Curiosidades, datos y números de una histórica elección local
Todos los entretelones de lo que es noticia en Mar del Plata
Fenómeno político al menos extraño fue el que se vivió este domingo en Mar del Plata. Los habitantes de la ciudad que ostenta el récord nacional de desocupación, eligieron como intendente al representante de Juntos por el Cambio, coalición gobernante a la que se responsabiliza especialmente de haber generado la desaparición de miles de fuentes de trabajo. Marplatenses y batanenses, habitantes de la ciudad en la cual un tercio de su población está sumergida en la pobreza, eligieron como nuevo jefe comunal a quien defendía la boleta de la fuerza oficialista a la que se responsabiliza por la grave crisis económica que vive el país. Por la desocupación y el crecimiento de la pobreza ganaron en la provincia y en la Nación los representantes del Frente de Todos, por lo que el peronismo vuelve al poder tras una pausa de cuatro años. En General Pueyrredon, Guillermo Montenegro, un PRO puro, se convirtió en intendente electo tras haber vuelto a su ciudad natal hace apenas dos años “defendiendo los trapos” de una coalición que vivía su peor momento. El milagro Montenegro merece el análisis de sociólogos que sin dudas será mucho más abarcativo que el de un mero periodista.
Y Montenegro sabe que el desafío no es sencillo. Enamorado de la ciudad en la que vivió los mejores años de su infancia, el sucesor de Arroyo ni siquiera tuvo tiempo para distenderse y celebrar tras la resonante victoria lograda el domingo en la ciudad. Aquella noche, su rostro parecía reflejar más preocupación que felicidad. Ahora le tocará gobernar para todos. Para los que lo votaron y para quienes optaron por otros candidatos. Pero sabe que en el éxito de su trabajo están depositadas las expectativas de miles y miles de ciudadanos que pugnan por soluciones. “La responsabilidad es muy grande pero estoy preparado para el desafío”, afirma con seguridad y firmeza, quizás los principales atributos que le vieron aquellos que le confiaron su voto y lo convirtieron en intendente electo. “Caminé la ciudad, hablé con la gente, sé lo que sienten, escuché sus reclamos. Ahora nos toca a nosotros trabajar, gestionar para, entre todos, poder vivir en una ciudad mejor”, refirió en la mañana del lunes, ya trabajando con sus colaboradores más cercanos en las medidas a implementar en la comuna que le tocará conducir a partir del 10 de diciembre.
A contramano de lo que sucedía en la provincia y en la Nación, Montenegro lograba imponerse ante quien levantaba las banderas del peronismo, la joven Fernanda Raverta, quien horas antes había recibido, jugando de local, la visita de las máximas figuras de esa fuerza política, quienes frente al mar no escatimaron palabras para pedir el apoyo a la lista completa. La ex presidente Cristina Fernández, el hoy presidente electo Alberto Fernández y el gobernador electo, Axel Kicillof, llenaron de elogios a Raverta. De hecho, aquel acto teóricamente de cierre de campaña nacional, se convirtió en un gran mitin local para respaldar la figura de quien podía llegar a hacer historia convirtiéndose en la primera intendenta en la historia de la ciudad, y la responsable, después de 65 años, de que el peronismo volviese a ser gobierno en la ciudad. No pudo ser. Por apenas tres puntos, o poco más de 11 mil votos, se vio frustrado el sueño. Un golpe que tardó en asimilar la candidata, quien, como tantos otros miles de marplatenses y batanenses, no lograba comprender cómo la lista de Juntos para el Cambio, en todos sus tramos, se imponía en la ciudad. Para su consuelo, lo mismo sucedía en otras ciudades grandes de la provincia como La Plata y Bahía Blanca.
Con el diario del lunes, claro está, es mucho más fácil salir a la caza de responsables, de culpables. Lo cierto es que nadie hace las cosas como para perder. Juegan situaciones, en muchos casos inmanejables, que tienen que ver con el humor social, percepciones y cuestiones que lejos están de los libros de marketing político. Esta claro que deben haberse cometido errores –¿no habilitar las PASO a Gustavo Pulti habrá sido el principal?- en el accionar de los responsables del Frente de Todos de Mar del Plata. Pero haber terminado a unos pocos miles de votos del vencedor después de haberse realizado un trabajo de militancia activa y con conciencia social donde el barro suplanta al asfalto, no da lugar a la lapidación. El domingo por la tarde, una contagiosa algarabía se vivía en la sede del Frente de Todos. Jovenes entusiastas que, tras un fuerte compromiso de militancia, estaban convencidos de que había llegado el tiempo de actuar desde el poder. Con el correr de las horas, la esperanza se fue convirtiendo en resignación. La intendencia volvía a serles esquiva.
