Erica Gómez había desaparecido de la provincia de Santa Fe a fines del año pasado después de que la violencia narco se desperdigara por las calles de Rafaela y provocara un conmocionante doble asesinato. Ella no estaba ajena ni al crimen de esos dos hombres ni a otro ocurrido meses antes. Por el contrario, era parte de la organización encargada de funcionar como un sicariato. Erica Gómez se fue Santa Fe y se ocultó en Mar del Plata, hasta esta semana, cuando fue encontrada y detenida.

La historia de la joven de solo 20 años es la misma que atraviesa en la violenta Santa Fe a muchos adolescentes que terminan siendo parte de la maquinaria asesina del narcotráfico.

A mediados del año 2021, y según la profunda investigación del Ministerio Público de la Acusación santafesino, Erica había sido reclutada para ser parte de un grupo liderado por Evelio “Yiyo” Ramallo, un narco que se encuentra en prisión.

Aunque distanciado geográficamente de Rosario, la ciudad de Rafaela había desarrollado en los últimos tiempos un crecimiento en la violencia como ciudad satélite del narcotráfico. Incluso se lo vinculaba a Ramallo con la temible banda Los Monos.

Erica Gómez y otras 20 personas eran parte de la asociación ilícita detectada en Rafaela entre el 1 de agosto de 2021 y el 27 de febrero de 2022.  La fecha del primer día de agosto no es estimativa: es cuando empezó a organizarse el asesinato de Rudii Leonel González. A este joven de 18 lo habrían de asesinar de varios balazos 48 horas después en los fondos de su casa.

El crimen de González fue ejecutado por algunos de los miembros de la asociación ilícita liderada por  “Yiyo” Ramallo.

Meses después, el 23 de diciembre, Marcelo Ariel Sánchez (49) y Miguel Angel Mendoza (44) fueron ejecutados en el barrio Italia por dos hombres en una motocicleta. Las víctimas iban  en un Fiat Spazio y el doble crimen se le atribuyó a la misma organización.

“Cada uno de los integrantes tuvo roles distintos, realizó aportes y acciones, en forma grupal o individual, necesarios para que la asociación ilícita pueda mantenerse en el tiempo”, dijo la fiscal Gabriela Lema.

A esta banda se le atribuyeron haber cometido al menos 11 hechos ilícitos. Entre ellos, los homicidios de Ruddi Leonel González, Miguel Ángel Mendoza y Marcelo Ariel Sánchez; y las tentativas de homicidio de otras nueve personas.

Una cuestión de mala puntería, , acaso por la inexperiencia de los “sicarios” juveniles, fue la que impidió una matanza en Rafaela desde mediados del 2021.

La investigación

Esta semana once personas quedaron en prisión preventiva tras la medida cautelar fue impuesta por la jueza Cristina Fortunato a raíz del pedido formulado por los fiscales Lema, Nicolás Stegmayer y Fabiana Bertero.

“A nueve de las 11 personas se les impuso prisión preventiva sin plazo, mientras que la jueza dispuso la cautelar con la modalidad domiciliaria para las otras dos”, informó la fiscal Lema. La funcionaria del MPA también aclaró que “de las 11 personas imputadas, seis son mujeres y cinco hombres, y tienen entre 18 y 54 años”.

Lema aclaró que “la asociación ilícita que estamos investigando tiene al menos 21 integrantes. Las 11 personas que quedaron en prisión preventiva ayer y otras 10 más, entre las cuales hay cuatro menores de edad”.

Casi de forma simultánea a la resolución judicial, un grupo operativo de la comisaría 6ta de Mar del Plata localizó en la zona de Río Negro al 7600 a Erica Gómez, y la detuvo para ponerla a disposición de la fiscalía regional de Rafaela.

Se sabía desde hacía algunas semanas que la joven había huido de Santa Fe al saberse imputada en la causa. Cuando se allanó la vivienda en Mar del Plata (donde también estaba una hermana de 17 años) la policía local secuestró cuatro teléfonos celulares.

Ahora la joven deberá afrontar cargos por ser co autora del delito de asociación ilícita, con roles no especificados sobre su accionar.

Las calificaciones legales en la causa atribuidas por los fiscales del MPA van desde homicidio calificado (por precio o promesa remuneratoria) y agravado (por el empleo de un arma de fuego); tentativa de homicidio calificado (por precio o promesa remuneratoria; por el concurso premeditado de dos o más personas) y agravado (por el empleo de un arma de fuego y por la participación de menores de 18 años); amenazas coactivas y coacciones agravadas por el uso de arma de fuego.