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Cultura 25 de marzo de 2025

Edith Stein, una vida reconstruida: El minucioso trabajo de Irene Chikiar Bauer

Una reseña sobre la biografía imprescindible de Edith Stein escrita por Irene Chikiar Bauer.

Por Carlos Aletto

En la bruma del amanecer del 2 de agosto de 1942, Edith Stein y su hermana Rosa fueron arrancadas de su celda en el monasterio de Echt, en los Países Bajos. La Gestapo irrumpió con brutalidad y les ordenó prepararse. Ambas sabían lo que significaba. No hubo resistencia ni súplicas. Con voz serena, Stein dirigió unas últimas palabras a su hermana: “Ven, vayamos por nuestro pueblo”. El tren las llevó a Auschwitz. En ese instante, la mujer que había sido discípula de Edmund Husserl, admirada por Martin Heidegger y considerada una de las mentes más brillantes de su tiempo, quedó marcada como la de una víctima más del Holocausto. Sin embargo, en sus escritos, en sus reflexiones y en su compleja evolución intelectual, su legado trascendió la violencia de la historia.

La biografía Edith Stein. Judía. Filósofa. Santa, escrita por Irene Chikiar Bauer y publicada por Taurus en 2024, reconstruye de forma rigurosa la vida de Stein, rescatando no solo su itinerario filosófico y religioso, sino también su vida privada y el contexto histórico en el que se desenvolvió. Con una minuciosidad que recuerda a la gran tradición de la biografía intelectual —como las de Zweig, Safranski o Monk—, Chikiar Bauer hilvana los múltiples aspectos que definieron a Stein: su papel en la fenomenología, su relación con Husserl, su conversión al catolicismo, su crítica al nazismo y su trágico destino.

La escritura de Chikiar Bauer combina erudición con una prosa accesible. Su estilo es preciso, pero nunca frío, y logra equilibrar el rigor académico con una narración fluida y atrapante. En lugar de limitarse a una exposición cronológica de hechos, la autora construye una historia en la que los momentos clave de la vida de Stein se presentan con profundidad psicológica y un notable sentido de la atmósfera histórica.

Uno de los tantos aciertos del libro es la reconstrucción de este trasfondo histórico en el que Stein desarrolló su pensamiento. Nacida en 1891 en Breslau, en el seno de una familia judía asimilada, creció en una Alemania que, tras la Primera Guerra Mundial, entró en una crisis política y social profunda. La República de Weimar se convirtió en un hervidero de tensiones ideológicas, con un antisemitismo que fue adquiriendo un cariz cada vez más virulento. A través de una investigación documental rigurosa, Chikiar Bauer muestra cómo la exclusión progresiva de los judíos del ámbito académico y social no fue un fenómeno repentino con la llegada de Hitler al poder en 1933, sino un proceso gradual que comenzó a gestarse en las décadas previas.

Stein, quien en 1916 se convirtió en la primera discípula de Husserl en doctorarse en Filosofía en Friburgo, sufrió en carne propia la discriminación. A pesar de su brillantez, le fue negado un puesto universitario estable debido a su condición de mujer y de judía.

El voluminoso libro también ofrece un retrato nítido del círculo intelectual en el que Stein se movió. En la Universidad de Gotinga, la joven filósofa se convirtió en parte del núcleo de la fenomenología, la corriente filosófica inaugurada por Husserl. Sus contemporáneos fueron figuras de la talla de Martin Heidegger, Max Scheler y Roman Ingarden.

El libro también recupera las conexiones de Stein con Hannah Arendt, otra filósofa judía que, a diferencia de Stein, tomó el camino del exilio en lugar de la conversión. A través del análisis de cartas y documentos, Chikiar Bauer presenta la tensión entre el compromiso intelectual y las respuestas individuales frente a la creciente amenaza del nazismo.

El pensamiento de Edith Stein

Chikiar Bauer desentraña la evolución filosófica de Stein, desde sus primeros estudios sobre la empatía hasta sus obras tardías sobre la relación entre el ser finito y el ser eterno.

En esta biografía queda claro que su conversión al catolicismo en 1922 no significó un abandono de su rigor filosófico. Al contrario, Stein se propuso integrar su formación fenomenológica con el pensamiento tomista, en un intento de superar las limitaciones del racionalismo moderno.

El análisis de Chikiar Bauer muestra cómo, en Stein, la razón y la fe no se presentan como opuestos, sino como dimensiones complementarias del conocimiento.

