Antes de llegar al escenario del Hermitage Hotel, en un recital que dará este viernes 27 de enero, el cantante Jairo deslumbró en la apertura del Festival Nacional de Folclore de Cosquín, donde se presentó junto al guitarrista Juan Falú y al pianista clásico Horacio Lavandera.

Dueño de una vitalidad envidiable, Jairo dijo que la propuesta musical que lo unió al notable guitarrista y al destacado pianista clásico se alejó de la fusión y lo acercó a hacer música plena. “Hicimos las canciones que nos gustan, canciones que creemos susceptibles de ser interpretada por los tres y que salen como bombas, son una cosa fantástica que generan una inspiración muy fuerte”, confesó.

Además, consideró que el trío musical que compone junto a Falú y Lavandera “es muy diferente a lo que se hace normalmente en Cosquín”.

Cabe señalar que en Mar del Plata, Jairo presentará un recital en el que celebrará sus “Cincuenta años de música”, tal el título del espectáculo, una cita que cada verano lo une a esta ciudad, a marplatenses y turistas.

Apasionado por la música y con un compromiso intacto con cada aspecto del recital, el cantante reconoció que “si no tenés el entusiasmo y la pasión, la cosa no funciona”.

Y agregó: “Obvio que si de repente empezás a perder facultades físicas, bueno, ¿qué vas a hacer? Pero yo estoy bien, canto en la misma tesitura desde siempre, no he tenido que bajar ni una tonalidad a ninguna de mis canciones desde hace 53 años y cada vez me gusta más cantar, es como respirar para mí”.

-¿El poder mantenerte en esa tesitura vocal es un don? Además, ¿estudiás y te cuidás mucho la garganta?

-Un poco de cada cosa. Para mí, el don es el de todos los artistas y sobre eso hay una frase muy buena que leí hace muchos años en un prólogo de un libro de cuentos de Truman Capote, que me llamó la atención y que me quedó grabada, donde dice que “el de los artistas, cualquiera sea la disciplina, es un don, Dios te da ese don y, al mismo tiempo, te da un látigo para autofustigarte” y me pareció bárbaro. En mi caso como cantante es un don, pero tampoco me canso de agradecer que cuando yo tenía quince años, empecé a estudiar canto con una profesora que me enseñó toda la técnica vocal y eso me ha permitido sobrellevar la vida del cantante sin demasiado esfuerzo.