Dos hermanos marplatenses que en 2016 ingresaron a la industria textil con un emprendimiento dedicado a la fabricación de productos para amantes de los viajes, deportes de tabla y la naturaleza, dejaron su pasión de lado por un rato y produjeron más de 500 tapabocas que fueron entregados en distintos barrios de la ciudad.

Comprometidos con la actual situación epidemiológica y social provocada por la pandemia de coronavirus, Juan Ignacio (28) y Juan Cruz Paneiva (25) utilizaron desechos de tela de sus productos (gorras, remeras, buzos, camisas y mallas, entre otros) para fabricar tapabocas que este sábado donaron, a través de la Fundación Adelante, a comedores barriales.

“En Wayfarer no se tira nada, todo se guarda para reutilizar”, dijo el menor de los Paneiva en diálogo con LA CAPITAL y explicó que el nombre de la marca Wayfarer (caminante) surgió como un término vinculado a aquella persona caminante que busca conocer y explorar. “Eso es lo que buscamos a través de nuestro proyecto textil: viajar, conocer, explorar y encontrar gente apasionada como nosotros”.

Una de las razones que los motivó a llevar adelante esta acción social fue que -según mencionó Juan Cruz- “la mayoría de las marcas se basaban en una idea un poco engañosa de ayuda en responsabilidad social (‘por cada producto comprado, donamos otro a una institución’)”. “Por eso quisimos ir más allá y hacer la donación en nuestra ciudad y en alguna fundación que los precise“, agregó.

Para la producción, juntaron recortes de tela de los productos más nuevos que figuran en el catálogo de venta y también desechos de los artículos de los inicios. La confección y fabricación estuvo a cargo de dos talleres de costura locales y fue así que lograron juntar material para poder generar alrededor de 500 tapabocas.

La entrega de este producto esencial y obligatorio en el marco de la emergencia sanitaria por coronavirus se realizó hoy en los barrios San Jacinto, Villa de Paso, La Herradura, Parque Palermo, San Isidro y Parque Hermoso. Y continuará el martes en el barrio Nuevo Golf y el lunes 25 con lugar a definir. De esta manera, unas 260 familias de Mar del Plata recibieron y recibirán en los próximos días los barbijos confeccionados con sobras de tela.

“Somos una marca que está muy identificada con el cuidado del medio ambiente y la responsabilidad social. Desde el primer momento tuvimos como prioridad lo ecológico, por lo que tratamos de reutilizar todos los recortes de nuestras telas y productos”, resaltó Paneiva.

Con las dificultades económicas que el sector atraviesa provocadas por la pandemia, los dos hermanos marplatenses no dudaron en solidarizarse para “poder darles una mano” a los que más lo necesitan.