“Por favor, gane quien gane, trabajen juntos por una Mar del Plata mejor. En serio. No nos queda mucho tiempo. Lo que hay hoy es un desastre pero no nos podemos resignar a no soñar”. El viernes a la noche, a horas de votar, Fernando Aguerre, presidente de la Asociación Internacional de Surf, marplatense hasta la médula, encaró sin dudarlo a Fernanda Raverta y a Guillermo Montenegro, quienes dialogaban en el marco de la fiesta por el aniversario de la Revista Central celebrada en el vivero Antoniucci. Las palabras del reconocido empresario y surfer, quien posteó la foto y el pedido en sus redes sociales, reflejan sin dudas el sentir de la mayor parte de los habitantes de esta ciudad. Tras cuatro años de retrocesos, de ser noticia en el país por tristes estadísticas o por ridículas declaraciones de quien pese a haber recibido un sonoro cachetazo del electorado plasmado en un 3,85% de los votos no se pone colorado y afirma que la suya fue la mejor gestión municipal de la historia, no hay ya tiempo para soluciones individuales o respuestas mágicas. La gravedad de la situación exige responsabilidad, diálogo y esfuerzos compartidos.
Le tocará a Montenegro gobernar una ciudad con colores distintos a los que luce el gobernador y el Presidente. “Voy a hablar y trabajar junto a ellos todo lo que sea necesario para que la ciudad se levante”, promete el intendente electo, quien el mismo lunes se reunió con Arroyo para encarar la transición hasta el 10 de diciembre. Sin perder tiempo, anunció que Germán Blanco será su secretario de Economía, y lo mandó a radiografiar el estado de las finanzas municipales para tener un diagnóstico de lo que encontrará cuando asuma el cargo. Acordar, dialogar, negociar, serán acciones a las que deberá acogerse el próximo intendente, quien no contará con mayoría en el Concejo Deliberante y quien en más de una oportunidad deberá acudir a Kicillof y a Fernández y no a Vidal y Macri como hubiese deseado cuando hace dos años se lanzó al desafío de caminar las calles de la ciudad, con el respaldo de la gobernadora, para intentar ser intendente. El primer objetivo lo cumplió el domingo. Ahora, al fanático de Boca que mucho sabe de fútbol, le tocará mostrar en la cancha sus atributos.
“Guillermo es un enfermo del laburo. Es una máquina de laburar. Es un tipo que sabe escuchar, que analiza y tiene la capacidad de reconocer cuál es el mejor camino. Pero además tiene firmeza, convicción y un poder de gestión impresionante”, dice con indisimulado orgullo quien fue su jefe de campaña, y hoy su sombra, amigo, confidente y mano derecha, Alejandro “Ruso” Rabinovich, uno de los arquitectos del sorpresivo crecimiento e instalación del legislador nacional en el contexto local, cuando, meses atrás, nadie apostaba dos pesos por esta realidad que se cristalizó el domingo. “El Ruso –cuenta un colega, refiriéndose, claro está, a Rabinovich- hace un año nos dijo en un asado que las elecciones se definirían palo a palo entre Montenegro y Raverta y que ganaría su amigo. Todos nos reímos y lo chicaneábamos con apuestas, porque él dejaba afuera en ese entonces a Baragiola, a Pulti e incluso a Ariel Ciano. Ahora habrá que pagarle los vinos y los asados que le debemos”, comentó con resignación el lunes, cuando en la tapa del diario la foto principal era la del nuevo intendente, el hombre del que hace dos años decían que “no lo conoce nadie”, o “el enviado”, como lo bautizó oportunamente Arroyo, quien el lunes tuvo que recibir a su sucesor en su despacho, el que cambiará de ocupante en algunas semanas nada más.
