Por Oscar Lardizábal

La acción solidaria de los productores de cerveza artesanal, destilando alcohol para donarlo a los hospitales públicos de la ciudad, abrió para un futuro cercano una insospechada perspectiva de producción de nuevas bebidas en Mar del Plata, destinadas tanto al mercado nacional como al internacional.

Al tiempo que, como donación, están llegando a los establecimientos de salud marplatenses unos 1.200 litros de alcohol, obtenidos a partir de la refermentación de cervezas que quedaron sin comercializar, despunta en el pujante sector cervecero local el proyecto de adaptar o ampliar sus instalaciones para también fabricar, siempre con un estilo artesanal bien marplatense, productos como gin, vodka y whisky.

Esta súbita historia solidaria, que parece protagonizar la promesa cristiana de recibir el céntuplo luego de hacer el bien desinteresadamente, comenzó cuando la cervecería “BrewHouse” de Mar del Plata y la destilería de gin “La Restinga” de Coronel Vidal decidieron unirse para obtener el alcohol y entregarlo gratuitamente. A través de las redes sociales comunicaron su propósito y así generaron una extraordinaria movida de aportes que rápidamente fue involucrando prácticamente a todo el sector cervecero de la región.

Las donaciones de alcohol líquido al 70 % llegaron primero a las localidades marchiquitenses de Coronel Vidal, Vivoratá y Santa Clara y ahora también son recibidas en los hospitales públicos, en el CEMA y en Bomberos de Mar del Plata.

“La Restinga” es una empresa que decidió radicarse en Vidal para poder funcionar como destilería de bebidas blancas, fundamentalmente gin a partir de la papa, en razón de que esta actividad no estaba permitida en General Pueyrredón. La destilación de alcohol etílico ahora también está aprobada en Mar del Plata, aunque aún de manera precaria, mediante un reciente decreto del Concejo Deliberante, iniciativa de la concejal del radicalismo Cristina Coria.

Puntualmente el decreto propiciado por la contadora Coria autorizó a la destilación de alcohol a la referida firma marplatense, de razón social Capehe pero más conocida por su marca comercial de cerveza artesanal BrewHouse,  con planta de elaboración en Vértiz 4823, donde también funciona “Kymera Yeast” (yeast significa levadura en inglés), un laboratorio de investigación único en el país destinado al desarrollo de levaduras.

Maximiliano Pazos, su esposa Luciana Boragnio y dos cuñados Diego Catalano y Santiago Boragnio integran la familia propietaria de BrewHouse. Máximo, fundador de la Cámara Argentina de Productores de Cerveza Artesanal, ha reconocido que “los cerveceros nos estamos fundiendo porque no llegamos a vender un 10 por ciento de lo habitual” debido al confinamiento por la pandemia.

Pero a poco de comenzar la cuarentena obligatoria, Pazos puso su energía y creatividad para generar el alcohol imprescindible, como también para asociarse en el esfuerzo con Matías Iriarte de La Restinga y para animar a sumarse al resto de sus colegas.

De este modo fueron llegando como colaboración las cervezas de otras fábricas y otros productos necesarios como azúcar, melazas, extracto de maltas, malta y sanitizante. Las ayudas incluyeron la disposición de elevadores y de vehículos para transportar las cargas, ya que la primera transformación de las cervezas en alcohol se hizo en la planta de la Restinga en Vidal.

“La concejal Coria, que siempre está dispuesta a apoyar a la industria cervecera –señala Pazos a LA CAPITAL—avanzó en el HCD con el decreto para autorizar transitoriamente a destilar y nosotros en la planta de calle Vértiz, y con la ayuda de ingenieros industriales también de Mar del Plata, modificamos nuestro bloque cervecero para que sea destilador”.

