Existen muchos estereotipos en torno a la tercera edad, y estos supuestos van construyendo concepciones erróneas sobre las posibilidades, capacidades y actividades que pueden desarrollar las personas mayores. Cuando utilizamos el término adultocentrismo, generalmente nos referimos a esta consideración de que las personas adultas son superiores sobre otras generaciones como la niñez, la adolescencia y la juventud. Sin embargo, parte del mismo proceso adultocentrista consiste en desplazar y dejar de lado a las generaciones mayores, que ya no son consideradas productivas en el marco del sistema económico que habitamos.

Con el propósito de promover el crecimiento personal y hacer efectiva la igualdad de posibilidades para personas mayores, considerando la educación como un derecho social que abarca todas las edades, el Programa Universidad Para Adultos Mayores Integrados (UPAMI) es una iniciativa que se desarrolla dentro de los espacios universitarios. Actualmente cuenta con alrededor de 1500 afiliados en distintas unidades académicas de la Universidad Nacional de Mar del Plata y otras universidades del país. En la UNMDP brinda cursos dentro de la Facultad de Humanidades, Ciencias de la Salud y Trabajo Social, Psicología, Ciencias Económicas y Sociales y Ciencias Agrarias.

Desde Radio Universidad, el programa Técnicos en Periodismo recibió en el estudio a tres participantes del taller de UPAMI “Arte y Derechos Humanos con Perspectiva de Género y Diversidad”, acompañadas por su docente, la licenciada en Terapia Ocupacional Celeste Sarrautte.

Consultada respecto de la experiencia de ser docente de personas mayores, Sarrautte explicó: “Es una experiencia hermosa y responde a una política integral, que tiene que ver con una política de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. La preservación de los derechos de las personas mayores apunta a la mirada integral de lo que es la salud en general y tiene que ver con la parte de la salud socioeducativa, donde se generan vínculos nuevos e importantes y se incorporan nuevos conocimientos”.

“Lo que vemos es que las personas mayores tienen muchas ganas de aprender, siempre están puntuales, siempre están primeras, están esperando el momento de encontrarse. Esta experiencia apuntala los vínculos, la sociabilidad y la adquisición de estos dos conocimientos: en particular el taller de arte, derechos humanos y género, que tiene como propósito el pensamiento crítico, la reflexión, la creatividad y el ejercicio de los derechos de las personas mayores. Es un objetivo lograr que tengan voz para reflexionar sobre sus derechos a través del arte y hacemos campañas del buen trato. Buscamos pensar qué estrategias utilizamos para promocionar estos derechos, porque hoy estamos acá pero mañana vamos a ser personas mayores también y queremos generar conciencia en la sociedad en general sobre este aspecto. En lo personal, fue hermoso hacer docencia a personas mayores, realmente se adaptan muy bien”, expresó.

Alicia: “Descubrí que me encanta estudiar”

Con mucha seguridad, Alicia Paparella rompió el hielo ante la primer pregunta de la entrevista y reveló cómo fue esa experiencia, ese primer contacto con los cursos de UPAMI: “Cuando me anote en este curso no sabía en que me estaba anotando ni a qué, pero tenía ganas de participar y ocupar mi tiempo. La verdad es que quedé anonadada de todo lo que he aprendido. Es un taller maravilloso sobre derechos humanos, sobre la dignidad, la vejez, la persona mayor, como debe ser tratada y sobre cuestiones de género”.

“El taller tiene una frecuencia de una vez por semana, lo hacemos de 8 y media hasta las 10 de la mañana y ahí participamos, debatimos. Tratamos un tema discutido por la Convención Iberoamericana de Derechos Humanos, lo llevamos al día a día y lo debatimos entre todas. Sacamos conclusiones, nos contamos qué nos parece y nos vamos aggiornando sobre muchos temas que la verdad que no los sabía por la edad. Estoy muy contenta de hacerlo. Descubrí que para mí es muy importante poder hablar sobre nuestro derecho a que no nos traten como un objeto más en la casa cuando ya no trabajamos. Somos un ser humano, que vamos a estar desde otro lugar y tenemos nuestras propias necesidades”, afirmó.

Por otro lado, describió cómo encaró el desafío de comenzar un curso y dijo: “El temor por empezar un curso lo tenemos todos a cualquier edad. Cuando empecé no sabía de qué se trataba pero la verdad es que ahora me pregunto por qué no lo empecé antes. La verdad es que me encanta e incluso me motivó a seguir estudiando, descubrí que me encanta estudiar. Entrar a las aulas fue una experiencia maravillosa, el otro día entré al aula magna y me emocioné tanto que le mandé una foto a mi nieta y le dije “Mirá donde llegué”.

