducir. Se trata de Jerónimo Tedrós, un joven de 23 años. Desocupación cero en la familia…