Declararon los tres últimos policías detenidos por el crimen de Luciano Olivera
Se trata del oficial Nelson Albornoz, la oficial inspector Rocío Mastrángelo y el sargento Kevin Guerricagoitía, a quienes la fiscal Ana Caro acusó de encubrimiento y falso testimonio. El primero de ellos, que estaba al mando del operativo, dijo que no tiene "ningún interés" en defender a Maximiliano González.
Los tres policías que acompañaban en el patrullero a Maximiliano González en el momento en que mató de un tiro al menor Luciano Olivera (16) en Miramar declararon este miércoles ante la fiscal Ana Caro, quien los acusa de encubrir el hecho.
Se trata del oficial Nelson Albornoz, la oficial inspector Rocío Mastrángelo y el sargento Kevin Guerricagoitía, a los que también se les imputa el delito de encubrimiento agravado y falso testimonio. Tal como lo había adelantado LA CAPITAL días atrás, el resultado de los peritajes balísticos y forenses, además de la secuencia fáctica, habrían demostrado que en la madrugada del 10 de diciembre González no accionó su arma cuando estaba a punto de ser atropellado por la motocicleta conducida por Olivera.
En verdad, las conclusiones de los especialistas hablan de no menos de un metro y en otro de no menos de cinco metros. En cualquiera de los dos escenarios, no coincide con los relatos hechos por los policías, testigos presenciales de lo ocurrido. Sin embargo, LA CAPITAL pudo saber que, ante la fiscal, Albornoz -que estaba al mando del operativo esa madrugada- ratificó que escuchó primero el disparo efectuado por González y luego vio a Olivera pasar a un lado Guerricagoitía, a quien supuestamente la motocicleta del menor “le pisó el pie”.
Conforme supo este medio tras acceder al documento en el que figura su declaración, el oficial dijo que no tiene “ningún interés” en defender al imputado, con el que no tiene contacto desde el momento en el que sucedió el hecho. También manifestó que fue él mismo el que ordenó preservar el arma de fuego reglamentaria de González y dispuso “que nadie toque nada” en el perímetro del lugar donde quedó tendida la víctima.
Vale recordar que los ahora detenidos viajaban en el mismo patrullero que, al ver venir por la avenida 9 la motocicleta de Olivera, fue estacionado para cerrarle el paso. Según explicó Albornoz, fue entonces que Guerricagoitía y él, que iban como conductor y acompañante respectivamente en el móvil, descendieron cuando el menor se hallaba dirigiéndose hacia el lugar donde estaban ellos, “a unos 30 metros”.
Entonces, siempre de acuerdo a lo que surge de su declaración, Olivera no acató la orden de que detener su marcha y cuando pasaba junto a ellos se escuchó la detonación, efectuada por González desde la puerta trasera ubicada del lado del conductor del patrullero, sector en el que iba sentado. Por su parte, Albornoz añadió que Mastrángelo, que se hallaba del otro lado del asiento trasero, no bajó del vehículo, que no tenía las balizas ni la sirena prendidas porque “no funcionaban”, como aso tampoco la cámara 360.
“Yo le grité: ‘¿¡Qué hiciste!?’, y él me contestó que se le había disparado el arma”, mencionó el uniformado ante la fiscal Caro. Y también señaló que Olivera, al caer de su moto y antes de morir, alcanzó a decir: “¡Me pegaron un tiro! ¡Me pegaron un tiro!”, lo cual junto a Guerricagoitía constataron cuando le corrieron la remera y vieron la herida en el pecho. Cuando llegó el personal sanitario, el joven ya no presentaba signos vitales.
En ese momento -añadió- González se quedó sentado en el cordón de la vereda y luego fue llevado al hospital. “Yo dispuse que fuera con una custodia, así que van dos efectivos con él, pero no sabía por qué lo llevaban al hospital, no le vi ninguna lesión”, especificó. Luego, antes de la finalización de la audiencia, manifestó su deseo de que haya justicia por lo que sucedió.
La acusación contra los tres policías testigos fue porque ellos sostuvieron que González había disparado con la motocicleta de Olivera a punto de atropellarlo en una aparente reacción de legítima defensa. La orden de detención contra los tres policías fue solicitada el lunes por la fiscal Caro y emitida por el juez Gabriel Bombini el martes.
Las detenciones se efectivizaron sin mayores trastornos, todos ya fueron desafectados de manera preventiva y este miércoles comparecieron ante la fiscal Caro. Cabe destacar que el policía González fue citado el lunes a declarar nuevamente, pero se negó por segunda vez a ser indagado.
Ahora, con este panorama judicial, la fiscal Caro instruye en cuatro causas penales distintas surgidas del mismo hecho: la primera, lógicamente, es la que investiga el homicidio de Olivera; la segunda, la que buscará saber si los padres de la víctima sufrieron apremios ilegales por parte de la policía al arribar al lugar donde se hallaba muerto su hijo; la tercera, en el marco de la cual efectivos de Miramar denunciaron haber sufrido agresiones durante una marcha en reclamo de justicia por parte de los familiares y allegados a la víctima; y la cuarta y última, la iniciada contra los tres uniformados que se hallaban junto a Albornoz, por encubrimiento y falso testimonio.
En ese sentido, vale aclarar que la defensa de los tres testigos detenidos ya solicitó su excarcelación a la Justicia de Garantías, que debe expedirse al respecto en las próximas horas.