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El domingo, en Mar del Plata, dos legisladores nacionales que debutaban en comicios para cargos electivos locales se repartieron más del 80 por ciento de los votos. Montenegro y Raverta, además, protagonizaron la contienda electoral local más reñida desde 1983. La diferencia entre ambos fue de menos de tres puntos, u 11 mil votos de diferencia. Asimismo, mucho se habló en la previa del corte de boleta y la forma en que incidiría en el resultado final, especialmente para Raverta, a propósito de la campaña de Pulti con sus tijeras. Sin embargo, y paradójicamente, sufrió más cortes el ganador que la legisladora. Raverta tuvo 19.207 votos menos que Axel y 21.304 menos que Alberto Fernández, mientras que Montenegro contabilizó 26.724 sufragios menos que Vidal y 18.421 menos que Macri. Entre ambos generaron 45.931 cortes de boleta en el plano local. Gustavo Pulti, “devorado” por la polarización, haciendo una elección que lejos estuvo de satisfacer sus expectativas, cosechó 43 mil votos, casi la suma de los cortes a los dos primeros. “La polarización final hizo que Pulti terminara comiendo votos de los dos espacios. Sacó de las dos peceras”, admitían en el búnker del intendente electo ¿Cuánto a cada uno? Un dato difícil de estimar.
De hecho, de todos los candidatos a intendente que fueron con boleta larga, quien menos cortes tuvo fue Raverta, pese a que Pulti y Arroyo, con sus boletas cortas, pescaron allí y en la de Montenegro. Mientras que en las PASO la representante del Frente de Todos obtuvo 14 puntos menos que Kicillof y Fernández, el domingo logró bajar la diferencia a solo 5 puntos. En otro aspecto, de los siete candidatos, solo dos, Montenegro y Raverta, obtuvieron más votos que en las PASO. El intendente electo (160.251 votos) sumó 77.133 sufragios más que el 11 de agosto, mientras que en el caso de Raverta (149.125) fueron 37.634. Gustavo Pulti (43.715) perdió 26.765 adhesiones, Bonifatti (16.538) restó 2090, Arroyo (15.293) 5.158, Alejandro Martínez (7.250) perdió 2.456 y Marisa Zizmond (4.111) dejó en el camino 5.595. Jugando con los números también puede consignarse que Raverta logró 45.100 votos más que los que consiguió Marcos Gutiérrez en las legislativas de 2017, al tiempo que Gustavo Pulti, con respecto a las elecciones de octubre de 2015 perdió nada más y nada menos que 100.393 votos.
Si no fuese porque se trata de la misma persona que hace cuatro años era elegida intendente con el 47% de los votos (186.686 adhesiones) y un plan secreto bajo el brazo que jamás implementó, no merecería más de dos líneas abordar aspectos referentes a quien apenas obtuvo el 3,89% de los votos de ese mismo electorado. Sin embargo, se trata de un hecho histórico y sin antecedentes en el país. No existen registros de un jefe comunal que haya ido a la reelección obteniendo tan insignificante número de adhesiones. No existió la persona que se haya presentado a un comicio con afán reeleccionista, sabiendo que su performance sería tan irrisoria. Lo que en Mar del Plata todos sabían (las encuestas con su estrepitosa caída de imagen se publicaron), el principal protagonista, el doctor Carlos Arroyo, parecía ignorarlo. En cuatro años se le evaporaron 168.393 votos. De los 183.686 de 2015 se derrumbó a 20.451 en las PASO. Pero había lugar para más aún. Se le fueron ahora otros 5.248 votos. El domingo apenas logró 20.451 sufragios, pese a que su jefa de campaña anunciaba que estaban mejorando la actuación. La factura, en definitiva, que le pasaron marplatenses y batanenses por su pésima gestión a lo largo de estos cuatro años en los cuales la ciudad retrocedió en todos los aspectos.
Disociado de la realidad, el jefe comunal, transita los últimos días de su gobierno con preocupación ante el futuro. De hecho, en los mentideros políticos se cuenta
que antes de las elecciones le había pedido a Fernanda Raverta –apostando a su triunfo, al igual que la concejal Vilma Baragiola, otra de las grandes derrotadas del domingo- que no tomara medidas contra sus familiares, actuales empleados de la comuna, y que abandonado el cargo no se registrara una persecución judicial en su contra. ¿Qué ofrecía el lord mayor a cambio? Seguir en carrera electoral (para arrancarle algún punto a Montenegro, rival de Raverta), criticar a Pulti (lo intentó en uno de los debates televisivos hasta que el ex intendente se le plantó con cara de pocos amigos en el corte) y un Juzgado de Faltas a conformar, completo, con personal y todo, para el kirchnerismo. Por eso, en la noche del domingo, el dolor del jefe comunal era aún mayor. Ganaba el hombre al que chicaneó durante dos años, el “enviado” de Vidal. ¿Autocrítica? Cero.
