“Calle Dálmatas 101”, serie infantil animada inspirada en el clásico de Disney de 1961 en el que la gigantesca familia de perritos blancos con manchas vive sus aventuras en la Londres de la actualidad. La serie podrá verse de lunes a viernes a las 11 por Disney Channel, comenzando este lunes 3 de junio.

“Algunos de los desafíos más grandes en la serie vienen con tener que diseñar y animar un elenco tan grande en cada episodio”, dijo en conversación con Télam el director del programa, Miklos Weigert.

Weigert estaba acompañado de la productora Cara Speller, quien explicó que habían decidido dejar de lado el resto de secuelas y adaptaciones de la cinta original, y luego colocaron el foco de la historia en los hermanastros dálmatas Dylan y Dolly, encargados de cuidar de sus 97 hermanos menores.

-: ¿Qué tanto influyó la película de 1961 en esta serie?

– Cara Speller: Somos grandes fans del filme original y decidimos no mirar ninguna de las series de TV y las películas de acción real que se hicieron después de la película de 1961, porque para nosotros esa era la representación definitiva de “los Dálmatas”. Tomamos eso como modelo y luego lo adaptamos para un Londres de esta época.

– ¿En qué medida creen que la serie consigue revivir el espíritu de esa cinta original y acercárselo a nuevos públicos?

– Miklos Weigert: Hay muchas cosas que usamos de la película como inspiración. Vamos a lugares similares, replicamos experiencias similares, peligros, pero al fin y al cabo esta es una serie de TV y le da un enfoque visual diferente propio. Incluso en el desarrollo de la historia tuvimos que enfocarnos más en la comedia.

C.S.: Sí, además en nuestro caso los personajes principales no van a ser los padres de la familia de perros, que tienen que ir a trabajar, si no los dos cachorros más grandes. Eso cambia todo inmediatamente, porque lo contamos más desde su punto de vista infantil.

– ¿Cuáles son las principales dificultades al tener que poner en pantalla a una cantidad tan grande de personajes al mismo tiempo?

C.S.: Esa es la dificultad principal; tenemos 101 dálmatas, a sus amigos, los otros animales que viven en el barrio, el elenco humano también. A Miklos se le ocurrieron formas muy inteligentes de hacer eso sin que deje de ser visualmente legible.

M.W.: Por suerte tuve ayuda (risas).

– Al ser un programa que apunta específicamente al público infantil, ¿tuvieron en cuenta educar en valores además de entretener?

M.W.: Es un desafío poder tener en cuenta las dos cosas, pero creo que todo se resume en el corazón de la historia. Son cachorros jóvenes y se encuentran en situaciones de las que obtienen aprendizajes. La mayor parte del tiempo hay varias capas. En la superficie es un relato divertido y emocionante, juguetean un montón y se meten en problemas. Pero esos problemas usualmente vienen acompañados de un mensaje.

C.S.: También creo que es importante que no se convierta en un sermón. Hay lecciones interesantes, pero no estamos ahí para ser maestros.

– ¿Por qué creen que los clásicos de Disney “envejecen” tan bien? ¿Cuál es su secreto?

C.S.: Creo que están escritas maravillosamente, que se sienten tan bien hoy como cuando fueros hechos. El trabajo de arte en ellas, la animación con lápiz tradicional, no parece haber envejecido como otras técnicas.

M.W.: Sí, en esa época se experimentaba con muchos estilos artísticos y fue maravilloso como se integraban a la animación. Creo que simplemente envejecen bien porque son muy buenos.