Daniel Basso, ganador del Premio Itaú de Artes Visuales
Es uno de los fundadores de la galería Mundo Dios. Se radicó en Buenos Aires hace dos años. Encuentra en el entorno marplatense clásico los diseños de sus originales esculturas. "La distancia de los centros de arte da aire fresco a la producción" asegura.
Daniel Basso en su taller. Su nueva muestra en Buenos Aires es "Farola tapiz túnica".
Es uno de los fundadores de la galería Mundo Dios. Se radicó en Buenos Aires hace dos años. Encuentra en el entorno marplatense clásico los diseños de sus originales esculturas. Una de ellas acaba de ser premiada.
Aunque está instalado en Buenos Aires desde hace dos años, el artista visual Daniel Basso sigue buscando en el entorno arquitectónico de Mar del Plata los diseños de sus obras. Los chalets pintoresquistas del barrio Los troncos lo siguen tentando: ellos actúan como verdaderos disparadores para la invención de sus esculturas.
“El pintoresquimo es bastante fantasioso, es algo muy particular en Argentina y Mar del Plata concentra mucha cantidad de chalets”, dijo a LA CAPITAL.
“Volumen de interior”, una escultura realizada en grandes dimensiones que logró quedarse con el primer Premio Itaú de Artes Visuales, en la edición de 2019, nació a partir de ese poder de observación de su autor, que se detuvo en la estética pintoresquista.
“Investigué en las columnas que tienen los chalets marplatenses y en ese recorrido apareció la que da vida a esta obra, aunque la escala está cambiada, mi escultura está realizada en una escala más grande, monumental, y está tapizada con una pana brasileña”, contó el artista.
Cofundador de la galería de arte Mundo Dios, que funciona en un histórico edificio del barrio Puerto (en la llamada Casa Francesa), Basso contó que su obra premiada se relaciona con un proyecto anterior, “Bijouterie para camiones”.
“Me gusta mucho estudiar los chalets pintoresquistas clásicos, los de los del ’30, ’40 y ’50, que son los que tienen columnas diferentes, en algún momento esas columnas las convertí en bijouterie para camiones”, recordó.
“Tuve ese proyecto desde el 2005 hasta el 2008, consistía en adaptar esas características de la arquitectura que yo veía de las casas de Mar del Plata a la estética de los camiones. Hice prendedores, aros, gemas, pero en una escala camión”, siguió Basso, quien tomó parte de esa obra para crear nuevas esculturas que se transformarán, próximamente, en una muestra que inaugurará en la galería Calvaresi, ubicada en la ciudad de Buenos Aires. La exposición la llamó “Farola tapiz túnica”.
Para Basso el premio Itaú recientemente ganado supone “un reconocimiento re importante”, al tiempo que consideró que es un buen antecedente para su perfil profesional. “El único primer premio que gané fue en el Salón Municipal de Artes Plásticas” de Mar del Plata, que demoró tres años en cobrar y que lo desgastó. “Llamaba todos los días y nadie sabía decirme nada”, indicó.
Formado artísticamente en “Mundo Dios”, galería que cumple este año una década de vida, Basso entendió que ése es un lugar único que le permitió crecer como artista y aprender sobre la gestión artística, otra de los aspectos de su tarea.
“Toda mi carrera la hice en Mar del Plata pero me era muy difícil mantener un contacto cercano con Buenos Aires, nadie se va a ir a Mar de Plata a ver tu trabajo y como estoy trabajando con la galería Calvaresi decidí quedarme para ver qué pasa, porque me da frutos profesionales”, confió.
Y consideró que el nivel del arte local “es espectacular”. “La calidad de los artistas de Mar del Plata es muy alta, las obras son originales, la distancia de los centros de arte le da (a las obras de los y las marplatenses) un cierto aire más fresco a la producción, acá en Buenos Aires todo tiende a amalgamarse más, pero en Mar del Plata falta fomento para los artistas”, opinó.
Basso entendió que su trabajo consiste en “la observación” y definió a sus obras como objetos escultóricos abstractos, que no tienen una funcionalidad concreta en el mundo cotidiano. Buscan, en cambio, un objetivo estético.