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Policiales 1 de marzo de 2016

Detienen a dos sospechosos de haber asesinado a las dos jóvenes mendocinas

La versión oficial asegura que fueron atacadas por dos hombres en una casa. Pero familiares y amigas de las víctimas no creen que las jóvenes hayan aceptado ir a la vivienda de desconocidos.

Dos hombres fueron detenidos ayer acusados de los crímenes de las mochileras mendocinas Marina Menegazzo y María José Coni cometidos durante un ataque sexual, en la ciudad ecuatoriana de Montañita.
No obstante, familiares y amigas de las víctimas no creen que las jóvenes hayan aceptado ir a la casa de los sospechosos donde terminaron asesinadas como sostienen las autoridades ecuatorianas y criticaron la investigación llevada a cabo hasta el momento.
Por su parte, el presidente Mauricio Macri informó a través de su cuenta en Twitter que se comunicó con los familiares de las jóvenes asesinadas para manifestar su apoyo y poner a su disposición la asistencia legal que necesiten. “Me comuniqué con las familias de las chicas mendocinas para manifestarles nuestro apoyo en este tristísimo momento”, escribió el jefe de Estado.
En tanto, el fiscal de la ciudad ecuatoriana de Santa Elena, que investiga el crimen de Menegazzo (21) y Coni (22), aseguró ayer que las chicas fueron atacadas a golpes con un palo y a puñaladas durante un intento de abuso sexual.
Se trata del fiscal Eduardo Gallardo, quien explicó que por el caso hay dos sospechosos detenidos, y que uno de ellos confesó a la Policía que los ataques se produjeron en su propia casa y que estaba en estado de ebriedad cuando ocurrió el hecho.
“Lo que manifiesta es que las chicas le contaron a un amigo suyo que no tenían dinero para hospedarse, y este amigo es quien le dice a él que les dé posada en su casa, donde vive solo. Una vez en su casa, este muchacho reconoce que habían estado tomando alcohol, pero que las chicas no tomaron”, relató.
“En un momento, él se dirigió a su habitación con una de las chicas y quiso tocarla, pero la muchacha se negó y lo empujó. El también la empujó y, como estaba en estado etílico, la golpeó con un palo en la cabeza y la joven comenzó a sangrar. Luego, se dirigió al otro dormitorio, donde estaba la otra muchacha con su amigo, y también la vio sangrando con una puñalada en el cuello”, dijo.
Al respecto, el ministro del Interior de Ecuador, José Serrano Salgado, contó que el hecho habría ocurrido entre las 22 del lunes 22 y el martes 23 últimos, desde el momento en que las chicas fueron abordadas en el bar “La Abogadita” por dos hombres, uno identificado como Aurelio Eduardo Rodríguez, alias “El Rojo”, y el otro como Alberto Segundo Mina Ponce.
De acuerdo a la investigación, “El Rojo” presentó a las extranjeras a Mina Ponce, guardia de seguridad barrial de la zona denominada Nueva Montañita, ubicada a 400 metros de la zona poblada.
Siempre según la hipótesis oficial, en esas circunstancias, los dos hombres invitaron a las turistas a pernoctar en una vivienda que tenían en la zona.
En ese marco, las chicas que habían aceptado la propuesta se dirigieron con “El Rojo” a la casa de Ponce, que en estado de ebriedad intentó abusar sexualmente de María José, quien corrió hacia el exterior del inmueble, pero en el camino recibió un fuerte golpe.
El celador barrial intentó reanimar a Coni pero constató que estaba muerta y, según su relato, ingresó a la casa nuevamente, donde “El Rojo” le había cortado el cuello a Marina.
Tras el ataque, ambos limpiaron la escena del crimen, lavaron los cuerpos que luego metieron dentro de unas bolsas embaladas con cinta y aproximadamente a las 15 los llevaron en una carretilla para abandonarlos a unos 400 metros de la vivienda.
Sin embargo, los familiares y amigas de las víctimas descreen de la hasta ahora hipótesis principal y pidieron que la Justicia ecuatoriana no cierre el caso.
“Sinceramente, no es por discriminación ni nada, pero no me da nada de confianza ese señor así que, si me preguntás a mí y conociéndolas, creo que ellas hubiesen pensado lo mismo”, manifestó Agostina Cano (22), amiga que compartió parte del viaje con las chicas.
Cristina, madre de Marina, sospecha “claramente de algo mucho más oscuro y más grande, de una red de trata”, ya que “estuvieron muy expuestas durante muchos días” y eran chicas que podían “llamar la atención”.
“Sospechamos que detrás hay algo mucho más importante por cómo se está manejando la investigación, por las incongruencias, por los informes orales confusos que nos van dando”, afirmó.



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