De los pochocolos de trufa al cheesefuet, la comida que viene
El Fòrum Gastronòmic de Barcelona fue escenario de la presentación de nuevos productos gastronómicos.
Una demostración de producto de perlas esferificadas en la cuarta y última jornada del Fòrum Gastronòmic de Barcelona. Foto: EFE/Quique García.
Pochocolos de trufa blanca, fideos de gamba de Palamós, calçots con romesco para comer todo el año, el cheesefuet o una butifarra de chocolate y bourbon son algunos de los productos presentados en la feria del Fòrum Gastronòmic de Barcelona, muestra del dinamismo del sector.
Hasta 49 tipos de pochoclos dulces y salados elabora Joe&Sephs, que optaba a los premios InnoFòrum, como la de trufa blanca, queso de cabra con pimienta, queso azul con nueces y apio, curry madras y fresas con nata, para sacarlas más allá de la butaca del cine.
La innovación acude al rescate de la tradición en casos como el de la empresa Calçots Cuits, que se propuso que este plato típico catalán se consuma todo el año y con su producto Calçots de la Terra ganó el premio InnoFòrum al embalaje reciclable.
Y los primeros fideos de gambas de Europa se fabrican en Palamós (Girona). “Los fabricamos con sémola de trigo duro de Huesca, agua de manantial y gamba de Palamós deshidratada, que le da el color rojizo a la pasta y su sabor”, explicó a EFE Enrique Echenique, responsable de Salnostrum, que también elabora sales de setas naranja, jamón, gambas y anchoas.
Desde la lonja de Roses (Girona) llegan en ayuda del comensal la tradicional sopa de pescado y el carpaccio de gambas de su bahía, mientras que Cuinats Jotri fue otro de los premiados con su carpaccio de caracoles con salsa envasado, por su original sabor.
Mucho llamó la atención el cheesefuet de Montbrú, una quesería tradicional que lanzó el queso de cabra con forma de fuet para facilitar su corte al usuario y jugar al trampantojo; además del puro, presentaron uno de nueces y otro de trufa.
Otro producto tradicional catalán como la butifarra se abre a un mundo de sabores. Casanovas, una empresa de 1906, trabaja con más de 40 tipos en los que juega “con el contraste dulce-salado y con las texturas, usando siempre una carne de máxima calidad”: de sobrasada y membrillo, de queso gorgonzola y pera, y de chocolate y bourbon son algunas de sus propuestas.
Y en el Año Mundial de las Legumbres nació Cuits&Beans, que se presentó en sociedad en el Fòrum con una treintena de legumbres y cereales cocidos, que van desde la conocida lenteja de La Armuña al kala chana (garbanzo negro indio), el garrafón valenciano o la lenteja Eston de Lanzarote, pasando por la quinua.
En la feria del Fòrum se salta de empresas recién nacidas a centenarias, como Casa Sendra, en tan sólo unos pasos. Fundada en 1849, también recurrió a la innovación para “garantizar la excelencia” como la sala de secado en la que “temperatura, humedad y hasta la velocidad del aire están controladas con un sistema tecnológico”, destacó a EFE su propietario, David García-Gassull.
Las aceitunas líquidas de Albert Adrià, que de elBulli pasaron a Tickets, son la última incorporación a la gama de esferificaciones de aceite de oliva (con guindilla, con wasabi o con albahaca, entre otras) de Caviaroli.
Si en los últimos años se puso el énfasis en conceptos como natural, artesano o de proximidad, la preocupación social cobra cada vez más fuerza como valor añadido a un producto.
Voga Dors es la unión de seis productores que emplean a 250 personas discapacitadas, y su gama incluye vino, aceite, cerveza, chocolate, infusiones, galletas y mermeladas que elaboran con la fruta que no se recoge, aportando además en la lucha contra el desperdicio alimentario.
También Cuina Justa es una empresa de economía social con 350 puestos de trabajo, el 80% de ellos de personas con enfermedades mentales o en riesgo de exclusión social, que cultivan su propio huerto ecológico y ofrecen servicio de catering, platos precocinados para restaurantes y sándwiches y ensaladas para máquinas de vending, todos “artesanos y saludables”.
Una bebida de fermentado de frutilla, en el que estas frutas siguen el mismo proceso que las uvas en la elaboración de un vino, de la bodega Lascas de Pedernal de Cártama (Málaga) o unas pajitas comestibles aromatizadas que no alteran ni el color ni el sabor de las bebidas, diseñadas por el bartender Víctor Manuel Sánchez junto con ingenieros alimentarios y que llevan el nombre de Sorbos, son algunas de las novedades del mundo de las bebidas.
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