Desde su llegada a la Universidad de Gotinga en 1913, Stein se destacó como una de las alumnas más brillantes del círculo fenomenológico. Su temprana maestría en la obra de Husserl le permitió convertirse en su asistente en Friburgo, un puesto que, en principio, parecía abrirle las puertas a una carrera académica prometedora.
Sin embargo, como detalla Chikiar Bauer, el vínculo entre maestra y discípulo fue compleja y, en ocasiones, frustrante para Stein. Husserl la reconocía como una pensadora excepcional, pero al mismo tiempo mantenía una distancia jerárquica que le impedía otorgarle el reconocimiento que merecía. La biógrafa recupera cartas y documentos en los que Stein expresa su desilusión ante la imposibilidad de obtener una cátedra universitaria, un obstáculo que no solo se debía a la discriminación de género y religión, sino también al sistema filosófico de Husserl, que tendía a apropiarse de las ideas de sus discípulos sin otorgarles suficiente crédito.

Un punto clave que el libro aborda con precisión es el papel de Stein en la edición de Las Ideas para una fenomenología pura y una filosofía fenomenológica, una de las obras fundamentales de Husserl. Su labor como asistente incluyó la transcripción y organización de los manuscritos, así como la interpretación y clarificación de algunos pasajes oscuros del texto. No obstante, su nombre apenas fue mencionado en la publicación. Este episodio refleja una problemática recurrente en la historia de la filosofía: la invisibilización del trabajo de las mujeres en la producción intelectual.

Chikiar Bauer también examina la influencia que Stein tuvo en el desarrollo del pensamiento husserliano. En particular, se destaca su temprano interés por el problema de la empatía, que luego se convertiría en un tema central en la fenomenología posterior. Asimismo muestra cómo la relación entre Husserl y Stein sufrió un distanciamiento progresivo. En parte, esto se debió a la aparición de Martin Heidegger en el círculo fenomenológico, quien se convirtió en el discípulo predilecto de Husserl. Mientras que Heidegger logró posicionarse como el sucesor del maestro con su obra Ser y tiempo, Stein se vio cada vez más relegada.

Uno de los mayores logros de la biografía de Chikiar Bauer es su capacidad para exponer con claridad la evolución del pensamiento filosófico de Edith Stein. En el libro se pueden visibilizar las tres grandes etapas, desde su disertación doctoral, El problema de la empatía en 1916, un estudio pionero que abordó la manera en que comprendemos la experiencia de los demás, pasando por su conversión al catolicismo en 1922, donde Stein comenzó a explorar con mayor profundidad el nexo entre fenomenología y teología, hasta el punto culminante con su obra Ser finito y ser eterno en 1936.

 

Steintapalibro

 

Durante el recorrido minucioso de la biografía, Chikiar Bauer subraya la afinidad de Stein con pensadores como Jacques Maritain y Étienne Gilson, quienes en la misma época intentaban revitalizar la filosofía tomista en diálogo con la modernidad.

Chikiar Bauer demuestra que el trabajo de Stein ha sido revalorizado no solo dentro de la tradición fenomenológica y tomista, sino también en el ámbito de la filosofía del personalismo, la ética y la teología feminista.
Uno de los primeros ámbitos en los que su obra comenzó a recibir atención fue el de la fenomenología, subraya la investigadora. A mediados del siglo XX, filósofos como Emmanuel Levinas retomaron algunas de sus ideas sobre la empatía y la intersubjetividad para desarrollar su propia concepción de la alteridad. Levinas, quien también partió de la fenomenología de Husserl, puso el énfasis en la relación con el otro como el núcleo de la ética. Aunque no hay referencias explícitas a Stein en sus textos principales, algunos estudiosos han señalado la afinidad entre sus ideas sobre la apertura al otro y la noción steiniana de la empatía como una forma de conocimiento irreductible a la introspección individual.

Otro pensador que ha reconocido la influencia de Stein es Karol Wojtyla, más tarde conocido como el papa Juan Pablo II. Antes de asumir el papado, Wojtyla estudió la fenomenología y el tomismo, y en su obra filosófica —en particular en Persona y acción— se pueden notar resonancias de la antropología steiniana.

La autora hace un recorrido para demostrar cómo la filosofía feminista ha encontrado en Stein una fuente de inspiración. Su concepción de la feminidad y de la vocación de la mujer, desarrollada en textos como La vocación de la mujer según la naturaleza y la gracia, ha sido objeto de diversas interpretaciones. Por un lado, algunas teóricas han criticado su énfasis en una supuesta “esencia femenina” como limitante para la emancipación de las mujeres. Por otro lado, filósofas como Sarah Borden han argumentado que Stein ofrece una visión más compleja y matizada de la diferencia sexual, una que reconoce tanto la igualdad ontológica de hombres y mujeres como la posibilidad de una complementariedad no jerárquica.

