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Opinión 6 de marzo de 2020

Discursos y gestos que comienzan a marcar nuevos tiempos en la política

por Gerardo Gómez Muñoz

No ha sido casualidad que el intendente municipal en su mensaje inaugural puntualizara su intención de trabajar en armonía con quienes no pertenecen a su formación partidaria. El mismo concepto regirá las relaciones con el gobierno provincial y con el nacional. Pareciera mentira que se haya llegado a ese extremo, pero basta recordar -aunque sea un ejercicio gravoso- lo que sucedía en la ciudad en el malhadado ciclo de Carlos Arroyo. Cabe remontarse a los primeros días de su estadía en Luro e Yrigoyen, cuando enfrentó a un grupo de protesta en plaza San Martín, abriéndose el saco, alardeando que venía a enfrentarlos “a mano limpia”.

Acto seguido, este Juan Moreira de cartón insultaba con vocabulario carrero y a los gritos a Gustavo Pulti y su familia porque le había dejado el gobierno lleno de deudas.

Tal vez pensando en su desgastado caletre que había sido exitoso su debut, se creyó que comenzaba un período donde la enemistad o las antipatías encuadrarían su estilo de malevo, atemorizante y triunfante. Los miembros de una cohorte despreciable, conviviente en su despacho y alrededores, pasaron a ser sus consejeros y guías en la búsqueda de abatir guion de presuntos empresarios, comerciantes y políticos fueron marcados y Arroyo soñando con el mariscal Rommel guerreando en las arenas de Abisinia y con algunos de sus jefes “carapintadas” más recientes, se creyó y le hicieron creer los de la cáfila circundante que sus delirios eran cuestión de Estado. No hay que mezquinar datos para que se advierta a qué extremos se puede llegar cuando no se valora debidamente la responsabilidad del propio voto. Va la última referencia: en una de esas zánganas mañana -todo el entorno y el jefe presente- abre la puerta la preferida del momento -la historia revela cómo se agranda una cortesana- y lanza sin preaviso “mirá no quiero cerca mío….tal apellido”.

El pobre aludido al otro día es trasladado de su sitio de trabajo -más de 25 años de antigüedad, sin sanciones ni manchas- a un cuartucho, sin tareas, sin ventanas, etc. Consultados altos funcionarios presuntamente de pantalones firmes llegan a responder “lo decidió el jefe por cuestiones políticas con el padre”. La respuesta de marras vino de funcionarios que ya por razones nada encomiables andan visitando sedes judiciales.

Es gente que nunca se imaginó que Arroyo no iba a ser reelecto y tampoco conocían el refrán latino “sic transit gloria mundi” también usado en los responsos.

El largo exordio nos parece oportuno para plantear que estamos, como esta página viene señalando desde la última elección, en tiempos nuevos en nuestra política. Claro que partiendo que sólo podría ser peor si Arroyo era reelegido. Despropósito muy difícil porque las encuestas bancaban que su caída era calamitosa.

Este nos parece, también que el porvenir es auspicioso. Hoy está claro que en medio de la realidad, los belicosos son minoría. Y a continuación van los datos que abonan el optimismo.

Primero la gente, no el partido

El jefe comunal que viene mostrando en los hechos el aserto del subtítulo, renovó su disposición de servir al marplatense y que en ese contexto el Presidente de la Nación y el gobernador de la provincia pueden contar con él.
Ese compromiso lo ha venido sosteniendo María Eugenia Vidal, la virtual jefa de un sector de Juntos por el Cambio que apunta a constituirse en algo más. Sus contactos marplatenses se vinieron intensificando en las últimas semanas porque ha concluido su retiro. Presidió la reunión de los legisladores de la quinta sección y allí fue clara: al que ganó hay que dejarlo gobernar. Casi como diciéndolde a Axel Kicillof que, si uno no quiere, dos no pueden pelear.

Casi simultáneo fue el encuentro de 4 horas entre el gobernador y el presidente Alberto Fernández, después del cual se advirtió que Kicillof estaba menos exaltado, el domingo se lo vio abrazarse efusivamente con el también fogoso Cornejo, presidente de la UCR.

Al mismo tiempo Mario Negri ya sin el acicate de la acosante Lilita Carrió -renunciante- luego de los gratuitos insultos a Daniel Scioli que tan constitucional como la negación del quorum de la UCR, el Pro y otros asociados se hizo cargo de su banca a la que todavía no había renunciado. Ni los calentones ni los lerdos suelen ganar en el tapete del Congreso y el que pierde no puede perder el estilo a riesgo de, como dice el tango, “que lo llamen gil”..

