Mientras en las avenidas de las zonas más céntricas de Mar del Plata quienes salen a las calles se divisan a varias cuadras de distancia y desde los balcones la gente los llama a volver a sus casas para cumplir la cuarentena, y la costa se transformó en un desierto junto al mar en un fin de semana largo sin turismo, la realidad es considerablemente opuesta en los sectores comerciales más alejados y periféricos de la ciudad.

En algunas zonas las calles ofrecen una imagen sin cuarentena, con tránsito intenso, largas filas en paradas de colectivo, almacenes, farmacias, verdulerías, supermercados y carnicerías, pero también permanecen abiertos -en clara infracción- comercios de rubros no exceptuados dentro de las medidas decretadas por el gobierno para mitigar la pandemia de coronavirus.

En algunas zonas parecería no haber aislamiento. El ritmo se asemeja al de un día normal, pero dista abismalmente del que se registra en Constitución, en el centro, en la avenida Juan B. Justo, en Alem o en Güemes.

LA CAPITAL salió a recorrer algunos de estos puntos, en los que a través de las redes, desde sus casas, vecinos denuncian que en los barrios más alejados no se respeta la cuarentena.

En la zona de avenida Luro y 180, el tránsito vehicular es fluido, como también el número de vehículos que estacionan junto al cordón o en doble fila.

Algunos comercios de la zona registran hileras de personas de hasta una cuadra, en busca de abastecerse de alimentos, mientras al pasar muchos advierten que “hay vecinos que salen todo el tiempo” y que “no les importa” la situación crítica que se está viviendo.

La gente circula por la calle normalmente a lo largo de ese sector de la avenida Luro. Algunos lo hacen con guantes o barbijos, otros sin ningún tipo de protección en forma distendida.

Similar imagen se percibe sobre Arturo Allió, a la altura de los barrios López de Gomara, 9 de Julio y San Cayetano, entre otros, con varios negocios abiertos e intensa circulación vehicular y peatonal.

Mientras que en el Puerto la postal se repite, con un movimiento ampliamente superior al del centro, hacia el sur de Mar del Plata también se advierte un menor acatamiento a la cuarentena.

En el cruce de Fortunato de la Plaza y Edison se advierten largas filas en carnicerías, almacenes e incluso ferreterías. “Muchos comentan que están aburridos, que aprovechan la cuarentena para hacer arreglos en la casa y vienen a comprar”, contó un ferretero de la zona.

Por Fortunato de La Plaza en dirección a Peralta Ramos el movimiento se sostiene con una importante cantidad de autos circulando con más de una persona, filas de hasta una cuadra en algunos comercios, familias enteras en la calle y hasta vecinos que salen a andar a caballo entre la gente, una imagen que se repite en más de un barrio del sur.

Hacia el oeste, a la altura de los barrios Parque Hermoso, Parque Palermo, Florencio Sánchez, El Martillo, San Martín y Peralta Ramos Oeste también es notorio el movimiento que se aprecia en las calles, con vecinos que pasean a sus mascotas y otros que salen a buscar alimentos o medicamentos en las farmacias.

La diferencia con el movimiento prácticamente nulo que se advierte en el sector costero y el micro y macro centro es evidente, tanto en lo que hace a gente caminando por las calles como en la cantidad de vehículos andando.

A la vista de esta realidad queda en claro que al menos hasta el momento, en los barrios más alejados de Mar del Plata la cuarentena obligatoria que oficialmente seguirá hasta el 31 de marzo -con fuertes probabilidades de ser prorrogada- se respeta a medias y se registra mayor cantidad de infractores.