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“Creo que fue la mejor gestión desde 1983 hasta acá” ¿Palabras de Horacio Rodríguez Larreta tras su contundente triunfo en CABA? No, lo anterior fue pronunciado por el intendente Arroyo en el desolado búnker de la calle La Rioja donde esperó los resultados apenas acompañado por un puñado de colaboradores. Pero hubo más, incluso tiempo para más mentiras. “Tendría que haber gastado más dinero en publicitar todo lo que hice. Ahorré demasiado para poder arreglar algunas escuelas y comprar algunos medicamentos. Quise evitar gastar en publicidad: yo no soy un político de carrera, soy un docente”, aseguró con firmeza. Olvidó mencionar un detalle el intendente. Entre ordenes de compra y contratos, en materia de publicidad, este año solamente destino 28 millones de pesos. Para ser exactos, el dinero comprometido es de 27.496.677 pesos. En esa suma hay tres millones de pesos solamente para carteles en la vía pública contratados a una firma local. El resto es publicidad en medios, en muchos casos destinados a periodistas “amigos de la casa”. El listado incluso figura en la página web de la Municipalidad. De esos casi 28 millones aún restan abonar casi 18. ¿Paquetito que le quedará al próximo intendente? Habrá llegado el momento quizás para Arroyo, de buscar otras excusas a la hora de explicar por qué se va de la Municipalidad con el rechazo del 96,15 por ciento de los habitantes de la comuna que condujo durante cuatro años.
Si la elección del domingo se hubiese concretado con la tecnología disponible 20 años atrás, los marplatenses estaríamos hoy sin saber aún quién fue el ganador. En la noche del domingo, poco después de las 22, la página web del Ministerio del Interior de la Nación definía claramente que se imponía Montenegro (en ese momento por cuatro puntos), mientras Fernanda Raverta expresaba que iba a esperar hasta que se abriera el último sobre ya que estaba “un puntito abajo”. Los cómputos esta vez fueron más ágiles que en las PASO. De hecho, a través de la pagina web que se habilito a tal fin, hasta es posible descubrir cómo se voto en cada mesa del distrito. Así, pudo saberse que en la mesa en la que votó Raverta, la 1.299 de la escuela 55, el ganador fue Montenegro, quien tuvo 134 votos, contra 92 de Raverta, 15 de Pulti, 11 de Bonifatti y 8 de Arroyo. El intendente electo sufragó en la mesa 882 del Portal del Sol. Allí ganó. Además del suyo, en la urna tenía 151 votos más. Raverta se anotó con 58 y Pulti 16. Arroyo votó en la mesa 739 del Mariano Moreno donde también ganó Montenegro, con 148 votos, contra 55 de Raverta, 10 de Bonifatti y 5 de Alejandro Martínez. Con su propio voto, Arroyo logró imponerse al candidato de la izquierda. Contabilizó 6 sufragios.
Mauricio Macri, María Eugenia Vidal (en varias oportunidades a lo largo de la tarde), Horacio Rodríguez Larreta y numerosos intendentes se comunicaron telefónicamente el domingo con Guillermo Montenegro para felicitarlo por la elección. También lo hizo el secretario de Medios de la provincia, Mariano Mohadeb, quien a lo largo de su gestión se supo ganar el respeto y la estima de todos sus colegas. Poco antes del mediodía del lunes, finalmente Montenegro recibió el saludo y la felicitación de Raverta.A quien también llamó la gobernadora fue al diputado provincial Maxi Abad, a quien felicitó por el triunfo en la quinta sección electoral. En las PASO, la lista encabezada por Abad había ganado por apenas un punto. El domingo estiró la diferencia a seis. Las acciones de Abad, quien respaldó en todo momento a Montenegro en su contienda local, han subido, y hoy se convierte en el principal referente del radicalismo local. De excelente relación con el intendente electo y con el jefe de campaña Alejandro Rabinovich, basado en haber cumplido la palabra y respetado los códigos de la política, aquellos que señalan que el que pierde apoya, Abad el domingo era parte de la “mesa chica” en el búnker ganador, por donde se vio pasar a varios radicales, como el ex intendente Daniel Katz, el ex senador provincial Jesús Porrúa, el ex concejal Nicolás Maiorano y la concejal Cristina Coria. Estos últimos, especialmente, del riñón de Vilma Baragiola, la gran ausente de la noche y de la campaña. “Quizás esté consolando a Raverta”, lanzó con inusitada dureza un ex funcionario de Arroyo también presente en el búnker, en referencia a la concejal radical que perdió en las PASO ante Montenegro la posibilidad de convertirse en candidata a intendenta.
