Desde el Hogar de la Gruta de Lourdes piden colaboraciones para finalizar una rampa
La obra permitiría ampliar la capacidad de asistencia, que actualmente es de sesenta, para cien personas. También les permitiría trabajar con obras sociales y acceder a subsidios que favorecerían a la economía de la institución.
A un poco más de medio año de comenzada la construcción de una rampa que ayudará a ampliar las instalaciones y a acceder a beneficios económicos, el Hogar de Enfermos Crónicos Nuestra Señora de Lourdes vuelve a confiar en la solidaridad de los marplatenses e invita a todos aquellos interesados en colaborar, a acercarse al establecimiento -ubicado en Magallanes 4051- para aportar su grano de arena.
Las Pequeñas Hermanas de la Divina Providencia miran con orgullo la obra, a medio terminar, que emerge en el corazón del Hogar de Enfermos ubicado en la misma manzana que la Gruta de Lourdes. Ambas son conscientes de los múltiples esfuerzos que demandó comenzar el proyecto, cuyo puntapié inicial tuvo lugar en febrero de este año, en plena Novena a la Virgen de Lourdes.
Hace varios años que la adecuación edilicia se convirtió en una necesidad ineludible para la institución, sobre todo lo que respecta a la construcción de una rampa, remodelación que permitirá cumplir con las condiciones necesarias para aspirar a ser categorizado en el Registro Nacional de Prestadores del Ministerio de Salud de la Nación. Una vez categorizado estará en condiciones de entablar convenios con todas las obras sociales, cubriendo una necesidad de Mar del Plata y la zona en materia de salud, sobre todo en relación con los derechos de los discapacitados y las personas de edad más avanzada; necesidad muy sentida desde hace mucho tiempo por toda la ciudad. Actualmente las hermanas albergan a 60 personas, número que se elevaría a 100 con la concreción de la obra.
Los vaivenes económicos que afectan a la institución con más de 75 años en la ciudad conforman otra razón por la que sus integrantes anhelan la pronta inauguración. Con una planta permanente de alrededor de 50 trabajadores, entre los que se encuentran cocineras, mucamas, profesionales de la salud y personal de mantenimiento y administrativo, el Hogar logra cumplir con todas las obligaciones impositivas a “puro pulmón”. Según señaló la hermana Superiora Miriam Medina, la ampliación del lugar las habilitará a solicitar subsidios que ayudarían a solventar los grandes gastos que afrontan mes a mes.
“Nosotras venimos sufriendo mes a mes, las congregaciones se fueron achicando mucho. Si bien cobramos una cuota a los enfermos, tenemos muchos becados o muchos que se ‘auto-becan’ porque simplemente no pueden pagar”, señaló Medina, quien recordó que “antes” muchas de las tareas que hoy realizan trabajadores asalariados las realizaban las hermanas, situación imposible de solventar dado que actualmente sólo dos, Miriam e Ivana, están de manera permanente en el lugar.
“Nosotras queremos pelear por un subsidio. Ojalá la Nación nos ayude inclusive los sueldos. Yo no pido plata, sólo pido que me ayuden a pagar los sueldos”, agregó.
De todas maneras, la hermana Miriam sabe que aún queda un largo camino. Para poder alcanzar dicha habilitación deberá sumar, además de la rampa, una serie de obligaciones entre las que se encuentran una salidas de emergencia y una red de anti-incendio. “Pero la rampa sería la obra más grande y principal. A partir de ahí podemos seguir creciendo”, aclaró.
Si bien aclaran que existe un gran grupo de colaboradores que pide ayudar de manera anónima, las hermanas no quieren dejar de nombras a una personas: Carlos Fidel. Según cuentan, el hombre se acercó ni bien conoció la necesidad del hogar y ofreció no sólo ayuda económica, sino también su tiempo: “Él sólo lleva adelante esta obra grandísima a todo pulmón”, reconocieron.
Respecto a la manera que puedan ayudar, el Hogar abrió una cuenta en la sucursal Puerto del Banco Nación (número 1518663868, a nombre de la Asoc. Hnas. Div. Providencia) para recibir donaciones y destinarlas al proyecto. “A su vez, todas las ayudas que pongan en la alcancía, todo lo que compren en la santería y las donaciones que lleguen serán utilizadas con ese fin”, señaló la hermana Ivana.
Y agregó: “Vamos a habilitar un lugar donde, próximamente, van a poder visitar la Gruta y ver el avance de la obra. Queremos que toda la gente que colabore pueda controlar y verificar que su ayuda está siendo utilizada”.
El sacrificio es de todos los días, pero ambas hermanas aseguran que nunca pierden la fe y la esperanza. “Esto es a pulmón. Podemos sostenernos por lo que la gente colabora. Agradezco mucho a la gente de Mar del Plata porque es gente muy solidaria. Con lo que es alimentación ya estamos tranquilas porque todos los días y a cada momento nunca falta quien toque timbre y traiga un paquete de fideos”, aseguró la hermana Miriam al tiempo que señaló: “La obra comenzó el 7 de febrero y avanzamos gracias a muchas personas que pusieron su granito de arena. La verdad que fueron muchos los marplatenses que se acercaron a ayudar”.