Los tres acusados por el crimen del mecánico Daniel Garófalo, ocurrido en el barrio Malvinas Argentinas el pasado 12 de diciembre, seguirán detenidos mientras sigue adelante la causa que lleva adelante el fiscal Carlos Russo.

La Justicia de Garantías dictó la prisión preventiva de Ana Lía Guzmán, Pablo Mastrángelo y Martiniano Figueroa, quienes se habían negado a declarar tras ser atrapados y acusados de matar al hombre de 41 años, en medio de un conflicto por la entrega de un automóvil.

Según la hipótesis investigativa de Russo, todo comenzó cuando Guzmán le entregó su vehículo marca Volkswagen Polo a Garófalo para que lo arreglara. La demora de dos meses en la devolución del mismo desató luego la confrontación, que escaló violentamente, y su pareja, Mastrángelo, fue quien ingresó a la vivienda junto a Figueroa para dispararle.

El crimen se produjo el 12 de diciembre. Pero el miércoles 11, Guzmán, Mastrángelo y otro hombre habían ido hasta la casa de Garófalo, en 9 de julio 8031, donde además funcionaba su taller. Allí, mantuvieron una discusión con el mecánico, que fue filmada por ese otro hombre que en ningún momento se ve en el video por la lógica perspectiva de la cámara del teléfono celular.

Como puede verse en las imágenes, que luego del homicidio fueron exhibidas en las redes sociales, la situación se volvió caótica. Guzmán reclamaba por su auto, Garófalo la acusaba de haber invadido su casa y haberle roto el portón, mientras que la esposa del mecánico exigía que le devolvieran un candado.

Mastrángelo, entonces, se mostró conciliador con Garófalo. Incluso, en el video se ve cómo ambos se alejan de Guzmán y charlan en relativos buenos términos.

Pero el jueves 12 de diciembre, a las 10.30, un Volkswagen Bora estacionó en la puerta de la misma propiedad de 9 de Julio 8031 y del mismo descendieron dos hombres, mientras que una mujer quedó al volante. Según la pesquisa que lleva adelante Russo, se habría tratado de Mastrángelo, Figueroa y Guzmán.

De acuerdo a la reconstrucción preliminar de los hechos, los hombres golpearon la puerta y, como el mecánico no salió al encuentro, saltaron los paredones y entraron a la propiedad de forma violenta. Mastrángelo sujetó a Garófalo y Figueroa le disparó en la cabeza a quemarropa ante la aterrorizada mirada de la esposa de la víctima, que fue la única testigo presencial del brutal crimen. Luego, los asesinos se fueron de la casa, subieron al Bora y huyeron del lugar.

Guzmán fue detenida ese mismo jueves a la tarde a la salida de la Estación Ferroautomotora. Según explicaría luego, no pretendía huir, solo había ido a buscar a unos de sus hijos que volvía del viaje de egresados. Mientras que Mastrángelo y Figueroa fueron detenidos el viernes a la tarde, ambos estaban ocultos en una casa del barrio José Hernández, donde la policía secuestró una escopeta recortada calibre 16 que podría ser el arma homicida.