De visita por Mar del Plata, el embajador argentino en Brasil, Daniel Scioli, se refirió a la situación del país y consideró que, en el contexto actual, “es importante estabilizar y generar una Argentina de oportunidades”.

El exgobernador de Buenos Aires pasará el Año Nuevo en Mar del Plata, rodeado de su familia, y aprovechó la ocasión para recorrer la costa y saludar a la gente, lo que suele ser un termómetro del humor social en estos tiempos, con turistas de distintas partes del país.

Pero la agenda de trabajo no se detuvo a pesar de la época festiva. Scioli se reunió con Matías Iriarte, uno de los fundadores de Restinga, la destilería de gin marplatense, con el objetivo de que la marca pueda exportar al país vecino. “Mi agenda es generar trabajo, inversiones y divisas genuinas”, remarcó Scioli en una entrevista con LA CAPITAL en el Hermitage Hotel.

Además, se refirió a su continuidad como embajador, aseguró que el peronismo deberá tener un “debate interno” tras la derrota electoral y sostuvo que, en medio de una “situación límite” en Argentina, se necesitan “reformas importantes”.

-Tras ser designado embajador nuevamente, ¿cómo imagina el vínculo con Brasil en los próximos 4 años?
-Siempre pienso cómo poder ayudar a mi país. Cuando llegué a la embajada hace 4 años, la relación atravesaba el peor momento de su historia. Ahora logramos que Brasil vuelva a ser el mejor socio comercial de Argentina, destrabando muchas controversias. El presidente Javier Milei junto con la canciller (Diana) Mondino me preguntaron si estaba dispuesto a colaborar en esta nueva etapa y les dije: ‘Cuenten conmigo’. Para la asunción presidencial vinieron 20 empresarios de los sectores más importantes de Brasil. Mi agenda es generar trabajo, inversiones y divisas genuinas.

Scioli caminó ayer por la costa marplatense. Un clásico de sus visitas a la ciudad.

-¿Qué vínculos comerciales buscará incentivar en los próximos años?
-Están las economías regionales y el sector automotriz, que es el 50% del comercio bilateral: los presidentes de las principales terminales estuvieron aquí el 10 de diciembre. Encontré un interés creciente para llevar adelante grandes inversiones en energía, algo estratégico en este contexto mundial. También está el litio, el cobre, la industrialización de materias primas y el compromiso con las pymes. Por otro lado, a partir del DNU, he recibido llamados del máximo nivel de las empresas Flybondi y Jetsmart para sumar aviones y frecuencias en la conectividad de Brasil y Argentina. También estoy hablando con los gobernadores para que identifiquen la oferta exportable. Hemos logrado ampliar los mercados tradicionales de Brasil. Antes era San Pablo, hoy se sumaron, por ejemplo, Manaos o Porto Alegre: Río Grande do Sul es el principal destino de las exportaciones argentinas. De ahí han venido las grandes inversiones.

-En el plano más político, ¿cómo avizora la relación entre Lula y Milei?
-El presidente Milei no había asumido y logramos coordinar un encuentro muy bueno entre Mondino y Mauricio Vieira, el canciller de Lula. Un trabajo de tres horas donde hubo avances significativos, con una carta personal que le mandó el presidente Milei a Lula. Y luego estos contactos continuaron tras la asunción, con casos concretos como el acuerdo Mercosur – Unión Europea, con una intención de abrir nuevos mercados.

“Algunos han dicho ‘¿cómo puede ser que asuma?’. La relación con Brasil es estratégica. Se trata del instinto natural de cuidar y mejorar lo que en 4 años le dediqué para reconstruir esa relación”. 

-Como dirigente peronista, ¿cree que deben emerger nuevos liderazgos luego de la derrota electoral?
-Yo quiero ser respetuoso en esto. Es tiempo de un debate interno en el peronismo, de evaluación. Es un momento delicado del país, sensible, donde acaba de definirse una elección con un resultado concreto a favor de un cambio profundo en Argentina. Y en eso hay que interpretar los distintos signos democráticos, las demandas. Yo con mi experiencia busco ayudar.

-¿Cómo tomó las críticas de algunos dirigentes peronistas por su continuidad como embajador?
-Algunos han dicho ‘¿cómo puede ser que asuma?’. La relación con Brasil es estratégica. Se trata del instinto natural de cuidar y mejorar lo que en 4 años le dediqué para reconstruir esa relación. Y después hay un tema personal: a mí me encanta trabajar. Yo lo hago desde los quince años. La única vez que paré fue cuando perdí la elección presidencial de 2015, que estuve dos años parado. Me gusta estar siempre en los lugares donde puedo ayudar.

Scioli recibirá el año en la ciudad junto a familiares y amigos.

-¿Y cómo analiza estos primeros días del Gobierno nacional?
-Milei dice a veces algunas cosas de sentido común. Yo veo las oportunidades de Argentina. Había que encarar reformas importantes, algunas las debatirá el Congreso. Y si uno hace una analogía con el accidente que tuve, en situaciones límites hay que actuar. Hay que tomar la iniciativa, no se puede perder tiempo. Si lo hubiese perdido en un debate con los médicos cuando tuve el accidente… No significa que el debate no sea bueno. Viva la democracia. Pero en aquel entonces hubo que actuar porque perdía la sangre y así perdía la vida. Con los problemas que tiene el país, como la inflación o la falta de dólares, es importante actuar, estabilizar y generar así una Argentina de oportunidades. En un marco democrático, con las instituciones.

-Tras recorrer la ciudad, ¿cómo percibió el humor social?
-Fui a visitar a amigos guardavidas y también hablé con muchas personas. La gente está con sus preocupaciones, a la expectativa. Mar del Plata te da una sensibilidad porque te encontrás a gente de todo el país. Yo creo que si nos enfocamos, con la capacidad de recuperación de Argentina, el espíritu emprendedor de los argentinos y la creatividad, podemos dar la vuelta rápido. Esperemos que venga mucha gente a Mar del Plata. Hay que lograr articular un esfuerzo para atravesar la temporada lo mejor posible, convencido de que las que vienen serán muy buenas.