¿Una ciudad dividida? Así como en la provincia de Buenos Aires fue notable la diferencia de votos registradas a favor del Frente de Todos en el conurbano (una diferencia de 1,600.000 votos que pesaron y vaya cuanto en los comicios nacionales donde Fernández aventajó a Mauricio Macri por poco más de 2.100.000 sufragios), en Mar del Plata también el justicialismo sacó amplias diferencias entre los barrios más desprotegidos. Sin embargo, en el caso local, la abultada ventaja a favor de Montenegro en la zona céntrica le alcanzó para imponerse. Fernanda Raverta (¿será parte del gabinete de Axel Kicillof en el área de Desarrollo Social?) ganó en 12 circuitos pero no le alcanzó para equilibrar la amplia diferencia obtenida por Montenegro en los tres céntricos. La legisladora nacional se impuso en prácticamente toda la periferia, incluso en los dos circuitos con mayor población. Otra paradoja de los recientes comicios: el Frente de Todos logró imponerse en dos circuitos más que en las PASO (el 364 Juan B. Justo, Ruta 88, Mario Bravo y la costa y el 369 de Sierra de los padres y Colinas Verdes), oportunidad en la que Juntos por el Cambio ganaba en 5 de los 15.
En cambio, Montenegro impuso su boleta en los circuitos 366 (Catamarca, Juan B Justo, Rivadavia y la costa), en el 366A (Juan B Justo, Catamarca, Rivadavia y Juncal) y en el 367 que abarca desde Rivadavia y Juncal hasta Camet y la costa. Allí prácticamente duplicó los votos de Raverta. Obtuvo 83.305 adhesiones contra 46.768 de Raverta, quien en cambio, en el 364 (24% del padrón) le ganó al intendente electo por 40% a 35% y en el 365 (22% del padrón), 41% a 32%. Una elección más que reñida, con distintos ganadores en el centro y en los barrios. Todo un dato político, sin lugar a dudas.
Cortitas y al pie 1. ¿Quién es el concejal electo de la oposición al que Montenegro quiere tentar para sumar a su equipo de gobierno? // Otra vez fallaron, y mal. Las encuestas y los bocas de urna en Mar del Plata volvieron a desaprobar el examen. En ambos casos, marcaban que sería Raverta la nueva intendenta del distrito. A medida que pasan las elecciones van perdiendo credibilidad. Lo mismo sucedió a nivel nacional, donde se anunciaban diferencias de dos dígitos a favor del presidente electo, lo cual lejos estuvo de concretarse// Nervioso, el legislador siguió con atención la información publicada por LA CAPITAL sobre la estafa a la Anses y la detención de distintos profesionales, entre ellos Héctor Seri, quien se encontraba prófugo. “Que me borre del Whatsapp y de los contactos”, le rogó a amigo en común. La megacausa ofrece aristas más que interesantes para desmenuzar.
Cortitas y al pie 2. Para aplaudir. La Revista Central celebró su séptimo aniversario con una fiesta en el Vivero Antoniucci, donde no faltó nadie. Más de 500 invitados (empresarios, políticos, artistas, deportistas y periodistas) brindaron por el éxito y el crecimiento de esta prestigiosa publicación marplatense. // Vino, votó y se fue rápidamente a Tigre para acompañar a su amigo y referente político, Sergio Massa. El diputado provincial Javier Faroni cumplió con su deber cívico en una escuela del Bosque Peralta Ramos y celebró la victoria por la noche, agrandado, claro está, porque Massa obtuvo el más alto nivel de adhesión de todos los tramos de la boleta sábana del Frente de Todos. En la categoría diputados nacionales logró el 52,57% de los votos, unas décimas más que Fernández y Kicillof. “El aporte de Sergio fue muy valioso en este triunfo”, admitían cerca del presidente electo.// Guillermo Montenegro va armando su gabinete y tal como lo anunció durante la campaña y ratificó recientemente, no ha incluido hasta el momento a funcionarios que tuvieron cargos durante la gestión de Arroyo. Una mala noticia para Emiliano Giri (ex jefe de campaña y ex secretario de Turismo de Arroyo), Gustavo Blanco (Salud) y Cristian Rabe (Cultura), a quienes se vio celebrando en la noche del domingo en el búnker ganador.
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