Educación a distancia, alternativa superadora para enseñar y aprender
De los cursos por correspondencia pasando por los del diario o por teléfono, la educación a distancia tiene una larga historia. Hoy se afianza como una alternativa educativa y gana adeptos todos los días.
“La educación a distancia ya no es solamente una forma de resolver problemas de traslado o acceso a las universidades, sino una manera de educar”. Así lo entendió la doctora Ana María Rozzi de Bergel, directora del Centro de Educación Virtual y a Distancia de la Universidad Caece, quien consideró que la educación a distancia es “superadora”.
En su paso por Mar del Plata, donde dictó una charla en la sede local de la casa de altos estudios de Olavarría y Gascón, dijo que la educación a distancia “ofrece garantías de calidad educativa si se gestiona con un equipo de expertos y si en los cursos se preserva el contacto entre estudiantes y tutores, se ofrecen materiales y actividades flexibles y se garantiza el trabajo colaborativo y el desarrollo de competencias”.
– La educación a distancia comenzó como una forma de resolver el tema de los tiempos ¿Hoy qué pasa?
– Recordemos que antes había cursos por correspondencia, por el diario, por teléfono, es decir, surgió como una solución para el problema de las personas que no podían acercarse a los centros educativos para tomar cursos. Hoy parte de ese propósito lo conserva porque hay gente que se acerca a la educación a distancia por esta razón, pero en general creo que no es el propósito principal. Hoy lo que se ofrece es una manera diferente de enseñar y aprender, muy enriquecedora, y que no necesariamente viene a resolver un problema, sino que presenta una alternativa válida y, para mí, superadora.
– Y esto demanda que quienes están en el proceso de creación de la educación a distancia, estén buscando mejorar en forma continua y cumplir con los estándares …
– Claro, y hay muchos organismos internacionales que se han formado a través de congresos, de consorcios de universidades y demás, que han dictado estándares de calidad para la educación a distancia en todos sus aspectos. Así que no es algo circunstancial, sino que está de acuerdo con los tiempos, refleja los cambios de la sociedad en la educación, y propone una alternativa para mí superadora para enseñar y aprender.
– ¿Por qué es superadora?
– Lo primero que a mí me parece sumamente superador de la educación a distancia es que necesariamente se hace en equipo interdisciplinario. Las asignaturas, hablando siempre de educación formal, no pueden estar hechas por un profesor en soledad, necesariamente se requiere de un equipo de diseño pedagógico y tecnológico que intercambie ideas permanentemente de forma tal que antes de empezar el curso ya esté armado lo básico que se hará en ese curso con los aspectos que son después adaptables a cada cohorte. Y la otra cosa que me parece muy interesante, es que todo lo que se hace en educación a distancia queda registrado, ya sea por escrito, en audio, o en audio y video, esto permite una autoevaluación y coevaluación de todos los involucrados, muy exhaustiva y exacta porque uno puede volver a lo que se hizo y evaluarlo con las pruebas más objetivas que puede haber. Y con la trayectoria de los alumnos también sucede lo mismo, incluso para él es fundamental tener todo eso a disposición las veces que quiera. Cuando uno da una clase presencial el alumno que estuvo ausente, puede pedir apuntes, pero la clase en sí no la recupera. En cambio con la clase virtual la puede ver todas las veces que desee.
Superar etapas
– ¿Falta aceptar que la educación no pasa sólo por cuatro paredes, un pizarrón y escritorios?
– Yo no sé si falta tanto, cuando nosotros empezamos con las licenciaturas para profesores en el 2009 costaba un triunfo hacer entender a la gente cómo registrarse en el campus, cómo manejarse. Hoy en día nadie pregunta nada y muchos alumnos manifiestan cuando se presentan que no es su primera experiencia a distancia. Entonces creo que esa aceptación está creciendo mucho.
– Entonces es indiscutido que la educación a distancia va ganando más espacio…
-Sí, no hay país en el mundo donde los cursos a distancia tengan menos gente o se hayan estancado. Están creciendo siempre.
– Y por parte del alumno, ¿está asimilada la responsabilidad?
– Diría que no, eso es lo que más cuesta. Me parece que esto es un problema que viene de la escuela que no crea seres autónomos que adquieran los aprendizajes, y también de las familias. Es un problema de las últimas generaciones. En el caso de las licenciaturas recibimos gente más grande que está convencida de la carrera y no sucede esto; pero en las tecnicaturas muchas veces sucede que son chicos jóvenes que no se comprometen. Hasta incluso se nota la dificultad de los adolescentes con las herramientas digitales, no se mueven como pez en el agua en el tema.
– ¿El rol del tutor va más allá del de ser un docente?
– Lo que pasa es que para lo que nosotros llamamos la función docente, han surgido nuevos roles. El rol ahora está inicialmente dividido en dos: el de contenidista y el de tutor. El primero es aquel que provee el curso en el sentido de los contenidos y también de la ruta de aprendizaje que tiene que seguir el alumno para poder llegar a los objetivos. Y el tutor que hace el seguimiento activo del alumno durante el curso. La misma persona puede ejercer los dos roles o no, porque de pronto si alguien renuncia queda vacante el rol de tutor, puede ocuparlo otra persona, pero el de contenidista no porque el curso ya está hecho. Esto obliga también a los docentes, a capacitarse para poder ser contenidistas y tutores según el rol que les toque desempeñar.
– ¿Cree que en unos años el espacio del aula va a desaparecer?
– Creo que en pedagogía y en educación nada desaparece, todo se recicla, se integra. Cuando empecé a dar clases de inglés estaban de moda los métodos repetitivos, eso se comprobó que no sirve, pero la repetición tiene un lugar en la metodología que hay que saber dónde ponerla. Todo se transforma, adapta y combina de otra manera.