El envío de desayunos y picadas se convirtió en una de las opciones más elegidas por los marplatenses para sorprender a papá este domingo en medio de las restricciones que implica el aislamiento social, preventivo y obligatorio.

El Día del Padre se vive -por primera vez- en cuarentena. Aquellos que no conviven con sus padres o los tienen lejos, debieron apelar al ingenio y la originalidad, como así también a la tecnología, para acortar la distancia y compensar las ganas del abrazo que muchos hoy no podrán dar.

El boom del envío de desayunos lleva varios años en desarrollo, al igual que el de las picadas. Esta vez, tanto emprendedores particulares como locales gastronómicos que mantienen cerradas sus puertas idearon vistosas propuestas que reforzaron la tendencia.

Julián tiene a su papá en Villa Gesell y esperaba que para esta fecha la cuarentena ya fuera parte del pasado para viajar desde Mar del Plata a saludarlo, como hace cada año. Sin embargo, los viajes todavía no están permitidos.

A través de las redes sociales buscó opciones para enviarle un delicioso desayuno a su padre y encontró, como muchos, una amplia variedad de precios y propuestas. “Me encantaría ir como siempre, hacer el asado, tomar unos mates y darle un abrazo, pero todavía no se puede. Entonces se me ocurrió mandarle un desayuno porque es algo más personalizado y menos ‘frío’ que un sweater por ejemplo, ya que no puedo estar cerca esta vez”, dijo.

Sencillos, gourmet, dulces, salados, con dedicatoria personalizada y globos. La necesidad de vender llevó a los emprendedores y locales gastronómicos a crear varias opciones, algunas más económicas y otras más costosas, aprovechando las consultas de muchos para enviar desayunos este domingo.

Las consultas online y telefónicas por los desayunos para el Día del Padre no pararon de crecer desde principios de mes en gran parte de los locales gastronómicos.

También, a través de las redes, marplatenses que se lanzaron a hacer desayunos registraron una importante cantidad de mensajes y reservas.

En cuanto a los precios, se dispusieron desayunos a partir de los 500 pesos, entre los más simples (con café, medialunas, budines y golosinas), mientras que otros más cargados y con verdaderas delicias para arrancar el día (con muffings, cookies, tortas y alfajores artesanales) rondaron los 1200 y 1500 pesos aproximadamente. Como todo, la variedad depende de la calidad y de quien lo produzca.

“A mi viejo le gusta la picada”

El padre de Macarena vive en San Jacinto, en el extremo sur de la ciudad, lejos de su domicilio en la zona de Constitución.

Lleva tres meses sin verlo -la edad de su papá lo incluye dentro del grupo de riesgo- pero sabe, porque lo conoce como pocos, que mejor que un desayuno era enviarle una picada con variedad de quesos, fiambres y conservas.

“A mi viejo le gusta la picada con una rica cervecita, entonces con mi hermana buscamos opciones y encontramos un montón“, contó.

Es cierto. Además de locales dedicados a la elaboración de picadas, algunos restaurantes y varias cervercerías prepararon varias opciones de este clásico para el Día del Padre.

“Nos costó decidir cuál, porque realmente hay de todo. Encontramos una picada serrana que viene bien cargada, con cerveza negra, aceitunas, jamón ahumado, varios tipos de quesos y cosas ricas al escabeche”, detalló la joven a LA CAPITAL.

Tradicionales o sofisticadas, con vino o cervezas artesanales, con productos regionales e incluso con postre. La pandemia obligó a multiplicar las variedades para seducir a posibles compradores a través de las redes y con el correr de los días la tendencia se afirmó, posicionando a las picadas como otras de las opciones más elegidas para sorprender a papá en su día.

En cuanto a los precios, las más económicas para dos personas se vendieron en esta oportunidad a partir de los 700 pesos y hasta los 1200 pesos. Otras, más cargadas y con productos selectos y variedades de cervezas, rondaron los 2000 pesos.