El secretario general de la Unión Tranviarios Automotor (UTA) regional, Sergio Medina, aseguró este martes que le llama “poderosamente la atención la inoperancia de los que gobiernan Villa Gesell”, en alusión al intendente Gustavo Barrera (Frente para la Victoria) y los concejales.

El dirigente gremial se pronunció en ese sentido a raíz de la falta de un servicio de transporte colectivo de pasajeros que se produjo desde el 6 de febrero, tras la rescisión del contrato de la empresa concesionaria, El Ultimo Querandí.

A partir de entonces, el municipio dispuso un servicio alternativo a través de un acuerdo con remiserías y taxis. Medina lamentó que el conflicto esté “por alcanzar el mes” sin que las autoridades municipales no “busquen una empresa” ante la “necesidad de dar el servicio público”.

El gremialista subrayó que el conflicto afectó a una ciudad turística como Gesell “en plena temporada” y amenaza con continuar durante el inicio de clases, lo que perjudicaría a “una gran cantidad de chicos”.

“Han dejado al turista y a la gente de Gesell a pie, es vergonzoso. Me llama la atención que los que legislan, los concejales, no estén intentando arreglar esta situación”, acotó.

En un principio, Medina propuso que la empresa reemplazante fuera la 25 de Mayo, que presta servicio en Mar del Plata. “Yo había dicho esa compañía porque tiene buenas unidades, le paga a la gente y hace los aportes como corresponde”, comentó a LA CAPITAL. Destacó que desde esta semana la empresa puso un funcionamiento 68 colectivos cero kilómetro en Mar del Plata. “Es una empresa que invierte”, consideró.

Según indicó, el intendente se opuso debido a los “inconvenientes judiciales” de la compañía. “Está bien, los problemas judiciales se manejarían por su lado. Lo importante es que es una empresa que no va a desaparecer. Están dadas las garantías porque presta el servicio en Mar del Plata”, señaló.

La continuidad es crucial para mantener las fuentes de trabajo. Medina apuntó que los trabajadores aún no percibieron los salarios de enero. “Vamos a estar al lado de los compañeros que no han cobrado”, comentó sobre los pasos a seguir.

La rescisión contractual de El Ultimo Querandí con el municipio se produjo en medio de una relación conflictiva con el gobierno de Barrera. Antes del fin del vínculo, y tras un paro de actividades, el municipio había multado a la empresa por “irregularidades en el pliego de bases y condiciones”.

La firma solicitaba además un aumento del boleto, pero el intendente vetó incrementos otorgados por el Concejo.