Por Gonzalo Gobbi

Nadie podría haber anticipado lo que Mar del Plata, el país y el mundo entero vivirían este último año. El 3 de marzo, aquel virus lejano que desataba el horror en Asia y Europa arribaba en avión a la Argentina y apenas nueve días después, tras su mejor temporada, en la ciudad se confirmaba el primer caso de coronavirus. Un año después, 44.078 marplatenses se contagiaron y 1.386 fallecieron. En promedio hubo 120 infectados por día.

Acertado fue solo aquel pronóstico de que la situación sería “dinámica”. La radiografía epidemiológica al día de hoy es abismalmente diferente a la de marzo del 2020. Todavía hacía calor. Recién comenzaban las clases y no era necesario aclarar que eran presenciales. El ingeniero José “Jacho” Bensadon (71) volvió de España y el test confirmó la infección. Fue el primer infectado en Mar del Plata. Días más tarde se convirtió también en la primera víctima letal.

Todo cambió. Lavate las manos. El país en cuarentena. Quedate en casa. Cierran los comercios, las calles se vacían, se controlan; las rutas se bloquean. Alcohol en gel. Varados por el mundo en pandemia, miles piden volver. Toda actividad no esencial se suspende. ¿Hasta dónde? ¿Hasta cuándo? En pausa, en fases, a la espera de lo peor.

El 24 de marzo Bensadon murió por coronavirus en la clínica 25 de Mayo. Cuatro días después, Gustavo Borelli (51) fue el segundo fallecido.

Con la ciudad paralizada y el miedo encerrado entre cuatro paredes, transcurrieron más de 60 días sin muertes por coronavirus hasta el 1 de junio, cuando falleció Olga Fanny Lucero, de 88 años; luego el 9 de junio se confirmó la cuarta víctima: Pedro Céspedes González, de 85 años, diagnosticado post mortem.

La ciudad llegó a estar 14 días sin nuevos infectados, del 25 de abril al 8 de mayo.

En abril, la Secretaría de Salud puso el foco en los marplatenses repatriados. Esta población dio impulso al primer testeo masivo local y permitió detectar casos positivos provenientes de seis países: Estados Unidos, España, Brasil, México, Andorra y Bolivia.

Con la ciudad paralizada y el miedo encerrado entre cuatro paredes, transcurrieron más de 60 días sin muertes por coronavirus hasta el 1 de junio. 

Podría decirse que el 8 de mayo comenzó una segunda etapa, cuando se detectó el primer caso de coronavirus dentro del personal de salud. Ese día, mientras Alberto Fernández anunciaba la extensión de la cuarentena, Mar del Plata estuvo 10 minutos sin casos positivos, desde que el parte nocturno reportó la recuperación de Alicia Zanardi, de 64 años, hasta que se confirmó el primer contagio en el personal de salud: Evangelina Tripoldi, una mucama de la Clínica del Niño. En las horas siguientes cuatro de sus compañeras también dieron positivo. El virus se propagó entre el personal de salud.

Brote

Luego del alza de los contagios entre mayo y junio -tal vez el caso más resonante de ese proceso fue el de Tomás Pérez (23), el joven cordobés que ingresó con documentos de un amigo a Mar del Plata para ver a su novia- el entonces temido brote de coronavirus se desató el 6 de julio.

El cordobés detenido en Mar del Plata.

Desde entonces se identificaron al menos seis grandes focos de contagio: los tres iniciales fueron el Hospital Houssay, el geriátrico “Námaste” y la pesquera trucha de Alejandro Korn al 3000. Con el correr de los días se sumaron la Clínica Psicopatología del Mar y el geriátrico “El hogar de los abuelos”. A fin de mes se agregó el hogar de ancianos “La Armonía”.

En ese marco, los casos dejaron de individualizarse. Fue imposible seguir poniéndole nombre, apellido o ubicación a cada infectado. Luego, lo propio ocurrió con cada muerte. Las víctimas perdieron identidad en los partes oficiales y pasaron a sumarse cuantitativamente, de a decenas.

Pico

Autoridades sanitarias y especialistas en infectología preveían que “en algún momento” el pico de contagios llegaría. Ese proceso se gestó entre junio y agosto y se afianzó en los dos meses posteriores.