Por último, en el campo de la filosofía de la religión, Stein ha sido redescubierta como una de las pensadoras más relevantes del siglo XX en la intersección entre razón y fe.

En el amplio estudio, se explica como desde su canonización en 1998, Stein ha sido cada vez más reconocida en el ámbito teológico. Su obra no solo es estudiada en círculos filosóficos, sino que ha influido en debates teológicos sobre la naturaleza de la revelación, el vínculo entre razón y fe, y el papel de la mujer en la Iglesia.

Stein en su vida cotidiana

Chikiar Bauer nos muestra a Stein como una persona de gran sensibilidad y profundidad emocional. A pesar de su imagen de intelectual rigurosa, la biógrafa revela aspectos menos conocidos de su personalidad: su sentido del humor, su amor por la música, su conexión con su familia y sus amistades. La Edith Stein que emerge de estas páginas no es solo una filósofa inmersa en el estudio, sino también una mujer con pasiones, contradicciones y un fuerte sentido de la justicia.

Uno de los episodios más reveladores es la estrecha relación de Stein con su madre, Auguste Courant, una mujer fuerte y trabajadora que nunca comprendió del todo la conversión de su hija al catolicismo. La biografía muestra con gran sensibilidad el dolor de Auguste cuando Edith decide bautizarse y, más tarde, ingresar al Carmelo. La despedida entre ambas es uno de los momentos más conmovedores del libro: Auguste, devastada, le dice a su hija que ha traicionado a su familia y a su pueblo. Sin embargo, el cariño entre ambas nunca se rompe del todo, y la biógrafa subraya cómo Stein siguió sintiendo un profundo amor y respeto por su madre, cargando con el peso de esa herida hasta el final de su vida.

 

Irene Chikiar Bauer.

Irene Chikiar Bauer.

 

Otro aspecto que la biografía destaca es su círculo de amistades. Stein nunca se casó ni tuvo hijos, pero mantuvo relaciones profundas con colegas y discípulos. Su amistad con Adolf Reinach y su esposa, por ejemplo, fue crucial en su desarrollo intelectual y espiritual. Cuando Reinach murió en la Primera Guerra Mundial, Stein se acercó aún más a su viuda y comenzó a explorar la dimensión religiosa del sufrimiento, un tema que marcaría su posterior conversión. Estas relaciones, lejos de ser anecdóticas, forman parte de la evolución personal e intelectual de Stein, y Chikiar Bauer las reconstruye con gran detalle.

La biografía también pone énfasis en el compromiso político de Stein, un aspecto muchas veces eclipsado por su dimensión religiosa. Con la llegada del nazismo, su posición como intelectual judía se volvió insostenible. En 1933, cuando Hitler asumió el poder, Stein escribió una carta al papa Pío XI denunciando la creciente persecución de los judíos en Alemania. Este gesto, que podría haberle costado la vida de haber sido más visible, demuestra su valentía y su sentido de responsabilidad. Chikiar Bauer muestra que, aunque Stein finalmente optó por la vida monástica, nunca dejó de ser consciente de la tragedia que se avecinaba.

Los días finales

El libro también reconstruye con precisión y sensibilidad los últimos días de la filósofa, marcados por la persecución nazi y su destino final en Auschwitz. Chikiar Bauer muestra cómo Stein, ya instalada en el Carmelo de Echt en los Países Bajos, era plenamente consciente del peligro que corría debido a su origen judío y al creciente avance del nazismo.

Se detalla el conmovedor traslado de Stein a Westerbork, un campo de tránsito holandés donde miles de judíos esperaban la deportación a los campos de exterminio. Allí, la filósofa intentó consolar a los niños y enfermos, manteniendo una actitud de fortaleza que impresionó a quienes la rodeaban. A los pocos días, fue enviada a Auschwitz en un tren abarrotado de prisioneros. Se cree que su ejecución en la cámara de gas ocurrió el 9 de agosto de 1942, apenas una semana después de su captura.

Chikiar Bauer logra transmitir la dimensión humana y filosófica de su muerte, mostrando que, más allá de la brutalidad del Holocausto, Stein enfrentó su final con la serenidad de quien ha encontrado sentido incluso en el sufrimiento.

La biografía tiene la capacidad de integrar distintas dimensiones de la vida de Stein sin reducirla a una sola faceta. No es solo la filósofa fenomenóloga, ni solo la santa carmelita, ni solo la mártir del Holocausto. Es todas esas cosas a la vez, y Chikiar Bauer logra mantener esa complejidad sin forzar una interpretación única de su figura.