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La Ciudad 14 de abril de 2016

Directores de secundarias preocupados por “cientos de estudiantes sin escolarizar”

Proponen la creación de nuevos bachilleratos de adultos en turno mañana y tarde para que los chicos puedan estudiar. Cuestionan el accionar del Estado y de algunos directores.

Un grupo de directores de escuelas secundarias de General Pueyrredon se mostraron preocupados porque “cientos de estudiantes están sin escolarizar”. Mónica Marchini -EES Nº 12-, Juan José Lakonich -EES Nº 1-, Ulises Garay Véliz -EES 79-, Mónica Michelli -EES 30-, y Alejandro Cardelli -EES 36-, son los directores que firman este comunicado al que tuvo acceso LA CAPITAL y en el que expresaron: “La enorme mayoría de las escuelas de gestión privada y buena parte de las escuelas públicas expulsan de manera directa o encubierta a muchos jóvenes que cometen el “gravísimo delito” de repetir de año en sus escuelas. Muchas veces sin tener en cuenta las razones de dicha repitencia y con el falso discurso de la “falta de vacantes” se sacan de encima al joven excluyéndolo de la institución”. Entonces consideraron que “se sigue un criterio de supuesta excelencia académica y se empuja a las familias a deambular por varias instituciones, hasta que alguna los toma como alumnos, pero en una cantidad de varios centenares no son tomados por ninguna, se quedan sin poder estudiar”.
Los directores dijeron que si bien la actual ley de de educación propende explícitamente a la inclusión, “sigue predominando en una buena cantidad de docentes y directivos la mirada excluyente y elitista de décadas atrás”. Y esto, agregaron, “es tolerado por muchos supervisores y autoridades políticas educativas que, por lo general, terminan mirando hacia un costado”.
Quienes conducen estas cinco escuelas secundarias también se preocupan porque “puede observarse de parte de la gestión provincial ciertas acciones que están dificultando la apertura de cursos, siendo muchos de ellos de crecimiento vegetativo”. Al respecto explicaron que “se ha centralizado en el nivel central de la Dgeyc lo que antes se hacía en el mismo distrito”, esto “ha implicado que pasado ya más de un mes del inicio de clases, hay muchos jóvenes que fueron inscriptos en escuelas que están sin clases de ningún tipo”.
¿Qué dicen la psicología y la pedagogía acerca de esto?, se preguntaron los directores. Entonces especificaron que “de ningún modo se puede decir que un adolescente que repite (y mucho más si esto es por primera vez) debe cambiar de contexto, vínculos con sus compañeros y pertenencia institucional para salir adelante para la adquisición de conocimientos. Más bien, es al revés”.
Y explicaron que sólo quedaría considerar como positivo el cambio de institución si se repitiera por segunda o tercera vez y “teniendo en cuenta el tamaño de la institución y la posibilidad de la misma de atender adecuadamente situaciones singulares”. Pero, entonces, “habría que desarrollar un mecanismo de articulación interinstitucional o distrital, que no parece estar en la agenda de nadie. Se prefiere dejar al joven a la intemperie y luego culpabilizarlos de una situación que los excede, ya que por lo general detrás de cada repitencia hay una situación compleja con distintos grados de responsabilidad familiar, institucional y, por último, del propio joven”, explicaron.
Para los directores, a partir de esto se da una situación paradójica porque “ante posteriores situaciones de extrema violencia y/o delito, que suelen ocurrir cuando el joven se desengancha totalmente con el sistema educativo, se los señala como causantes de su propio destino, se les quita la condición de niño, y también se responsabiliza a las familias. Pero a la escuela y al Estado, ¿no le compete responsabilidad alguna?”. Los firmantes creen que sí. “Es obligación del Estado tomar cartas en el asunto.Y estamos convencidos que más cultura y más educación implica menos violencia y menos inseguridad”.
A lo que añadieron: “Se escuchan panegíricos diciendo que esos jóvenes deberían estar en la escuela, pero claro que por favor no sea en la mía, ya que no tengo cómo contenerlos, nadie sabe qué hacer con ellos, mejor les digo que no hay vacantes. Esa suele ser la reacción de muchos colegas directores”.

La opción de los bachilleratos de adultos

Hace tres años la Dgeyc implementó la Resol. 55 que permite que jóvenes entre 15 y 17 años, con varios años de repitencia puedan cursar en los bachilleratos de adultos, lo que implica entrar en una currícula que sólo dura tres años (en lugar de la secundaria común de seis años). Vale aclarar que en el distrito hay aproximadamente 8 instituciones de este tipo y que sólo tres son en horarios diurnos (por la tarde), dada la reciente creación de un bachillerato de estas características en la EES N° 1 (ex Escuela Piloto).
“Hace alrededor de un lustro que la matrícula en adultos viene disminuyendo por diversas razones, aunque fundamentalmente,e por la implementación de nuevos dispositivos de terminalidad educativa (Fines, COA, etc.) y también por la apertura de otras posibilidades como los CENS”, explicaron.
Dada la resolución 55 “esas escuelas se han convertido en una nueva alternativa para cientos de jóvenes que de otro modo no se ven en las secundarias haciendo 5 o 6 años, con compañeros varios años menores, recién egresados de escuelas primarias”. Sin embargo, en las escuelas secundarias de adultos “hay largas listas de espera de varias decenas de jóvenes y algunas que ya ni siquiera inscriben en esas listas, dada su extensión, como en la EES N°1”.
En este marco, “instamos a las autoridades educativas provinciales y municipales que se hagan cargo de este problema que involucra a cientos de jóvenes y familias marplatenses y que presenten una propuesta urgente a esta necesidad acuciante”.
Por ejemplo propusieron, “la creación de nuevos bachilleratos de adultos en turno mañana y tarde o con otras alternativas pedagógicas-institucionales”. Y explicaron que “si al menos algunas de las escuelas existentes crearan a la par bachilleratos de adultos y absorbieran sus repitentes de varios años, o si todas las escuelas no expulsaran a los jóvenes con sólo un año de repitencia e impulsaran proyectos educativos especiales, disminuiría notoriamente los supuestos fracasos escolares reiterados”.