Cuando en noviembre de 2021 reportaron el fallecimiento de Lucio Bricka Pueblas, la fiscalía de Estupefacientes de Mar del Plata no se detuvo y la investigación que había sido dirigida inicialmente hacia él se impulsó hacia su entorno familiar.

Lucio Bricka era nada menos que uno de los 12 Apóstoles, aquel macabro grupo de reclusos que en 1996 tomaron la cárcel de Sierra Chica en uno de los motines más sangriento de la historia penitenciaria argentina.

En las últimas horas, miembros de  la Delegación de Investigaciones del Tráfico de Drogas Ilícitas allanaron tres domicilios de la denominada Villa Mataderos, en los alrededores de Malvinas al 3300, y detuvieron a un hijo de Lucio Bricka Puebla, por considerar que continuaba con las actividades de venta de drogas tras su muerte.

La investigación, a cargo de los fiscales Daniela Ledesma y Leandro Favaro, reunió prueba suficiente para concluir que un kiosco de ese lugar servía como boca de expendio de cocaína. De acuerdo a lo que consta en el expediente, el método de comercialización era sencillo: los clientes llegaban en apariencia para realizar una compra en el polirrubro pero la transacción que se hacía era por estupefacientes. Los horarios eran diversos algo que quedó corroborado durante el allanamiento, ya que los policías actuaron por la tarde después de que un comprador saliera de ese lugar.

En los procedimientos se secuestraron cerca de 200 gramos de cocaína, telefonía celular y dinero en efectivo, y el hijo de Bricka Pueblas, de 40 años, fue detenido y puesto a disposición de la fiscalía.

Inicialmente fue trasladado a la Unidad Penal N°44 Alcaidía de Batán a la espera de los venideros trámites procesales en una causa en la que está acusado de tenencia de estupefacientes con fines de comercialización.