Una interna que crece

Como anticipó esta página el martes pasado se reunían en San Nicolás los legisladores de Cambiemos, convocados por Vidal. Esta, de este modo, confirmaba una posición de jefa que se adivinó una semana antes en el encuentro de Mar del Plata con representación de la Quinta: presencia coprotagónica del radical de Maxi, number one en su partido. De allí surgieron de parte de éste un reclamo del trabajo en pos de la unidad, requisito indispensable para el protagonismo en la próxima elección y para la grande de 2024.

A su vez muy explícitamente Mariú exhorta a no entorpecer al que está gobernando. Algunos dicen leer los labios y aseguran que quería decir “porque nos contestarán con nuestros errores y pueden seguir las investigaciones”. Y piden que lea algo más que un detalle: aquí estuvieron Jorge Macri y el poderoso Rodríguez Larreta, jefe de gobierno de CABA, y es local Montenegro.

El primo del ex presidente tal vez para congeniar con los otros que ya vienen tejiendo hace rato -sin poder despotricar contra su primo hermano que nunca lo distinguió- se soltó contra Peña como culpable de todos los males. No dijo nada nuevo y que no haya sido materia partidaria. Dicen que Macri y Durán Barba, el que lo inventó, lo bancan.

Vidal y Larreta coinciden en muchas cosas pero sobre todo en que “la situación social nos llama a la prudencia y no atacar en ese flanco, pero sí movernos sabiamente en política, dejando gobernar a quienes ganaron y ampliar el campo de la unidad”. Ella, dixit, en San Nicolás.

Vidal especificó ante los legisladores que “se respete la voluntad popular y no se haga obstruccionismo”. “Hay que analizar caso por caso”. Y fue un poco más allá: “Acompañemos en lo que estamos de acuerdo”.

Más terminante fue en el cierre: “Marquemos nuestras diferencias, pero nosotros no descalificamos a las personas. Opinamos o criticamos, pero con altura, con respeto y propuestas”. A su vez el titular de los senadores Roberto Costa convocó a un trabajo serio y responsable y que “el nuevo ciclo legislativo nos encuentre a la altura de lo que la Provincia necesita de una coalición opositora como la nuestra”.

Abad que representa al jefe del bloque y vice en la mesa provincial de la UCR , con palenque en la nacional, subrayó los méritos de Vidal “porque lideró la regeneración institucional de la provincia”. Queda aleteando el aire de confianza de cara a los intereses de Mar del Plata y con Montenegro, Abad, Costa, Larreta, María Eugenia etc… Pero Negri, Lilita, Patricia B, Pichetto y tantos otros, guardar las armas, abstenerse o lista propia, aunque la definición parezca prematura.

Alfonsín no perdona

Ricardo espera que reconozcan el pecado para perdonarlos, pero los radicales asociados al Pro no sólo no confiesan culpa sino que sostienen haber salvado al centenario partido. Consecuentemente, él afirma que ahora se siente mas cerca del peronismo que de la UCR actual. No sólo aceptó la embajada en Madrid sino que aceptó el convite de presidir con la ministra de Desarrollo de la Comunidad de la provincia, Fernanda Raverta, un encuentro organizado por Progresistas en Red, un espacio en que confluyen diversos sectores, en especial aquí por Pablo Farías y otros también defraudados por Margarita Stolbizer.

La convocatoria es para diversos espacios políticos, sindicales, sociales, etc. Se vio a la ex diputada Virginia Linares y al titular de la CGT local Miguel Guglielmotti.

Ricardo Alfonsín se prestó a diversos requerimientos periodísticos que aprovecharon su presencia en la ciudad. Tampoco el futuro embajador desaprovechó la oportunidad de decir lo suyo, duela a quien duela. Precisamente afirmó: “Aceptar ser embajador es un gesto altisonante de discrepancia”. Tal vez de definitiva ruptura si la dirigencia partidaria actual no revisa su coalición con el macrismo. No obstante deja un resquicio abierto porque aclara que la UCR le daría “calidad a la política argentina que el partido volviera a representar lo que representara en su historia”.

De paso hay que señalar un fracaso más de Stolbizer que en tren de cambios y de variantes se ha quedado, de hecho, sin su inicial partido GEN y sin ningún otro rebusque, luego de abandonar el radicalismo inicial y que la proyectaba pero no en la medida que ella anhelaba. En cierta época parecía competir en el rubro de denuncias al peronismo con Lilita, tal vez esté por seguir la decisión de la chaqueña.



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