El sábado 29 de agosto, por primera vez, General Pueyrredon retrocedió a la fase 3 a raíz del incremento de los casos de coronavirus registrados entre julio y agosto. La circulación se volvió comunitaria e hizo estragos.

Prácticamente durante todos los días de septiembre y octubre se registraron más de 300 nuevos marplatenses infectados. El récord se dio el 25 de septiembre, con 477 positivos en 24 horas.

Pretemporada

En noviembre, Mar del Plata comenzó a promocionarse de cara a la temporada, sin saber si la misma existiría.
El Ministerio de Salud bonaerense marcaba la necesidad de que el distrito, que llegó a ser el tercero del país con más infectados después de CABA y La Matanza, lograra “controlar la situación epidemiológica” antes del verano.

Con la reapertura económica en marcha signada por los protocolos, en General Pueyrredon comenzó a registrarse una baja sostenida en los contagios y en las internaciones. El escenario sanitario se retrotrajo a los niveles de agosto.
Desde el 31 de octubre empezaron a reportarse diariamente menos de 200 nuevos casos. Noviembre rompió la tendencia en alza y trajo algo de alivio.

El 10 de noviembre General Pueyrredon volvió a fase 4 luego de unos 75 días en fase 3. Las internaciones por coronavirus se redujeron en un 50%.

Verano en pandemia

La realidad le ganó a la especulación. En forma aventurada muchos advertían que la apertura del turismo traería aparejada un exponencial aumento de los casos de Covid que obligaría a “cerrar todo”. No solo no fue así, sino que en pleno verano la ciudad registró un 40% menos de contagios que en el pico de la pandemia y los casos graves que demandaron camas de terapia intensiva fueron en enero y febrero cuatro veces más bajos que en el momento más crítico del año pasado.

Las fiestas clandestinas fueron un dolor de cabeza para las autoridades sanitarias. El aumento de casos llevó a implementar una inédita restricción horaria en la nocturnidad que se mantuvo hasta fines de febrero.

Desde que comenzó la temporada -el 1 de diciembre- hasta ahora, en Mar del Plata se reportaron oficialmente 18.186 casos de coronavirus, 17.656 pacientes recuperados y unas 395 víctimas fatales.

Luego del alza en los contagios registrado tras las fiestas de fin de año, desde el 28 de enero los indicadores vienen en baja: la cantidad de casos activos no paró de descender (hoy son menos de 2.000) y se retrotrajo a los niveles de diciembre.

Hoy, entre los hospitales públicos y las clínicas privadas, en una ciudad con alrededor de 800.000 habitantes que recibió a más de 2,2 millones de turistas en los últimos meses, hay solo 17 camas de terapia intensiva ocupadas, de las cuales cinco contienen a pacientes con asistencia mecánica respiratoria.

Vacunación

A la par de la temporada se puso en marcha la campaña de vacunación, con las primeras dosis de la vacuna Sputnik V que arribaron al país. El 29 de diciembre, cinco profesionales del Materno Infantil fueron los primeros en darse la vacuna.

La campaña sumó semana a semana nuevos puntos de vacunación y en los próximos días serán diez los centros donde se aplican las dosis, no solo de la Sputnik V sino también de la desarrollada por Oxford y AstraZeneca, como así también de la vacuna china Sinopharm, mientras en la ciudad empieza a probarse la efectividad de la CureVac y Bayer, tal como la desarrollada por el laboratorio CanSino.

Según datos brindados por el Ministerio de Salud de la provincia, hasta ayer General Pueyrredon registraba alrededor de 30.000 dosis de vacunas contra el coronavirus aplicadas, las cuales corresponden a unas 26.400 personas que recibieron al menos la primera dosis y a 3.328 les dieron ambas, completando así el esquema de vacunación.

Desde el inicio de marzo, en medio de la vuelta de las clases presenciales y la reapertura de los cines -el último rubro en volver a la actividad- se vienen aplicando en promedio 2.500 dosis por día.

Hoy Mar del Plata convive con el virus, pudo tener su temporada, más del 3,5% de su población ya está vacunada y el escenario epidemiológico de los próximos meses es tan incierto como dependiente del avance de la campaña de vacunación.

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