Peñarol mostró un nivel patético en “El Templo del Rock” y cayó 73-58 a manos de Obras Básket, que le ganó con total claridad y sin jugar un gran partido, ni mucho menos. Con tirar bien un rato contra la zona, correr bien el contraataque y aprovecharse de la confusión generalizada le bastó al equipo local, que prácticamente definió el partido en el primer parcial.

Si el partido de este lunes, de los tres de la gira, era el que Peñarol debía ir a buscar, a juzgar por la producción del primer cuarto, lo disimuló bien. Los diez minutos iniciales fueron un verdadero desastre para los dirigidos por Leonardo Gutiérrez.

Todo salió mal. Lo único auspicioso del equipo marplatense fue la defensa y la carga al rebote ofensivo de los primeros tres minutos. Pero, envuelto en el frenético ritmo que impuso Obras, todo lo que intentó en ataque lo falló.

A punto tal que no consiguió un mísero punto en los primeros ocho minutos. El pibe Marcos fue impotente para ordenar al equipo y acercarse al aro de Obras a tomar un buen tiro fue una odisea.

Obras penó tres minutos. Pero después empezó a castigar la zona que propuso Peñarol con tiros de tres puntos. Alejandro Zurbriggen, con tres de cuatro triples en el cuarto inicial, marcó la primera diferencia importante. La otra la hizo la capacidad de contraataque del equipo local, siempre liderada por “Pepo” Barral.

Tintorelli, después de tomar un rebote de ataque, anotó el primer tiro peñarolense a falta de dos minutos. A esa altura, Peñarol ya perdía 14-0. No significó reacción alguna esa conversión. Obras, dominante en todas las facetas, ganó 23-4 el cuarto inicial.

Peñarol, en esos primeros diez minutos, perdió 15-10 la lucha por los rebotes, perdió cuatro pelotas y tiró 1/13 en dobles y 0/5 triples. Un espanto. Y fue decisivo. Porque, aunque restaban treinta minutos, no hubo retorno.

La aparición en masa de los relevos en el segundo cuarto no mejoró demasiado la situación de Peñarol. El elenco de Gregorio Martínez continuó escapando hasta tomar una máxima de 30-8 y, finalmente, Leo Gutiérrez optó por el regreso de los titulares. La caída se detuvo, pero la reacción no se produjo.

Hubo un par de momentos auspiciosos para Peñarol en el segundo tiempo. Una buena ráfaga de Damián Tintorelli en el tercer cuarto y una reacción en el comienzo del cuarto final que le permitió situarse a trece puntos (61-48). Pero fueron efímeras.

Y eso que Peñarol defendió razonablemente. La zona aguantó y le impidió a Obras imponer su capacidad atlética y el poder de algunos jugadores en el uno contra uno.

El gran problema para el equipo marplatense fue que la elaboración de juego continuó siendo pobrísima. Un número fue elocuente, el de las asistencias colectivas: 19 para Obras, 5 para Peñarol a lo largo de todo el cotejo.

Tal fue la confusión que el equipo marplatense terminó con Lucas Gorosterrazu de base, y durante varios minutos. Con resultados tan malos como con los bases habituales. Peñarol dio pena en el “Templo del Rock” y vuelve a complicarse abajo.

La síntesis

Obras Básket 73
P. Barral 15, D. Dixon 4, A. Zurbriggen 12, E. Anderson 8 y J. Holton 6 (FI); F. Zurbriggen 9, J. P. Venegas 3, P. Lockett 11, M. Carrera 2, F. Barbotti 3, L. Valussi 0 y F. Smaniotti 0. DT: Gregorio Martínez.

Peñarol 58
J. I. Marcos 0, C. Hinckle 10, J. P. Vaulet 9, K. Austin 7 y D. Tintorelli 10 (FI); L. Arn 11, N. Lauría 2, A. Alloatti 3, J. Valinotti 0, T. Monacchi 2, L. Gorosterrazu 4 y J. M. Fernández 0. DT: Leonardo Gutiérrez.

Estadio: “Templo del Rock” de Obras.
Árbitros: Oscar Britez-Ariel Rosas-Alejandro Zanabone.
Parciales: 23-4, 40-22 y 58-38.