MIRAMAR (Corresponsal).- Poco movimiento, salidas en cuentagotas y choferes quizá más tiempo aguardando el sonido de los teléfonos para salir que manejando. Ese es el panorama de las remiseras en Miramar, otro de los rubros comerciales que sufrió la crisis por la paralización de actividades que produce la pandemia del Covid-19.

En ese sentido, la subsistencia económica más en esta época del año es un verdadero desafío para los trabajadores del rubro.

“El trabajo bajó terriblemente, casi un 50% determinado por la suspensión de clases y muchas otras actividades. A eso se suma que los negocios estuvieron cerrados mucho tiempo, entonces la gente no tenía necesidad de tomar un auto y salir en medio de la cuarentena”, expresó ante LA CAPITAL, Gustavo Álvarez, integrante de la Asociación de Remises Miramar.

“La situación es muy difícil para todos, se hace prácticamente imposible solventar los gastos del negocio, alquiler, luz y empleados, entre otros”, agregó el agenciero con preocupación.

Los horarios de apertura también se ven reducidos y más allá que por ser servicio de traslado no había tope, la  mayoría trabaja de 7 a 22, una franja que abarca gran parte de los negocios de Miramar.

“Al menos nosotros también implementamos servicio de mensajería para que la gente no tuviera la obligación de salir. El personal se redujo todo a la mitad, de 8 a 9 autos por día. Trabajamos con 4 y los rotamos, lo mismo ocurre con los telefonistas”, sostuvo Álvarez.

Una de las cuestiones más tenidas en cuenta en todas las actividades comerciales es el protocolo sanitario y la adaptación a los complejos tiempos que corren.

“Más allá de las medidas que tomamos siempre, nos llegó un protocolo municipal en el cual tuvimos que incorporar una división de plástico entre el conductor y el pasajero, más alcohol en gel sobre las manos antes de ingresar al auto y después de cada viaje”, manifestó el comerciante.

“También debemos desinfectar las manijas y asientos. La gente tiene un poco de miedo al ser un transporte público, pero aprovecho a decir que tomamos todos los recaudos como cualquier otro negocio”, amplió.

Tarifas y rédito

El valor del viaje mínimo en Miramar hoy es de 90 pesos y el rédito lógicamente no alcanza para solventar los costos de la vida diaria.

“Las tarifas permanecen bajas a como está  toda la situación y no las modificamos desde el 15 de diciembre pasado.  Hay cosas que aumentan cada 20 días o un mes, es terrible. Por ejemplo, repuestos de autos, mano de obra y mantenimiento. Sabemos cómo está el panorama por eso tratamos de aguantar, pero ya es casi imposible”, se sinceró Álvarez.

“Con el municipio hay una buena relación, nos mantenemos en contacto por distintas inquietudes que vamos encontrando a medida que pasan los días con respecto a esta situación que es nueva para todos. Esperamos que pase lo antes posible”, concluyó.