“La vuelta de San Perón”, el documental del marplatense Carlos Müller se proyectará hoy en el Festival Internacional de Cine Latinoamericano de Bordeaux, Francia.

Los organizadores resolvieron realizar una edición especial, acotada y no competitiva del tradicional evento y el trabajo de Müller fue uno de los pocos seleccionados.

Aunque su autor no pudo viajar, fue convocado para grabar dos mensajes, a compartir con el público francés antes y después de la proyección.

“Fue una alegría recibir el llamado de la programadora” reconoció el cineasta, quién además apuntó que el equipo que trabajó en la cinta había hecho “un gran esfuerzo de producción” para hacer una tercera versión con subtítulos en francés -que se suma a la original en español y a su traducción en inglés-.

De esta forma este viernes, pasado el mediodía de Argentina, el público de Bordeaux se encontrará con este emotivo relato en el que se cruzan la historia de Norma Cuevas de Aresta y su familia, con la de una misteriosa cinta en 16mm encontrada unos 40 años después de haber sido rodada y con la historia de Argentina de principios de los 70, cuando se esperaba el regreso de Perón a la Argentina.

“Un enigmático documental en formato 16 milímetros es hallado en la provincia de Córdoba. Cuenta la historia de una familia de cartoneros, semanas después de las elecciones ganadas por Cámpora en 1973. Norma Teresa Cuevas de Aresta, de 37 años de edad y madre de 17 hijos habla de sus sueños y cuenta sus esperanzas ante el país que se viene. Se trata de una mujer profundamente peronista y creyente. El rollo de material fílmico llega a manos del cineasta Carlos Muller, quién inicia una investigación para saber quién fue esa mujer, qué fue de sus hijos y familia y quién fue el autor del misterioso corto documental”, expresa la sinopsis del filme.

El trabajo llegó a proyectarse en diciembre en el festival Atlantidoc de Uruguay y en enero en el Festival Internacional de Cine de Chiloé (en el que resultó ganador). Fue seleccionado para Bafici y Barcelona (suspendidos). ¿Cuándo se hizo? ¿Para qué se hizo? ¿Quién lo hizo? Se preguntó Müller cuando vio la cinta que un coleccionista de Mar del Plata, Albino González, encontró en Dean Funes (Córdoba).

En el material Norma presenta a sus hijos, la tarea que desempeña cada uno en la familia -eran cartoneros- y sus sueños de tener una vida mejor y sus esperanzas tras haber votado, unos días antes. En el material, le habla a su bebé en brazos y le cuenta los sueños que tiene para la familia.

Sin saber por donde empezar la reconstrucción de esa cinta, fue al programa de Fernando Martín Peña en Canal 7. La casualidad quiso que el realizador del original, Héctor Aure, estuviera viendo el ciclo y se contactara.
También se contactó un nieto de la protagonista y así pudo dar con varios de los entonces niños, incluso fue testigo del reencuentro más, trabajó en la reconstrucción del contexto histórico en el que se había dado la filmación, cuando Juan Carlos Gené, al frente de ATC, convocó a cineastas para presentar proyectos de lo que sería “la nueva televisión” argentina.

Müller encuentra, una a una, todas esas respuestas y decide realizar el documental en el que enlaza todos los niveles de la historia.

“Se intentó producir programas para la futura programación con historias de vida que íbamos a buscar en sus ámbitos naturales, historias que tomaran lo mejor del cine, el teatro y literatura para poner en la pantalla” cuenta Aure en el documental.

La historia de Norma “confrontaba la realidad social, compartía su experiencia de vida, su realidad. Era un proyecto solidario, uno de varios, porque poco pudimos hacer, estuvimos 45 días. Entramos por la puerta y salimos por la ventana” recuerda Aure, sobre otro punto en el que la microhistoria, el testimonio, se cruza con la historia nacional, el regreso de Perón, la renuncia de Cámpora y el retroceso de los sectores progresistas del peronismo.

En ese contexto el material se perdió y, solo 40 años después, se pudo encontrar con el público.

Además, el material hallado, fue una forma de conocer la voz, el tono, los sueños, la calidez de su mamá para sus hijos más pequeños, incluso para uno nacido luego de la grabación del documental.

El autor es, incluso, testigo de la reunión de los hijos y sus nietos, algunos de los cuales no se conocían. Es que esta humilde familia, de Diamante, Entre Ríos, se dispersó con el paso de los años y, tras la muerte de Norma.