Estela: “Me hizo muy bien el conectarnos porque hace mucho a las relaciones sociales”

Otra de las invitadas que compartió su experiencia en la mesa del estudio de radio fue Estela Landeras. Sobre sus motivaciones para indagar sobre la variada oferta de cursos disponibles dijo: “Empecé el año pasado con los cursos por casualidad, realmente porque no sabía que existía y quería hacer algo relacionado con la memoria. Mi mamá tuvo alzheimer y yo tenía el trauma de perder la memoria, entonces una amiga me recomendó que me anote en el curso de memoria y así conocí UPAMI. Como hice ese curso, que me gustó mucho, este año hice memoria e inteligencia emocional y ahora estamos haciendo el curso este de derechos humanos y género. Actualmente, cuando hago reuniones de amigas o lo que fuere, lo comento, porque creo que es muy importante para nuestra generación, para las personas mayores”.

“Personas mayores decimos ahora, antes decíamos adultos mayores y a mí me costó mucho sacarme esa palabra de adultos. Adulto es como que te lleva al género masculino. La verdad es que estudiar la diversidad de género también nos costó. Primero porque imaginense que nosotros antes veíamos una pareja homosexual y nos agarrabamos la cabeza. Hoy nos resulta muy útil, incluso para hablarlo con nuestros nietos. Justo ayer en un grupo de familia mío conté que venía a la radio y le dije a mi hijo mayor que hago esto porque me tengo que aggiornar para hablar con mis nietes”, expresó.

Respecto de la importancia que tuvo la experiencia en términos de socialización dijo: “me hizo muy bien el conectarnos porque hace mucho a las relaciones sociales. Con el tema de la pandemia nos permitió estar en contacto a través de la virtualidad y además nosotras tres por suerte podemos movilizarnos, podemos salir. Hay mucha gente que está sola en su casa, por diversas razones. Pensar que de tanto de estar en el Zoom ya nos conocemos, es como que ya somos familia. Más allá de la formación académica, está también esta vinculación social que se complica para todas las edades”.

En cuanto a la experiencia como estudiante explicó: “Yo estudié Ciencias Económicas pero no pude terminar, me faltaban seis materias. Casada, con hijos, cuando pude retomar la carrera me quedé embarazada con mi tercer hijo y no pude seguir. Ahora todos acá me incentivan para que termine la carrera pero todavía no me decido, tal vez sea una materia pendiente”.

Mirta: “No nos costó usar zoom y adaptarnos a la virtualidad”

Por último, llegó el turno de Mirta Sojo, que, respecto de cómo tomó conocimiento de la existencia de UPAMI dijo: “Me enteré que existía por PAMI , porque tengo el programa de PAMI en la computadora y el celular. Ahí estaban promocionando los cursos y cuando entré a ver me sorprendió la cantidad de oferta que había. Además, cuando comenzó la pandemia desde un centro de jubilados hacíamos por video un curso de dibujo y pintura, que después no se pudo seguir. Entonces aproveché para ver qué era lo que me gustaba, que me encanta todo, pero siempre estuve más inclinada para leer y estudiar sobre derechos humanos. Este curso, que incorporó la perspectiva de género y diversidad me vino muy bien, encima tenía arte. La verdad es que me encontré con un grupo maravilloso y lo lindo que tienen los cursos es que no solo son de Mar del Plata, tenemos compañeras de Catamarca, de Córdoba,de Gesell , de Buenos Aires, de todo el país”.

Es sencillo imaginar que el uso de plataformas como Zoom para llevar a cabo estos cursos en la virtualidad puede llegar a ser un desafío, sin embargo Mirta expresó: “La verdad es que no nos costó mucho. Sentimos que con el tema tecnología ya tenemos experiencia. Yo soy bibliotecaria, así que cuando empezó la computación, el libro quedó un poco al margen, viví esa transición y sé que es importante mantenerse al tanto de las nuevas tecnologías”.

“Más que la edad, lo que costó de la tecnología fue adaptarse con el inicio de la pandemia. Por ejemplo, yo hacía teatro presencial y al principio era difícil encontrar la forma de hacerlo sin vernos presencialmente. Lo más gracioso es que al principio no solamente nos costaba a nosotros sino también al profesor, porque no es lo mismo hacer las clases por Zoom. Es verdad que los chicos en el colegio, los chicos grandes, ya tenían un conocimiento pero para nosotros era todo nuevo y teníamos que aprender que teníamos que apretar. La verdad es que fue fácil dentro de todo, pudimos hacerlo sin problemas”, destacó.

Finalmente, consultadas las participantes respecto de si contaban los cursos con presencia masculina dijeron: “No son la mayoría. Tal vez las mujeres somos más de meternos en un espacio nuevo, de animarnos a empezar algo donde vamos a conocer a otras personas, no tenemos tal vez miedo de hacer eso, pero los varones están siempre convocados y es cuestión de que se animen.

Cómo inscribirse

La inscripción a los cursos se encuentra abierta hasta el 15 de octubre y hay una página oficial https://www.pami.org.ar/talleresycursos/cursos-upami En la página están detallados todos los cursos del país y también los interesados pueden acercarse a cada una de las unidades académicas. La mayoría de los cursos se dictan de forma virtual pero existen algunos presenciales y para el año próximo se planifica implementar más modalidades presenciales.