Origen de destilerías artesanales

La autorización es transitoria pero Pazos, maestro cervecero y destilador desde hace seis años, y su familia sueñan ya con que, una vez que comience a ser superada la emergencia, se convierta en definitiva y así, como típico fruto argentino de una crisis profunda, posibilite el crecimiento de inéditas destilerías artesanales, aprovechando las capacidad instalada para la producción de las cervezas.

“Ya hemos hablado con representantes del Ministerio de la Producción –comenta–para que la norma se haga efectiva y así podamos nosotros consolidarnos como la primera destilería de la ciudad con un potencial para la destilación de 350 litros de alcohol por día, y a la vez estén creadas las condiciones para que surjan otros establecimientos similares en el partido de General Pueyrredon”.

Asoma entonces un proyecto industrial y comercial, pero de todos modos entre los cerveceros de Mar del Plata ya existe el propósito de que los excedentes de alcohol resultantes de su actividad sigan por siempre formando parte de esta corriente solidaria, de las fábricas hacia los hospitales, que gestó la reacción ante el Covid-19 .

El ejemplo de BrewHouse y La Restinga, para mayor orgullo de sus dueños y empleados, comenzó a ser imitado por varias cervecerías de la Argentina y de América Latina, y también tiene repercusión en España con la publicación en estos días de artículos periodísticos que relatan su experiencia.

Un gran optimista

Como tantos en el presente, Pazos se pregunta cómo podrá ser la ansiada pero seguramente difícil recuperación económica post pandemia.

Un optimista como pocos –es evidente— sueña con el desarrollo en la ciudad de un “primer bloque cervecero destilador híbrido del mundo, con un alto nivel de tecnología pero con modificaciones en las instalaciones relativamente simples”.

“De esta movida solidaria, que habrá de perdurar, podemos generar una nueva tendencia productiva y de trabajo”, alienta y anticipa:  “En nuestro caso ya decidimos el lanzamiento en un mes de una marca de gin que llevará el nombre de la ciudad y que será el primer paso concreto para producir una diversidad de bebidas blancas como las de otras variantes de gin, vodka y whisky y lo haremos de la misma forma que lo hicimos con la cerveza, es decir con métodos artesanales, con calidad, con imaginación, con arte al fin”.

“Parece una locura decirlo en este momento –se entusiasma– pero con la capacidad instalada que tenemos, los ambientes con los que contamos (el natural, el de industria y el de negocios), el aporte de ingenieros, la buena relación entre todos los cerveceros, estamos en condiciones de que Mar del Plata pase a desarrollar uno de los sitios con mejores destilerías de whisky y gin artesanales en el mundo”.

La cervecería BrewHouse lleva ganadas unas 24 medallas en competencias internacionales. Comenzó con un bar en la calle Roca y hace unos años levantó su fábrica en el sector Puerto, donde junto a la planta de producción funciona el espacio cultural llamado “Ciudad Cultural BrewHouse Puerto” y un “banco de levaduras”, uno de los pocos existentes en la Argentina.

“Desde hace unos años venimos investigando en nuestro laboratorio para obtener una levadura autóctona marplatense”, concluyó Maximiliano Pazos.

Esta búsqueda se suma a los cultivos pioneros de lúpulo en la región, de los que diera cuenta LA CAPITAL el año pasado. En cuanto a las bebidas blancas, el sudeste bonaerense brinda condiciones ideales para la obtención de la materia prima teniendo en cuenta que el whisky se logra a partir de cereales como cebada, trigo, centeno y maíz, todos cultivos importantes en la región. De manera similar sucede con el vodka, resultado de procesos a partir del uso de centeno, trigo y papa.

En cuanto a la acción solidaria para crear el alcohol a donar se sumaron a Restinga Gin y BrewHouse, las firmas  Antares, Baum,  Ogham, Leben, Borneo, CCAM, Rambla, Munster Brewing, Cardumen y Cheverry . También participan las industrias Orpach Ingenieria, Fg,  AEB, Alex Refrigeración y Fermentis.