“Es un momento para tener la masa en la mano y derribar todos los pilares que sostienen lo tradicional, lo que nos deja estructurados, porque se vienen tiempos de muchísimo movimiento”, asegura Diego Reinhold. El multifacético artista se presenta los lunes y martes del verano con su unipersonal, Comedy Show en Teatriz y aplica ese concepto en su trabajo.

Durante el espectáculo, que combina humor, baile y monólogos, en rutinas con interacción con una pantalla multimedia -uno de sus sellos más distintivos durante los últimos años- busca, de principio a fin, esa “electricidad” que genera la risa.

Las funciones de la obra nominada a los Estrella de Mar en el rubro espectáculo de humor, comienzan 23.15 en la sala ubicada en Diagonal Pueyrredon 3338.

– ¿Cómo fue el trabajo de pensar este unipersonal?

– Este unipersonal es producto, yo diría, de una selección de las mejores rutinas cómicas, musicales, de baile y monólogos que hice durante los últimos 15 años, en las cuales me tuve que ocupar el rol de capocómico, comediante, standapero, también lo que hice en los shows de Stravaganza, en revistas, en eventos. Todo eso me llenó material que le presenté a Daniel Casablanca, a quien elegí como director y junto con el seleccionamos e inventamos rutinas nuevas para generar este Comedy Show.

– Tocás temas de actualidad. Bueno, lo de las crisis, más que de actualidad es una constante ¿Cómo lo ves?

– En realidad, el humor en general está todo el tiempo pisando las cosas que suceden en el momento. Argentina en particular es un país que, al estar constantemente en crisis y en pujas políticas, le da al humorista un material importante para trabajar, porque desde ahí se puede hacer mucho humor por los contrastes que eso ofrece. Y además yo tengo un pensamiento político y me gusta poder hacer reír con eso sin decir algo en particular, aunque en este espectáculo termino diciendo algo en particular, pero es algo que pienso desde siempre y va más allá de la política, tiene que ver con algo más filosófico.

– Por otra parte incluís la cuestión del feminismo, que en los últimos tiempos sí ha sido un elemento disruptivo del status quo ¿Qué te interesó marcar de eso?

– Creo que no es que me guste hablar de eso en particular, sino que siento que este es un momento de la historia de la cultura mundial y occidental donde todo se está poniendo en tela de juicio, reanalizando, revaluando, donde todo se está reconstruyendo. A partir de ahí, me parece muy interesante ayudar a deconstruir, es un momento para tener la masa en la mano y derribar todos los pilares que sostienen lo tradicional, lo que nos deja estructurados, porque se vienen tiempos de muchísimo movimiento. Así que creo que desde la cultura y desde el espectáculo se puede hacer mucho para ayudar a esa deconstrucción.

– Paralelamente, la visión de género se muestra también en Entre ella y yo, en la que dirigís a Sebastián Presta y Soledad García. ¿Cómo fue el trabajo con ella y él?

– Trabajar en “Entre ella y yo” la verdad que fue un placer porque en realidad fui convocado por Sebastián para ayudarlos en un espectáculo que ya estaba armado pero que no terminaba de cuadrar y a partir de ese trabajo el espectáculo empezó a adquirir las formas que tiene hoy. En ese espectáculo más que los temas del feminismo se trata el tema de dos jóvenes y la paternidad, creo que lo que más trata es de trabajar con los modelos, de qué es esto de ser una familia y cómo es esto de vivir en pareja y los abismos a los que nos empuja ese formato.

– ¿Qué significa el humor para vos?

– Yo siempre digo que tiene que ver con algo parecido a la electricidad. Primero, la risa es como si de alguna manera el cuerpo, la mente, tuviesen una especie de cortocircuito, una especie de alto voltaje en el cual necesita descargar algo espasmódico como es la risa. Entonces ese choque eléctrico muscular se descarga a través de la risa y, justamente, lo que provoca ese choque eléctrico siento que es la unión de universos que no se podrían unir tan fácilmente. En realidad el arte es eso, la metáfora es eso, en la metáfora nosotros unimos universos distintos, como “tengo una espina clavada en el corazón”, eso sucede solo en el imaginario, no puede suceder en lo real. Pero en el humor, cuando uno lo hace rápidamente, sorpresivamente, es tan shockeante para el receptor esa imagen inesperada que genera un cortocircuito hasta que se asimila. Es muy técnico lo que estoy diciendo, pero creo que tiene que ver con eso, que es como la rapidez, la sorpresa, la imaginación, y provocar en el receptor esa sorpresa a través de un juego mental metafórico.