El gremialista baleado el lunes en local del Sindicato Obrero de la Industria del Pescado (SOIP) declaró en las últimas horas ante la Justicia que no sabe por qué fue atacado y que cree que los agresores “no son trabajadores“.

Si bien dijo que no sabe quiénes fueron ni está en condiciones de identificarlos, Adolfo Echeverría se entrevistó con la fiscal del caso, María Constanza Mandagarán, y aseguró que los agresores simulaban ser fileteros pero no lo eran. También dijo que desconoce el motivo de lo ocurrido y que no suele estar en ese lugar ni atender al público, por lo que, en principio, descarta que se haya tratado de una venganza personal.

A partir de dicha versión, de escaso aporte a la pesquisa, la investigadora deberá continuar con la causa en base al relevamiento de más testimonios y al análisis de los videos tomados por las cámaras de seguridad, para intentar identificar al hombre y a la mujer que cometieron el ataque en la zona del Puerto y que llevaban sus rostros tapados.

“Hay muchas cosas que llaman la atención del ataque, como el hecho de que una mujer participe de un ‘apriete’ o que las ropas estén muy limpias para tratarse de trabajadores de una pesquera. También el tono personal de las amenazas”, había expresado una fuente judicial a la el martes LA CAPITAL.

El mismo día se conoció el video del ataque que había ocurrido el lunes cerca de las 16 en la sede gremial ubicada en 12 de Octubre 4425, en la oficina donde Echeverría se encontraba con otras dos personas. Fue entonces cuando ingresaron por la puerta un hombre de gran contextura física y una mujer, ambos vistiendo ropa de trabajo, similar a la empleada por los obreros de las pesqueras. Además, los dos tenían sus rostros cubiertos.

Tal como muestra la secuencia captada por la cámara de seguridad instalada en la oficina, el hombre extrajo un arma de fuego -sería una pistola calibre 22- y comenzó a lanzar una serie de amenazas dirigidas casi de manera personal a Echeverría. “Vos sabes de lo que te hablo”, “basta de asustar a la gente” o “se ponen las pilas, me entienden”, fueron algunas de las palabras que logran escucharse.

Mientras el dirigente estaba en el piso, de rodillas, el hombre armado le pegó un par golpes con la mano en el cuello, al tiempo que la mujer hacía lo mismo pero dando patadas sin mucha fuerza, como para marcar su presencia.

Como si la amenaza no hubiera sido suficiente, el corpulento hombre armado deslizó la corredera de la pistola, montó la munición y efectuó un único disparo. El proyectil impactó en la pierna izquierda de Echeverría luego de causarle una herida de roce en el brazo.

La fiscal Mandagarán recibió algunos reportes de la comisaría tercera, entre ellos el análisis de cámaras de seguridad de las proximidades. En uno de los videos se observa el automóvil en el que llegó la pareja de agresores y en el que luego se habría dado a la fuga.

Con toda esa información, sumado al video del ataque, la fiscal intentará reconstruir toda la secuencia y circunscribir lo más posible la búsqueda. Un ataque a causa de un trasfondo sindical, relacionado también con el rol del gremio en cuestiones laborales, continúa siendo la principal hipótesis a pesar de la declaración de la víctima, aunque no se descarta también que pueda tratarse de algo más personal. El hecho de que los agresores vistieran ropa de trabajo no parece ser un elemento clave para volcarse por ninguna de las dos posibilidades.